Las vacaciones de Semana Santa motivan a algunos a visitar la playa, pero, en México, un país en el que el 82.7% de la población es católica, son muy comunes las procesiones para recordar esta temporada, las cuales han cobrado mucha popularidad y se han vuelto detonantes del turismo religioso, pues miles de visitantes curiosos ahora viajan a diferentes lugares del país para vivirlas.

Se estima que anualmente 30 millones de personas en México realizan turismo religioso. En nuestro país hay dos fechas clave: el Día de la Virgen de Guadalupe y Semana Santa, temporada en la que se realizan varias procesiones peculiares que estás a punto de conocer.

Los encruzados de Taxco

En este Pueblo Mágico se lleva a cabo el Domingo de Ramos la procesión de palmas, donde algunos fieles católicos arrastran cadenas y se flagelan con látigos con clavos. La madrugada del Jueves Santo recorren descalzos, encapuchados y con el torso desnudo las calles empinadas al son de los tambores, mientras cargan sobre la espalda un mazo de varas con espinas.

Engrillados de Atlixco

Cerca de una centena de hombres mayores de edad expía sus culpas con una procesión de más de 100 años de existencia. Se preparan física y espiritualmente a través de una confesión y lecturas de la biblia, los feligreses van con un taparrabos, solamente, pies descalzos, cubren su cabeza para proteger su identidad y cuelgan de sus cuellos pesadas cadenas de metal y grilletes, en manos y pies que, en total, pesan 70 kilos aproximadamente. En los brazos, piernas y espalda se clavan erizos de huizache, recolectados una semana previa al Viernes Santo.

¿Qué más?

Procesión del Silencio

Lugares como Querétaro, San Luis Potosí, Guanajuato, Oaxaca y Morelia destacan por la famosa Procesión del Silencio, una representación silenciosa que aborda los momentos más significativos de la pasión de Jesucristo, en la que las cofradías y hermandades caminan por las calles descalzas y encapuchadas mientras suena música sacra y tambores; las mujeres van vestidas de negro con sahumerios y algunos otros llevan túnica y un capirote —objeto que se utilizaba en los tiempos de la Santa Inquisición en España en señal de penitencia o castigo, pues es sumamente incómodo—. El color de la túnica varía de acuerdo con el santo que cada grupo va representando.

Vía Crucis 

Los católicos mexicanos acostumbran a realizar esta procesión, que representa el recorrido de Jesús al monte El Calvario. En algunos sitios solo se carga una imagen de Cristo crucificado y en otros se escenifica como en la alcaldía Iztapalapa, en Ciudad de México, cuyo Vía Crucis es el más famoso de México por la intensidad de sus actuaciones, sobre todo la de Jesús, conocida popularmente como el Cristo de Iztapalapa, a quien le colocan una corona de espinas, recibe azotes y carga una cruz de madera de 90 kilos, aproximadamente. Esta procesión atrae cada vez a más turistas.

Para cerrar…

Santo Entierro 

Esta procesión se enfoca en acompañar a la Virgen María con el cuerpo de Jesucristo antes de ser sepultado. En San Miguel de Allende, este recorrido se caracteriza porque las mujeres participantes usan atuendos españoles y los hombres llevan trajes de gala color negro. En Tlayacapan, Morelos, se lleva a cabo la Procesión del Entierro el Viernes Santo con farolas, velas y cirios que iluminan las calles al son de las flautas y tambores que tocan las bandas.

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Otras celebraciones peculiares

Por su parte, en el Istmo de Tehuantepec se realizan las procesiones y Vía Crucis van acompañados de comparsas, música regional y vestimenta tradicional.

La comunidad Rarámuri, en Chihuahua, celebra la Semana Santa con el Tewerichic, en el que se representa la lucha entre Dios y los guerreros del Diablo. El evento se caracteriza por la música, la bebida y el baile.

En Oaxaca también se festeja el Día de la Samaritana, en referencia al pasaje bíblico, por lo que se regalan aguas, nieves, tejate y otras bebidas tradicionales en hogares, oficinas, iglesias, negocios y la comunidad entera.

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