La ubicación de Michoacán me sorprendió, creí que estaba a unas cinco horas de Ciudad de México, pero no, resulta y resalta que llegamos en dos horas y media a Tlalpujahua, conocido como el “pueblito de la eterna navidad” por su Villa de Santa Claus y por ser principal productor de esferas artesanales de vidrio soplado.

Este Pueblo Mágico de Michoacán, nombrado así desde 2005, lleva 60 años haciendo esferas, tradición iniciada en el sitio por Joaquín Muñoz y su esposa María Elena Ruiz. Pero Tlalpujahua no ofrece solo eso, también tiene una interesante ruta de la salud con pozas termales, un pasado minero, época de luciérnagas en la comunidad de El Llanito y San Joaquín.

Luego de un delicioso desayuno en Quinta La Huerta, conocimos la segunda parte de la Villa de Santa Claus que te envuelve en un recorrido lleno de magia donde la Navidad se respira por doquier con coloridas fachadas, esferas y otros adornos, que te harán sentirte festivo y nostálgico.

La siguiente parada fue la Mina Dos Estrellas, que llegó a emplear 5,800 mineros en sus 400 hectáreas, y que ahora ofrece un museo comunitario que vive de las donaciones de sus visitas y ofrece un brevísimo recorrido por la mina de 1884 metros.

Después, visitamos la fábrica de esferas Fimave que abrió desde 1980 y llegó a producir dos millones de esferas al año. Actualmente, sigue exportando a Estados Unidos y tiene precios muy económicos, desde 110 por docena de esferas.

Antes de ir a comer, pasamos a Conservas Tres Generaciones que desde 1933 ofrecen los sabores michoacanos a través de conservas y frutas en almíbar. Aquí encontrarás higo, durazno, tejocote, manzana, pera, chilacayote, calabaza y más frutas en envases con precios desde los 90 pesos.

¿Qué más descubrimos de Michoacán?

Comimos en la Terraza Don Juan, que tiene una vista muy bonita del municipio, enclavado entre cerros, en la cual sobresale la cúpula de Nuestra Señora del Carmen.

A dos horas de Tlalpujahua se encuentra Pátzcuaro, otro Pueblo Mágico lleno de tradición, cultura e historia. Primero cenamos en el restaurante Casa del Naranjo, un lugar bohemio y con música en vivo, donde probamos las enchiladas placeras con rajas en vinagre y la nieve de pasta, un postre típico de Michoacán. Luego, finalmente, llegamos a descansar al hotel boutique Ibarra 14, que ofrece nueve habitaciones para 24 huéspedes.

Me tocó una habitación mágica de estilo colonial con una tina de baño donde me relajé con el olor a lavanda y verbena del jabón.

El día dos inició con un recorrido por la plaza Vasco de Quiroga, evangelizador de los purépechas quienes lo conocían como Tata Vasco, la Casa de los 11 patios, que actualmente solo conserva cuatro y alberga negocios de diferentes artesanías como plata, maque perfilado, madera tallada, figuras de caña, textiles, mascaritas de Tócuaro y más.

Luego, visitamos la popular Basílica de Nuestra Señora de la Salud o Templo de la Salud, la cual alberga los restos de Vasco de Quiroga y recibe muchísimos turistas religiosos, y el Mirador del Madrigal de las Altas Torres, donde descansamos un rato y admiramos desde las alturas las tejas de adobe que contrastaban con las fachadas blancas y el cielo azul claro.

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Festival Michoacán de Origen

Entrada la tarde y algo hambrientos, llegamos a la tercera edición del Festival Michoacán de Origen en el Centro de Convenciones y Exposiciones de Morelia, llevada a cabo del  26 abril al 19 de mayo. El evento se dividió en pabellones gastronómicos, de artesanías, de productores y de comerciantes y fue en este punto que la magia llegó a su punto culmen con la variedad de platillos que preparaban las cocineras tradicionales, que se han vuelto embajadoras del país con sus guisos.

Fueron dos ciclos de 20 cocineras que llevaron al paladar de sus visitantes una mezcla de texturas y sabores típicos y, en algunos casos, bastante peculiares como la torta de gelatina o de tostada, los huchepos, entre otras cosas.

Este festival es de un ambiente totalmente familiar, pues no se permite el consumo de alcohol, aunque sí hay venta del mismo, impulsa la economía de cada comunidad participante y es perfecto para aquellos que busquen conocer la cocina michoacana.

En su siguiente edición, te invito a probar el mole blanco, agua de jícama, aporreadillo, la bola de pedernales, un platillo en forma de flor con tortillas donde van los pétalos y el centro con guisados.

El Centro de Convenciones y Exposiciones de Morelia es un polígono cultural que ofrece un planetario, un orquideario, 30 salones y el teatro Morelos, con capacidad hasta para 7 mil personas. Es pet friendly, tiene wifi y cuenta con una agenda cultural a lo largo del año con eventos como talleres de danzas típicas, rap, etc, nos informó Gustavo Mendoza, director del sitio. El cierre del festival estuvo a cargo de la banda Intocable en el Estadio Venustiano Carranza.

Asistencia del evento

El Festival Michoacán de Origen tuvo una asistencia de 448 mil personas y una derrama de 257 millones de pesos.

En entrevista con el secretario de turismo de Michoacán, Roberto Monroy, reveló que el estado busca renovar, rescatar y proteger la autenticidad de la cocina michoacana y de los sabores ancestrales a través de este tipo de eventos.

También destacó los diez Pueblos Mágicos del estado, sus seis nombramientos de Patrimonio de la Humanidad, el festival más importante para el estado: la Kuinchekua, realizada dentro de las yacatas, la cual reúne a más de 400 artistas originarios de Michoacán. Informó sobre la llegada de un hotel Sheraton y los 3,000 establecimientos Airbnb que ofrece el estado, así como todo el turismo de reuniones, cultural y de romance que aquí encontrarás.

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Para cerrar con broche de oro, fuimos a la Catedral de Morelia, la única catedral cristológica, cuyas torres miden 66.8 metros y son consideradas las cuartas más altas de México. Todo el centro de Morelia estaba adornado con unas banderitas por los 483 años de fundación, indudablemente, Michoacán es un imperdible para todo viajero que se respeta. Y nosotros, nosotros amenazamos con volver.

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