El necroturismo o turismo de cementerios cada día se hace más popular alrededor del mundo. Aunque parezca mentira, algunos camposantos están siendo tan visitados como catedrales, museos, monumentos y espacios naturales.
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Hay varios tipos de turismo, está el turismo de aventura, el deportivo, el turismo cultural o el de negocios, entre otros. Al mismo tiempo, existen otros tipos de turismo muy fuera de lo común, como lo son el turismo negro y el necroturismo o turismo de cementerios.
Estos dos últimos forman parte de una nueva modalidad de recorrer el mundo, el objetivo principal es realizar un acercamiento entre el turista, la muerte y la historia.
Cuando hablamos de turismo, lo relacionamos directamente con destinos de playa y naturaleza. Sin embargo, hay quienes son atraídos por lugares que se salen, por mucho, de la idea que se tiene de unas vacaciones comunes.
Hay cementerios que se han convertido en verdaderos atractivos turísticos, ya sea por su belleza, su originalidad o por la historia de los allí sepultados.
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¿Qué es el necroturismo o turismo de cementerios?
La palabra necroturismo viene de la unión de los términos “necro” (relacionado con la muerte) y turismo. A primera vista, pensar o escuchar sobre el “turismo relacionado con la muerte” puede parecer algo poco atrayente.
Sin embargo, el necroturismo es una actividad que lleva ya varios años practicándose y siendo bastante popular en el mundo, sobre todo en Europa. Este tipo de turismo está basado en la visita a cementerios, catacumbas o lugares similares.
Existe incluso la “Ruta Europea de los Cementerios”, un camino que miles de personas han culminado.
El morbo no tiene nada que ver con el necroturismo, ya que las personas que lo practican buscan observar la belleza de estos espacios. Al mismo tiempo, son atraídos por tumbas de relevancia histórica, debido al interés que generan sus moradores.
La mayoría de estas necrópolis cuenta con un importante recorrido histórico y un gran valor cultural. Asimismo, pueden albergar una serie de leyendas que atraen a viajeros de todo el mundo.
Pese a su inicial apariencia tétrica, sale a relucir la belleza arquitectónica y artística con la que este tipo de espacios se ha construido.
También se ha popularizado bastante la visita a catacumbas. Un ejemplo claro son las Catacumbas del Vaticano —o Necrópolis Vaticana—, donde se encuentra la famosa tumba de San Pedro, bajo la basílica erigida en su honor.
A la par, están las Catacumbas o Criptas de Lima, las cuales albergan más de 25,000 huesos bajo la iglesia de San Francisco. Su museo fue declarado como Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco en 1988.
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¿Cuántos tipos de turismo existen?
Historia
Esta modalidad turística hace parte del concepto de turismo “dark” o turismo negro. Éste fenómeno contemporáneo ha generado bastantes debates en torno a la ética de su práctica.
Constantemente se oye hablar sobre tours organizados en destinos como Chernóbil, en Ucrania; Alcácer, en España; Hiroshima, en Japón, entre otros sitios. Todos estos lugares están ligados directamente con la muerte y la tragedia.
Los inicios de este tipo de turismo se remontan a finales del siglo XX, fue en esa época cuando la gente empezó a viajar a lugares asociados con la muerte. Con esto, fueron llegando nuevas formas de consumo en torno a experiencias únicas, y significativas, para los viajeros.
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¿Por qué realizar turismo de cementerios?
Este tipo de aventura puede ser escalofriante para muchos. Sin embargo, te recomendamos abrir un poco tu mente para que puedas disfrutar de estas nuevas tendencias.
No sólo es visitar cementerios, sino que es adentrarte en su patrimonio artístico, arquitectónico, histórico y paisajístico, además de conocer leyendas sobre la muerte.
Estos son los cementerios más visitados en todo el mundo
- Cementerio Judío de Praga
- Cementerio de la Reina, Cuba
- La Recoleta, Argentina
- Cementerio de los Poetas, Roma
- La Ciudad de los Muertos, Egipto
- Père Lachaise, Francia
- Cementerio Nacional de Arlington, Estados Unidos
- El Cementerio del Bosque, Suecia
- Cementerio de Luarca, España
- Greyfriars, Edimburgo
Cementerio Judío de Praga
Este antiguo cementerio, ubicado en el barrio judío —conocido como Josefov—, cuenta con más de 100 mil cuerpos enterrados. Durante más de 300 años fue el único lugar donde estaba permitido enterrar judíos en Praga.
Este lugar fue creado en 1439 y, aunque fue creciendo con el tiempo, no pudo extenderse como debía. Debido a la falta de espacio, los cuerpos eran enterrados unos sobre otros, llegando a más de 10 cadáveres apilados en una sola tumba.
Este es uno de los lugares más impactantes de la ciudad y una representación importante de una parte de su historia.
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La Recoleta, Argentina
Este es el cementerio más famoso de Buenos Aires, Argentina, el cual se puede describir como un museo al aire libre. Además de sus insólitas historias, el lugar cuenta con más de 90 bóvedas declaradas Monumento Histórico Nacional. En este lugar descansa un gran número de personalidades famosas de Argentina. Entre ellas se encuentran Eva Perón, Luis Federico Leloir, Rufina Cambaceres, entre otras.
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Conoce los mejores cementerios para hacer necroturismo
Père Lachaise, Francia
Este no es un cementerio cualquiera, pues en este lugar descansan celebridades como Edith Piaf, Oscar Wilde, Amedeo Modigliani, Jim Morrison, Molière y Frédéric Chopin.
Es considerado como uno de los panteones más visitados del mundo, un complejo funerario parisino de 44 hectáreas, con un aspecto gótico y de misterio. Además, la gran cantidad de historias y leyendas que alberga este panteón, te dejará con los pelos de punta.
Cementerio de los Poetas, Roma
Se le conoce como el Cementerio de los Poetas y Artistas debido a que los restos de dos de los más grandes poetas del romanticismo inglés descansan ahí. Estos son John Keats, el poeta joven sepultado ahí en 1821, y el escritor Percy Bysshe Shelly, quien fue sepultado junto a su esposa e hija.
En la antigüedad, a los no católicos les impedían ser enterrados en una iglesia o en tierra consagrada. Por lo que se creó un cementerio protestante en el que se sepultaba los cuerpos (sin ataúdes) durante la noche. De esta manera no ofendían a la mayoría católica de Roma.
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