La primera impresión que podría tenerse al llegar a Viñedos Azteca es la de estar entrando a una locación de la Época de Oro del cine nacional en la que, de un momento a otro, podría salir a caballo María Félix, Pedro Armendáriz o el mismísimo “Ídolo del Pueblo”, Pedro Infante. Así de fascinante es, desde su fachada, esta casa vitivinícola.
Foto: Viñedos azteca- México Ruta Mágico
Desde la entrada, donde nos recibe Raúl Díaz Martínez, director comercial de Viñedos Azteca, se aprecia en los colores de los muros una celebración a la mexicanidad, que se hace patente conforme vamos conociendo cada uno de los rincones de esta pujante empresa, fundada en el casco de una antigua hacienda, en Ezequiel Montes, Querétaro.
Antes de iniciar el recorrido, aprovechamos la belleza de un pequeño lago rodeado de césped, cactos y flores, además de una carreta decorativa y troncos a manera de bancas, para tomar las primeras fotografías en este lugar en el que, a cada paso, se respira belleza y tranquilidad.
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Vinos, comida y turismo de calidad
Mientras caminamos, nuestro anfitrión nos comenta que en Viñedos Azteca se privilegia tanto la calidad del vino como la experiencia que se ofrece a los visitantes; por lo que, en el primer caso, se prefiere un menor volumen de producción antes que sacrificar la calidad de las uvas y, en cuanto a los recorridos, evitar las grandes aglomeraciones.
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Hacemos una primera parada en el lienzo charro, donde, nos explica Raúl Díaz, tienen lugar espectáculos ecuestres y presentaciones artísticas. Posteriormente, nos invita a pasar al restaurante El Itacate, donde las cocinas de Italia y México se fusionan, especialmente en las pizzas artesanales de ingredientes y nombres muy mexicanos como Quetzalli, Yolotzin y Chicahua, entre otros.
Una de las particularidades de El Itacate es que puedes comer en un amplio jardín, a la sombra de árboles de los que penden botellas de vino vacías a guisa de decoración, o puedes pedir una manta para tomar tus alimentos tal como si estuvieras en un picnic, sin preocuparte por nada más que disfrutar del día.
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Una amistad, el origen del viñedo
Allí, frente a un hermoso lago artificial, el director comercial de Viñedos Azteca nos cuenta que esta empresa es resultado de la asociación de dos amigos, Jorge Ferreira y Manuel Giménez Montesinos, mexicano y español, respectivamente, quienes comparten la pasión por la viticultura y deseaban tener un lugar para plantar vides y elaborar su propio vino.
Foto: Degustación de vinos- México Ruta Mágica
Foto: Enobar Azteca- México Ruta Mágica
La historia de Viñedos Azteca se remonta al año 2000, cuando Jorge y Manuel constituyen su empresa, y toma forma dos años después, cuando adquieren la ex hacienda. Después de remodelar los espacios, introducir servicios como la electricidad y perforar un pozo, en 2009 inicia la plantación de uvas y en 2010, la bodega abre sus puertas al público.
En este mismo lugar, el jardín de El Itacate, Raúl Díaz nos da a conocer una parte importante de la filosofía de Viñedos Azteca: que todos los visitantes, sobre todo los más pequeños, relacionen la degustación del vino con momentos agradables, de convivencia familiar o entre amigos, y no con los escándalos que muchas veces provoca el abuso en el consumo de bebidas alcohólicas; y qué mejor que sea con un vino de la mejor calidad.
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Degustación del vino
Después de la visita a la bodega donde se muestra el proceso de elaboración del vino artesanal, pasamos por un amplio patio donde vimos a los caballos que se utiliza para dar paseos por la propiedad y después llegamos al área del Enobar Azteca, donde se ofrece degustación, copa o botella de las siete etiquetas con las que cuenta el viñedo, lo que pida el cliente.
Además de los vinos, en el Enobar se sirve deliciosas chapatas de pan artesanal y tablas de quesos artesanales dela región, que son la opción ideal para acompañar cualquiera de los excelentes vinos de Viñedos Azteca en alguna de las mesas dispuestas para ello, o bien, en uno de los jardines cercanos.
Raúl Díaz nos enseñó a apreciar un vino, desde cómo tomar la copa hasta cómo degustarlo, habiendo apreciado antes, por supuesto, sus notas aromáticas. No hace falta ser un experto para apreciar un buen vino, nos dice el director comercial de Viñedos Azteca e inmediatamente nos da un consejo supremo, que es colofón ideal para nuestra visita: nunca hay que juzgar un vino por el primer trago.
Y no quisiéramos irnos de este sitio que huele a México y sabe a tradición, pero queda otro lugar por conocer en nuestra ruta exprés del vino en el estado de Querétaro, segundo productor nacional de esta bebida en el país.
Descubre más de nuestras aventuras por este hermoso país en el siguiente video:
