Guanajuato es una ciudad llena de encanto por donde la veas, sus calles estrechas, su gente, los colores de sus casas, sus famosos callejones y jardines y su deliciosa gastronomía te enamoran al instante. Este destino turístico te cautivará con su increíble historia, en la que encontrarás desde amores imposibles hasta hoteles embrujados. Es muy emocionante llegar a esta hermosa ciudad colonial y recorrer sus entrañas, es decir, los diferentes túneles que conforman su red vial y que te conducen a su corazón, e ir descubriendo después, a pie, todos y cada uno de sus encantos.
Recorrer sus calles es una experiencia mágica en el sentido más amplio de la palabra. Contemplar la magnífica arquitectura del Teatro Juárez, conocer la increíble historia del Templo de San Diego, sentarte a comer una nieve en el Jardín de la Unión o conocer la importante Universidad de Guanajuato y, por supuesto, pasear por sus callejones, hará que esta ciudad se meta en tu corazón sin que te des cuenta.
Andar por la ciudad de Guanajuato a la luz del día es hermoso, pero, para mí, es en la noche cuando la magia aflora plenamente en este destino y lo convierte en un sitio único, como una película en la que todos somos protagonistas y bailamos, reímos y cantamos al ritmo de la música de la vihuela y el guitarrón.
Y nada mejor para soportar el calor veraniego que una refrescante bebida mientras esperamos que los chicos de la tuna, también conocida como estudiantina, estén listos para dar inicio a las famosas callejoneadas, un espectáculo que, por sí solo, vale el viaje a Guanajuato.
Mi visita a esta bellísima ciudad se convirtió en una experiencia difícil de explicar con palabras, pero que se queda grabada para siempre en mi memoria, así como grabado en mi corazón quedó el deseo de regresar a Guanajuato lo más pronto posible para seguir descubriendo y disfrutando de su magia.
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¡Y empieza la callejoneada!
Siempre que escuchaba hablar de Guanajuato, también escuchaba hablar de sus famosas callejoneadas. La gente se expresaba de ellas con tanta alegría y emoción que me generaban inmediatamente la intriga de conocer más sobre esta tradición que, me enteré posteriormente, nació en la famosa escalinata de la Universidad de Guanajuato.
Y después de tanto preguntarme cómo serían en realidad, por fin tuve la oportunidad de visitar la ciudad y vivir la experiencia de las callejoneadas. La verdad, desde que llegué, estuve inquieta todo el día y no veía la hora de que anocheciera para comprobar si era cierto todo lo que me habían dicho.
Y, bueno, entre fotos aquí y videos por allá a lo largo del día, por fin llegó la noche y el momento de vivir una de las tradiciones más geniales de este destino: ¡las famosas callejoneadas! Pero antes disfruté de otra escena muy común aquí, un grupo tocando música de banda en vivo y haciendo bailar a eufóricos turistas, tanto mexicanos como de otros países, en el Jardín de la Unión.
Tengo que admitir que eso me llenó de tanta emoción que hasta quise unirme a la improvisada fiesta con ellos, pues, como buena colombiana que soy, amo la música y amo bailar. En fin, sin darle tanta vuelta al asunto, los chicos de la estudiantina empezaron la callejoneada, entonando canciones tradicionales y dando a los asistentes las indicaciones necesarias frente a las puertas del Templo de San Diego.
Recorrido con cubrebocas y sana distancia
Fui a Guanajuato después de la primera ola de COVID-19 y, en aquel momento, la actividad se realizaba únicamente con el 30% del número de personas que asistían normalmente, esto debido a las medidas de sanidad para prevenir contagios. Otra de las peticiones a los asistentes a la callejoneada era usar el cubrebocas todo el tiempo, así como guardar una prudente distancia social.
Una vez que la tuna se presentó, iniciamos el recorrido, para el que te recomiendo llevar zapatos cómodos, ya que el trayecto es de aproximadamente un kilómetro y hay una que otra pendiente. También te sugiero comprar una bebida para hacer la experiencia más divertida. Antes de que el grupo se adentre en los callejones, hay algunas casas donde expenden cantaritos con tequila y refresco de toronja, muy, muy ricos.
Conoce más de cómo se preparan en el siguiente video:
Después de serpentear Guanajuato por algunos de sus callejones, entre cantos, baile, leyendas y muchas risas, hombres y mujeres fuimos separados con la finalidad de realizar una dinámica muy divertida, inspirada en una de las tradiciones más románticas de este lugar.
A las chicas nos llevaron a un callejón, alejándonos un poco de los chicos. Mientras una parte de la estudiantina nos cantaba y nos entregaba un lindo listón rojo, el resto de sus integrantes preparaba a los chicos para brindarnos la más romántica y divertida serenata.
Después de un rato, los chicos llegaron y luego de cantarnos y halagarnos con una hermosa rosa, nosotras debíamos entregarles el listón rojo como muestra del pacto de amor que había entre cada pareja. Sin duda, ese fue uno de los momentos más hermosos e inolvidables. Nuestro recorrido terminó con una muy divertida representación de la leyenda del Callejón del Beso.
El famoso Callejón del Beso
Ya había oído hablar del Callejón del Beso y la increíble historia de amor de la que fue escenario y lo hizo famoso. La leyenda dice que si visitas este callejón, debes darte un beso en el tercero de sus escalones con la persona amada, así te asegurarás 15 años de prosperidad y amor.
Si no lo haces, corres el gran riesgo de padecer siete años de mala suerte y, bueno, eso no era lo que yo quería, así que di mi beso de amor en el lugar indicado para ahuyentar al infortunio y gozar del amor.
Además, dar el beso en este famoso callejón era algo que no me podía perder. Tenía muy claro que no podía irme de Guanajuato sin haber vivido esta romántica experiencia que se sumó a mi colección de hermosos recuerdos en el Bajío.
Despídete de la ciudad desde lo alto
Otro de los sitios que debes visitar aquí es el Monumento al Pípila. Para llegar a este sitio, dedicado a uno de los héroes de la primera etapa de la Independencia que hizo posible la toma de la Alhóndiga de Granaditas, debes tomar el funicular, en la parte posterior del Teatro Juárez.
Este medio de traslado te llevará a la parte alta del cerro en el que se encuentra la monumental estatua de cantera rosa dedicada a Juan José de los Reyes Martínez. Frente a ésta hay un mirador que te permite apreciar una perspectiva muy amplia de la ciudad de Guanajuato.
Te recomiendo acudir a este lugar al caer la tarde, cuando el cielo adquiere un tono azul más profundo y las farolas se prenden paulatinamente, dando la impresión de que se asiste a la creación de un cuadro al óleo en tiempo real. Y, siendo sincera, me voy con la impresión de que Guanajuato es una verdadera obra de arte.
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