Amigas y amigos, la gastronomía es uno de los principales motivos de viaje en todo el mundo. mole poblano
Cada vez son más las personas que viajan con el objetivo de probar la comida local, tener una experiencia única y conocer nuevos sabores y aromas que amplían su bagaje cultural; y Puebla es el lugar perfecto para eso.
Puebla es un estado lleno de colores, cultura, biodiversidad, grandes museos, experiencias y atractivos turísticos. Pero también es el lugar que ha dado origen a los platillos más emblemáticos de nuestro país.
Uno de ellos, quizás el más representativo, es el mole poblano; un platillo elaborado con decenas de ingredientes, dependiendo de la receta, y que concentra sabores únicos.
Foto: Daniel Casas / EsImagen
Esa molienda de chiles, especias y chocolate, es el gran exponente de lo barroco expresado en comida. Es un platillo de tradición, de cultura y de unión; porque en Puebla, las familias se reúnen a degustar un buen mole cuando hay una celebración.
En los últimos años, Puebla se ha destacado por ser un lugar con una actividad turística muy dinámica y donde las temporadas gastronómicas se han convertido en uno de los principales atractivos, y ahí, el mole poblano ha trascendido y ha roto barreras.
La gente que viene a Puebla se puede hospedar en alguno de los hoteles de cualquiera de las categorías, visitar alguno de nuestros grandes museos y después ir a comer un buen mole poblano, con su ajonjolí, su arroz rojo y unas tortillas a mano recién hechas. Degustar los aromas y sabores que se desprenden de este maravilloso platillo y comentarlo entre quienes están compartiendo la mesa. Hay incluso lugares en donde se pueden degustar diferentes recetas de mole poblano para que se pueda contrastar y tener una experiencia más completa.
Foto: Daniel Casas / EsImagen
El mole poblano es, además, una mezcla de culturas, de tiempos y de historia. En él hay técnicas culinarias prehispánicas, de la época colonial y contemporánea. Con el mole poblano, también se puede viajar en el tiempo e imaginar el momento en el que las monjas del Convento de Santa Rosa crearon un platillo que no se imaginaron se convertiría en el más icónico para nuestro país.
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La importancia del mole poblano para el turismo gastronómico radica en su capacidad para contar historias a través del paladar. Cada cucharada es un viaje a la historia ancestral de México, donde las tradiciones culinarias se entrelazan con la herencia indígena y la influencia de la colonización española.
En Puebla, el mole no es solo un plato, es un patrimonio que se celebra en festivales y eventos gastronómicos. Su impacto trasciende lo culinario, convirtiéndose en un embajador de la cultura mexicana que invita a los turistas a explorar, saborear y enamorarse de la diversidad que este país tiene para ofrecer.
Por esto y por muchas cosas más, el mole poblano es orgullo de México.
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