Aunque el patronaje del huipil es sencillo, ya que sólo consta de un rectángulo que cubre la parte del pecho -o todo el cuerpo hasta las rodillas- y tiene la misma función que la de una blusa o la de un vestido, no es cualquier prenda.
A diferencia de la ropa que puede adquirirse en cualquier almacén, un huipil tiene personalidad e historia. Su nombre viene de la palabra náhuatl huipilli y es una prenda característica de comunidades indígenas y autóctonas del sur de México y Centroamérica.
La magia de México está en un huipil
El huipil habla y tiene voz propia. A través de cada bordado y puntada que artesanos y artesanas han plasmado en él, narra historias y transmite sentimientos.
Hablar de esta prenda en México es hablar de historia, cultura y folclor. Diferentes regiones de México poseen un huipil específico que les caracteriza.
En el Istmo de Tehuantepec, en Oaxaca, podemos encontrar el huipil de tehuana. Los de gala son bordados a mano sobre telas de terciopelo con grandes y coloridas flores, y los más sencillos tienen puntadas de cadenilla sobre tela de patrones geométricos.
Foto: Instagram / enaguayhuipil
Descubre más sobre las vestimentas mexicanas tradicionales en el siguiente video:
El de la comunidad de Santa María Zacatepec está bellamente decorado con bordados que incluyen diversos motivos, algunos de origen prehispánico y relacionados con la cosmovisión indígena. Los huipiles de esta región se tejen en telar de cintura y brocado con algodón.
El huipil de la comunidad triqui parece una fiesta multicolor andante. La energía y el amor por la vida que los artesanos le profesan a su tierra se transmite a través de sus vestimentas.
Las piezas de vestir muestran la metamorfosis de la mariposa. Son elaboradas y usadas mayormente por indígenas de San Juan Copala en Oaxaca.
Foto: Instagram / shanti_maya
El precio es elevado, pero, más allá del intercambio monetario, comprar un huipil y portarlo es sentirte orgulloso de la historia de México y apoyar todo el trabajo manual que hay detrás.
Depende de la región y del tiempo de trabajo manual, pero un huipil puede costar entre 500 y 3,000 pesos.
Cada uno tiene su propia iconografía dependiendo de la región de origen. La mayoría habla acerca del universo, de la naturaleza y de la relación hombre-Madre Tierra.
