La zona conocida como Los Altos Norte de Jalisco alberga encantadores poblados, donde la naturaleza cautiva los sentidos con paisajes vivos que invitan a la tranquilidad y la contemplación. Entre ellos destaca Villa Hidalgo, municipio que se distingue por sus atardeceres mágicos que atraen todas las miradas.
El municipio jalisciense, que honra al Padre de la Patria, Don Miguel Hidalgo y Costilla, ofrece una experiencia rica para los visitantes. La combinación de lo natural, la arquitectura y lo histórico conforma una oferta irresistible para aquellos que deciden recorrer sus calles y atractivos.
En Villa Hidalgo, algunos lugares que no se pueden dejar de visitar incluyen el Salto el Carrizo y la sierra del laurel, que ofrecen impresionantes paisajes naturales, como la Cascada el Carrizo. Para llegar a este atractivo, se debe seguir el camino por Arroyo Seco de Arriba, que atraviesa casi 3 kilómetros de belleza natural extrema. Además, el municipio está rodeado por 2 mil hectáreas de bosque, donde se encuentran una gran variedad de especies como pino, mezquite, roble, madroño y cedro, entre otros.
Un lugar imperdible es la Plaza Principal, con su kiosco situado en el centro del municipio, donde se disfrutan de los atardeceres más románticos del destino. Además, vale la pena visitar el Santuario de la Virgen de Guadalupe, un recinto colonial que cuenta con un jardín adjunto donde se puede admirar un arco de cantera de medio punto con más de 150 años de antigüedad.
¿Qué más de Villa Hidalgo?
En cuanto a monumentos arquitectónicos e históricos, la Iglesia de Nuestra Señora del Refugio, la Parroquia de la Santísima Trinidad y la Estatua de Don Miguel Hidalgo y Costilla (realizada en bronce y estaño) son puntos que no deben perderse. Respecto a las festividades, durante los meses de agosto y septiembre, los jóvenes que recorren la plaza principal intercambian ramos de flores, especialmente flores silvestres conocidas como de San Nicolás o estrellas.
En cuanto a su gastronomía, sobresalen el pozole, la birria, los tamales, el chorizo y la longaniza, junto con los deliciosos tacos de carne y papa. Para los aficionados a los dulces, nada mejor que disfrutar de los ricos encurtidos de camote y calabaza que se encuentran en todo el pueblo. Para saciar la sed, se pueden degustar tradicionales tequilas o, para aquellos que no consumen alcohol, un refrescante ponche.
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Para concluir la visita a Villa Hidalgo de manera excepcional, las artesanías son la elección perfecta. Desde hermosas piezas de alfarería hasta tejidos a mano, como crochet y dos agujas, pasando por flores de migajón, objetos decorativos en macramé y cuadros en tercera dimensión, cualquier artículo será un hermoso recuerdo de las maravillosas experiencias que este destino jalisciense brinda.
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