Ya pasó un año desde que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró pandemia a la enfermedad provocada por el virus SARS-CoV-2. Fue un 11 de marzo de 2020, la mayoría creímos que la cuarentena duraría uno o dos meses y que durante el verano estaríamos listos para volver a viajar. ¡Qué equivocados estábamos!

Después de 12 meses, desde el anuncio de la OMS, el futuro parece incierto. A punto de comenzar Semana Santa, algunos establecimientos y servicios en México abrirán las puertas para reactivar la economía.

Sin embargo, el daño a lo largo de un año provocó el cierre definitivo de un millón de negocios en el país, según información del Estudio sobre la Demografía de los Negocios.

El impacto de la COVID-19 en el turismo ha sido tanto local como mundial y, a pesar de tener garantizada la vacuna en 2021, la recuperación económica no tiene para cuándo.

¿Cómo afectó la COVID-19 al turismo en todo el mundo?

El 5 de marzo del año pasado me encontraba comprando la membresía de World Packers para hacer un voluntariado en Los Angeles y en San Francisco (California, EE. UU.). Ya había escuchado acerca de la pandemia originada en China, pero las autoridades mexicanas no se encontraban alarmadas. Así que estaba confiada en que esta situación sería como el ébola, una pandemia que, en su momento, se centró sólo en algunos países.

Bien recuerdo el 23 de marzo, cuando en México ya había comenzado oficialmente la cuarentena, las aerolíneas todavía tenían promociones para volar en verano. Conforme fueron pasando las semanas y los meses, me di cuenta de que mi viaje simplemente no tendría fecha. Y así fue y así sigue siendo.

Hace dos años abrí una tienda de artesanías y diseño mexicano en el Pueblo Mágico de Atlixco, en Puebla. Este destino se caracteriza por tener gran afluencia de turistas poblanos y chilangos, y para mi buena suerte, todo iba de maravilla. En abril y mayo de 2020 la tienda estuvo cerrada por decreto de las autoridades y en junio por fin reabrimos. Jamás olvidaré ese mes, porque fue el peor, vendimos 200 pesos. Aguantamos un mes más, pero la pandemia no daba tregua y las necesidades y compromisos económicos, menos. Así que en agosto de 2020 cerré mi tienda, que tanto trabajo me había costado abrir y hacer que funcionara.

No pude hacer mi viaje, cerré mi tienda y perdí dinero en la compra de la membresía. Pero a pesar de que las cosas no salieron para nada como yo deseaba, me siento afortunada porque tengo salud y hoy ese es el lujo más grande que uno puede tener.

Todos hemos padecido por la pandemia, pero el impacto de la COVID-19 en el turismo ha presentado cifras de gran afectación mundial. Según el Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC, por sus siglas en inglés), se han perdido 100 millones de empleos en este sector.

Impacto de la COVID-19 en el turismo mexicano

Restaurantes, hoteles pequeños y grandes, servicios turísticos y de experiencias, servicios de transporte, Pueblos Mágicos, ciudades y playas, todos sufrieron durante 2020.

El sector turístico fue uno de los más afectados en todo el mundo por la COVID-19. Se calcula que en México provocó una pérdida de 13 mil 300 millones de dólares.

Sin lugar a dudas, las medidas de confinamiento frenan el contagio de COVID-19, sin embargo, a medida que la cuarentena se incrementa, las pérdidas de empleos también.

Las microempresas que han logrado sobrevivir han reportado una disminución del 73.7% en los ingresos. Con esto se puede decir que los negocios locales están sobreviviendo contra viento y marea.

Las aerolíneas también se han visto perjudicadas, las empresas nacionales registraron una caída del 52.8% en el número de pasajeros mientras que los vuelos disminuyeron 44.9%.

La empresa Interjet canceló operaciones debido a deudas fiscales y a que la pandemia no le permitió recuperarse de la crisis que arrastraba.

Actualmente, la caída del turismo internacional en México ha sido del 46%, una cifra que se ve reflejada en la ocupación hotelera, aerolíneas y demás servicios.

Con respecto a este tema, en 2019 ingresaron 45 millones 24 mil 453 turistas extranjeros a México. Sin embargo, durante 2020, sólo visitaron el país 24 millones 315 mil 759 viajeros.

Quizás nos lleve mucho tiempo recuperarnos de la crisis. Aunque nadie ha logrado encontrar fórmula alguna para la estabilidad, lo cierto es que el consumo local será una parte importante de la recuperación.

Según el Estudio sobre la Demografía de los Negocios y el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en 2020, un millón 10 mil 857 negocios perecieron y las mipymes (micro, pequeñas y medianas empresas) fueron las más afectadas.

Programas para la reactivación turística

El impacto de la COVID-19 en el turismo ha dado mucho de qué hablar a directores, empresarios y emprendedores del sector. Algunos destinos han decido exigir a los turistas pruebas PCR negativas para permitir su entrada. Mientras que algunas naciones como Dinamarca están por implementar el pasaporte digital covid, en el cual se verificará que los turistas que ingresen tengan la vacuna contra la COVID-19.

Sin embargo, estas medidas parecen no ser suficientes. En la Cumbre Mundial de Viajes y Turismo, que se llevará a cabo en abril de este año en Cancún, especialistas del tema aportarán propuestas para hacerle frente a la pandemia sin perjudicar al turismo.

Uno de los programas para la reactivación turística es el sello Safe Travel. Este distintivo del WTTC es otorgado a aquellos destinos y lugares turísticos que cumplen con protocolos de sanidad y buenas prácticas.

Por otro lado, la Organización Mundial del Turismo (OMT) ha puesto en marcha el Programa de Asistencia Técnica para la Recuperación del Turismo de la COVID-19. Éste busca instruir a gobiernos, empresas y demás organismos a enfrentar la crisis basándose en tres pilares. Estos son: creación de resiliencia, marketing y promoción, y recuperación económica.

El objetivo de dicho programa es informar acerca de las estrategias, actividades y diversificación de productos que las empresas pueden implementar.

Aunque esta ha sido una época muy dura para toda la humanidad, el impacto de la COVID-19 en el turismo nos ha dejado grandes enseñanzas. Por ejemplo, que el comercio en línea llegó para quedarse, que las empresas —hasta las más innovadoras— necesitan siempre estar viendo hacia el futuro. Y, sobre todo, que la sustentabilidad debería ser un tema prioridad en todos los sectores económicos y de la vida diaria.

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