Durante esta contingencia se ha dicho que el planeta está teniendo un descanso de los humanos, se han visto animales salvajes donde regularmente estaría poblado, aguas que estaban contaminadas, se ven cristalinas y cielos más azules, sin tanta contaminación.
Lamentablemente no todo es felicidad para nuestro medio ambiente y es que esta pandemia ha provocado nuevos deshechos en cantidades significativas, entre ellas una de las herramientas fundamentales para combatir el coronavirus, el cubrebocas.
Los cubrebocas son productos de un solo uso, lo que significa que serán desechados después de haber sido utilizados por primera vez, el problema no es el uso de estos, sino el mal manejo de la basura en el mundo.
Y es que muchos de estos cubrebocas han terminado en el mar, contaminando océanos y playas. Según investigadores el número de cubrebocas desechados aumento sustancialmente desde finales del 2019, y están llegando a playas de diferentes países entre ellas las de Hong Kong.
Este tipo de desechos también son peligrosos para los animales que habitan estos lugares, ya que pueden quedar atrapados en ellos, también tiene toxinas que podrían ser dañinas para los animales.