Zaragoza, la joya escondida de España, emerge como un destino turístico que combina a la perfección su historia, arquitectura y cultura. Esta ciudad, situada a orillas del río Ebro en la región de Aragón, ha sido testigo de siglos de acontecimientos y ha dejado una huella imborrable en el tejido histórico y cultural del país.
Esta ciudad cuenta con una historia que se remonta a la época de los romanos, fue fundada en el año 24 a. C. por el emperador romano August. La ciudad, conocida como Caesaraugusta, fue un importante territorio comercial y militar en la península ibérica. Prueba de ello son los restos arqueológicos que aún se pueden admirar en el subsuelo de la metrópoli, como el teatro romano, las termas públicas y el foro.
La influencia islámica también dejó su marca con la construcción de la Aljafería, un palacio que hoy en día es uno de los mejores ejemplos de arquitectura islámica en España. Más tarde, durante la Reconquista, la ciudad se convirtió en un bastión cristiano y fue escenario de importantes episodios, como la leyenda de la Virgen del Pilar, patrona de la ciudad, cuya basílica es un centro de peregrinación y devoción.
Zaragoza despliega un abanico de atracciones que deleitan a quienes la visitan. La Basílica del Pilar, majestuosa y con una arquitectura barroca impresionante, se erige como un símbolo de la ciudad y alberga obras de arte de Goya y Bayeu. La Catedral de San Salvador, conocida como La Seo, es un tesoro gótico con capillas renacentistas y un valioso museo diocesano.
¿Qué más de Zaragoza?
Los amantes del arte pueden disfrutar del Museo Pablo Gargallo, dedicado al escultor aragonés, así como a Pablo Serrano, que exhibe obras contemporáneas. Para aquellos interesados en la historia militar, la Aljafería ofrece un viaje en el tiempo a través de sus salones, patios y jardines.
La oferta cultural se extiende con el Teatro Romano, donde se realizan eventos y representaciones, y el Palacio de la Lonja, un edificio renacentista que suele albergar exposiciones y eventos culturales.
Sumergirse en la atmósfera de Zaragoza es participar en una variedad de experiencias únicas. Un paseo por el casco antiguo, con sus estrechas calles empedradas y plazas animadas, es imprescindible. La Plaza del Pilar, bulliciosa y rodeada de terrazas, invita a disfrutar de la vida local y contemplar la majestuosidad de la basílica.
La gastronomía es otro atractivo imperdible. Los platos tradicionales como el ternasco asado, el bacalao al ajoarriero y el famoso crespillo endulzan el paladar de los visitantes. Los bares de tapas y los mercados, como el Mercado Central, son lugares ideales para probar la cocina local.
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Para quienes buscan naturaleza y actividades al aire libre, el Parque Grande José Antonio Labordeta es un lugar de paz con extensos jardines, lagos y senderos para pasear o practicar deportes.
Zaragoza también se viste de fiesta con eventos como las Fiestas del Pilar en octubre, donde la ciudad se llena de color, música y tradición con desfiles, conciertos y espectáculos pirotécnicos.
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