Existe un restaurante muy especial llamado Chanfle y Recontrachanfle, y está dedicado al genio detrás de tantos personajes entrañables: Chespirito. Inspirado en el universo del Chavo del 8, este lugar no solo ofrece comida, sino una experiencia llena de nostalgia, humor y cariño. Desde que entras, te sientes dentro de una vecindad donde los recuerdos cobran vida, y cada rincón está lleno de detalles que nos hacen sonreír como cuando éramos niños frente al televisor.
No hay que negar que el Chavo del 8 marcó a varias generaciones con su humor y personajes entrañables en México y toda Latinoamérica. No hacía falta un gran presupuesto ni efectos especiales, solo bastaba una historia simple, buenas actuaciones y mucho corazón. La vecindad se convirtió en el escenario perfecto para mostrar la inocencia, la amistad, los enojos que no duran y los abrazos que sanan. Era imposible no encariñarse con el Chavo, con su barril, sus tortas de jamón y sus travesuras que, aunque causaban problemas, siempre tenían buenas intenciones.
Foto: FB / Chanfle y Recontrachanfle
Más allá de hacer reír a demasiada gente, la serie dejó en la memoria a grandes personajes como Don Ramón, Doña Florinda, Quico y la Chilindrina, que representaban tipos distintos de familias y personalidades, pero juntos creaban una comunidad con altos y bajos, como en la vida real. El legado de Roberto Gómez Bolaños sigue vivo, no solo en repeticiones televisivas, sino también en espacios como este restaurante, donde chicos y grandes se reencuentran con algo muy valioso: la alegría de lo simple. Chanfle y Recontrachanfle es una forma de seguir diciendo “¡Eso, eso, eso!” a todo lo bonito que nos dejó el Chavo del 8.
¿Qué ofrece el restaurante Chanfle y Recontrachanfle?
En medio del bullicio de Plaza Satélite, en el Estado de México, existe un lugar donde la nostalgia se sirve junto con antojitos mexicanos, y los recuerdos de infancia cobran vida entre risas, tortas de jamón y frases célebres como “¡Fue sin querer queriendo!”. Se trata de Chanfle y Recontrachanfle, un restaurante que es mucho más que un restaurante: es un rincón donde habita el universo de El Chavo del 8 y todos los personajes creados por Roberto Gómez Bolaños.
Foto: FB / Chanfle y Recontrachanfle
Este proyecto nace de una conversación entre el propio “Chespirito” y su hijo, Roberto Gómez Fernández, quien con el paso del tiempo compartió la idea con su sobrina, Valeria Pérez Ríos Gómez. Ella, apasionada por la hotelería y el emprendimiento, tomó las riendas y convirtió una ilusión familiar en un centro de entretenimiento que logra lo impensable: meter a la gente, literalmente, en la vecindad del Chavo. No es solo una recreación visual; es una experiencia inmersiva donde los visitantes pueden caminar por el famoso patio, asomarse al barril más icónico de la televisión y tomarse fotos como si fueran parte del elenco.
Foto: FB / Chanfle y Recontrachanfle
Desde su apertura en 2020, el camino no ha sido fácil. Apenas inaugurado, el restaurante tuvo que cerrar por la pandemia. Pero en lugar de abandonar el sueño, el equipo pulió cada rincón del concepto, afinó detalles y encontró en la pausa una oportunidad para consolidar las bases de lo que hoy busca ser una franquicia nacional. Actualmente, ofrecen tres versiones de franquicia, ajustadas a distintos presupuestos, con la meta de llevar el espíritu de Chespirito a todo México.
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¿Qué más?
Al entrar a Chanfle y Recontrachanfle, cada espacio tiene su magia. La Fonda Chespirito ofrece comida mexicana con toques creativos. Las tortas del Chavo no solo son un guiño al programa; son una delicia real, preparadas con ingredientes como frijoles, jitomate, cebolla y opciones como jamón, milanesa o arrachera. Y si se trata de tacos, los hay de rib eye, pescado o cochinita. Incluso los nombres del menú están pensados para provocar una sonrisa: “enchispotiadas”, “chiquitonilas”, “ta-ta-tacos”, entre otros.
Foto: FB / Chanfle y Recontrachanfle
La experiencia no se limita a lo gastronómico. Una zona dedicada al Chapulín Colorado permite a chicos y grandes adentrarse en un ambiente de juegos, obstáculos y diversión. Incluso hay una sección para los más pequeños, con videojuegos, maquinitas y actividades interactivas. Para quienes buscan llevarse un recuerdo tangible, La Chavo Tienda ofrece souvenirs que conservan vivo el legado de los personajes más queridos de la televisión mexicana.
Foto: FB / Chanfle y Recontrachanfle
Cada detalle ha sido pensado con cariño. Por ejemplo, las aguas frescas son todo un homenaje al episodio en el que el Chavo intentaba vender bebidas que confundían a todos. Aquí se pueden probar esas famosas aguas que parecen de una cosa, huelen a otra y saben completamente diferente. Es una forma de revivir ese humor blanco, inocente y universal que caracterizó a Chespirito.P
Postres en Chanfle y recontrachanfle
La carta también incluye postres como los churros de Doña Florinda, servidos con helado, así como una cerveza artesanal inspirada en Don Ramón, con tres estilos distintos. Incluso los meseros participan en la experiencia, lanzando frases entrañables que hacen sentir al visitante como parte del elenco de la vecindad.
Más allá del concepto creativo, hay un mensaje poderoso detrás del restaurante: el valor de la familia, la inclusión y el trabajo en equipo. La mayoría del liderazgo del proyecto está en manos de mujeres, algo que Valeria menciona con orgullo. Es un equipo que no solo honra el legado de Chespirito, sino que lo reinventa, lo adapta a nuevas generaciones y lo proyecta hacia el futuro.
Foto: FB / Chanfle y Recontrachanfle
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Para quienes crecieron con El Chavo del 8, caminar por este lugar es como regresar a casa. Y para las nuevas generaciones, es una oportunidad de conocer y disfrutar un universo que ha unido a familias latinoamericanas durante más de cinco décadas. Chanfle y Recontrachanfle no es un simple restaurante temático; es un puente entre generaciones, una fábrica de sonrisas y un recordatorio de que la magia de lo sencillo nunca pasa de moda.
Aquí, entre platillos, juegos y frases inolvidables, el legado de Chespirito sigue vivo, más fuerte que nunca. Porque mientras haya risas, imaginación y corazones dispuestos a recordar, siempre habrá un “Chanfle” esperando ser compartido.
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