El Día de Muertos, una de las festividades más emblemáticas de México, está a la vuelta de la esquina, y en el estado de Colima, se preparan para celebrarlo de una manera única y deliciosa. Entre los elementos más destacados de las ofrendas que los colimenses ofrecen a sus seres queridos difuntos se encuentran platillos típicos que hacen gala de la riqueza culinaria de la región. Desde el tradicional pozole seco hasta los exquisitos sopitos y panes de Comala, los sabores colimenses son una verdadera fiesta para el paladar.
Pozole Seco: La innovación de un accidente culinario
Uno de los platillos que destacan en las ofrendas colimenses es el “Pozole Seco”. Aunque comparte ingredientes con el pozole tradicional, este platillo se diferencia por su proceso de preparación.
El caldillo se cocina hasta que se consume, dejando únicamente los granos de maíz, lo que le confiere una textura única. El pozole se sirve sobre tostadas crujientes y se acompaña con cebolla picada, rodajas de rábano y una salsa de chile cascabel o árbol que le proporciona un toque picante.
La historia cuenta que este delicioso platillo se originó por accidente, cuando una señora olvidó su pozole en el fuego y el caldo se evaporó. Decidió servirlo de esta forma, y el resultado fue una delicia que los colimenses disfrutan en la actualidad.
¿Qué más comer en Día de Muertos
Sopitos Colimenses: Un festín de maíz y carne molida
Otro platillo que se incluye en las ofrendas es el “Sopito”. Similar a los sopes tradicionales, los sopitos colimenses son más delgados, pequeños y crujientes. Se doran en manteca y se cubren con carne molida de res. Para realzar su sabor, se añade una capa de col finamente picada, rábanos en cuadritos, cebolla y queso rallado. Una rebanada de jitomate fresco y una deliciosa salsa picante al gusto completan esta exquisitez culinaria.
Pan de Comala: Tradición y sabor inigualables
Para el postre, los colimenses incluyen en sus ofrendas el tradicional pan del Pueblo Mágico de Comala. Los “picones” y las “conchas” son los preferidos. Esta localidad tiene una rica tradición panadera que se remonta a siglos atrás, cuando los europeos enseñaron el oficio a los lugareños. Esta tradición se ha mantenido viva a lo largo de los años, y los panes de Comala son un verdadero manjar que se disfruta en el Día de Muertos.
Para cerrar
Tuba Colimense: Refrescante y deliciosa
Para acompañar estos deliciosos platillos, los colimenses suelen incluir “tuba” en sus ofrendas. Esta bebida refrescante se obtiene del corazón de las palmeras y se pinta con betabel, dándole su característico tono rosado. La tuba se sirve con un puñado de cacahuates y es la elección perfecta para refrescar el paladar, especialmente en el cálido clima de Colima.
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El Día de Muertos es una festividad llena de tradición y significado en México, y en Colima, la comida es una parte esencial de esta celebración. Los platillos colimenses son un tributo a la rica cultura culinaria de la región y una deliciosa forma de honrar a los seres queridos que han partido. No hay mejor momento para degustar y conocer estos tesoros culinarios que en esta festividad tan especial.
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