El papel picado es un producto artesanal de origen mexicano de uso ornamental. Sirve para decorar festividades en México como Fiestas Patrias, Día de Muertos, Navidad, pero se popularizó tanto en los últimos años que también se utiliza en bodas, fiestas de XV años o bautizos. Se elabora cortando y formando huecos con herramientas especializadas, las cuales crean figuras que se aprecian cuando se extiende totalmente.

En el Día de Muertos es cuando se utiliza mayormente en México, colocándose como mantel en la ofrenda, a la cual no solo le da color y alegría, sino que representa el aire, uno de los cuatro elementos que debe estar presente en cualquier ofrenda.

Una tradición de San Salvador Huixcolotla

Era un jueves de octubre cuando la familia de don Zeferino Ramírez Teodoro nos recibió amablemente en su cálido hogar, ubicado en la Calle Ignacio Lopez Rayon Pte 208, El Calvario, San Salvador Huixcolotla. Aquí también tiene su taller “Artesanías Elide o Artesanías Roez”, como aparecen en redes, en el que desde hace 40 años se dedica a la elaboración de papel picado.

Foto: Arlette Gordian, Guadalupe Minutti

Recorrimos el lugar, percatándonos de que algunos empleados trabajaban en decoraciones para la Feria de Yucatán, a la par de los ladridos de Choco, un chow chow algo desconfiado que no se nos acercaba, contrario a Bimbo, una mezcla de cocker, que nos seguía por todas partes buscando nuestras caricias.

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Esta tradición le da trabajo directos e indirectos de 50 a 100 personas, cuando hay temporadas fuertes, nos informó Luis Miguel Rocha Alonso, yerno de don Zeferino, y María Idalia Ramirez Reynoso, su hija, quienes nos acompañaron durante el recorrido también. Ellos nos contaron que distribuyen su trabajo orgullosamente por toda la república mexicana y exportan a España, Francia, Estados Unidos, Guatemala y China a través de sus familiares, quienes les compran papel picado y se lo venden directamente a estas naciones.

Así es el proceso

Este año, don Zeferino ha creado quince modelos de diseño diferentes y en estas cuatro décadas que lleva con el taller, más de 50 diseños. De hecho, sus creaciones y experiencia son tan apreciadas que ha trabajado para diferentes dependencias gubernamentales, como la secretaría de Turismo y la secretaría de Cultura, ambas de Puebla.

Foto: Arlette Gordian, Guadalupe Minutti

Con ayuda de lapiz y papel, se realiza el primer paso para elaborar el papel picado: el dibujo, pues sobre una hoja blanca se traza un bosquejo de la figura que se quiere crear, luego, se agrupan varias hojas de papel china —el material original del que se elabora el papel picado— o de plástico —material que tuvo que utilizarse porque era más resistente—, a lo cual se le conoce como emplanar, y, posteriormente, con cinceles de diferentes tamaños, un martillo y encima de una planchuela, se procede a calar, es decir, crear los huecos que irán formando las figuras.

En este paso, nos explica don Zeferino, se puede modificar el diseño original, pues es donde va adquiriendo más forma. El último paso es cuando el papel picado se pega con engrudo al hilo cuidadosamente, para, ser colgado y exhibido, de manera posterior.

Foto: Arlette Gordian, Guadalupe Minutti

Don Luis nos explica que lejos de sentirse relajados con el proceso, cuando la producción es alta, “que gracias a Dios ya casi todo el año se mantiene así”, trabajan bajo presión, pues deben entregar grandes cantidades de cada modelo: “Hablamos de 5 mil piezas o más por modelo”.

La piratería, su peor enemigo

Desgraciadamente, la creación de una obra que le lleva de una a más de dos horas y media por pieza a don Zeferino, se enfrenta a algunos problemas como lo son el alza de precios, ya que antes de la pandemia el millar de papel de china costaba 450 pesos, hoy cuesta 800 pesos, y el rollo metálico vale 1000 pesos.

“Nosotros no podemos dar precios muy altos, aunque nos suba el costo de los materiales porque nadie nos compra entonces, además también están los que nos “compran” y solo nos copian nuestros moldes. Con máquinas los hacen y los venden como si fueran artesanos”, reveló don Zeferino.

Foto: Arlette Gordian, Guadalupe Minutti

Así es, la piratería, por llamarlo de algún modo, también es un problema latente de esta artesanía. Pero expertos como don Zeferino y su familia nos platicaron que, aunque las máquinas producen más rápido y mayor cantidad, hay detalles que no pueden reproducir: “El suaje —refiriéndose a los cortes— no es tan detallado porque son cortes amplios que luego, luego se ven. Las máquinas no pueden reproducir detalles que nuestras manos sí”, refiere don Zeferino.

¿Qué más acerca del papel picado?

Mientras separa papeles para colocarles el engrudo, su hija Daly suspira y nos dice que “Como artesanos nos valoran muy poco la verdad”, ya que la gente con quienes trabajan buscan comprarles barato, revenderlo caro y, a veces, solo les copian su trabajo. Pero sí tienen clientes leales, que se cuentan con las manos, eso sí, “al menos unos 10”, nos confiesa don Zeferino.

Tienen razón, hay que saber apreciar que, a veces, están desde las 7:00 hasta las 00:00 horas, incluso, creando papel picado en temporadas fuertes, lo que se ha convertido en una buena entrada económica en su familia, pero no solo eso, sino una fuente de empleo en la zona. En estas y otras temporadas importantes, ¡compra papel picado!

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