Por José Luis Téllez Gutiérrez (Colaborador) Guadalajara
Analizando las grandiosas aventuras que pase por tres días consecutivos, estoy convencido de que valió la pena no dormir un día entero para estar a tiempo en el aeropuerto, solo para disfrutar de los grandes atractivos deportivos que la ciudad de Guadalajara ofrece
Mis compañeros de viaje fueron Tony Flores, Andrea Vargas, nuestra guía designada, y mis amigos de Fútbol Gourmet: el buen Meza y Rodri, unos verdaderos tipazos.
Luego de 1 hora y media de vuelo, llegamos a desayunar a Biolento Café unos peculiares chilaquiles con chicharrón prensado, acompañados de aguacate, crema, queso, cilantro y esquites —así como escuchaste ¡esquites!—, que supieron deliciosos.
Adrenalina al batear y al manejar
Nuestra primera parada fue en la casa de los Charros de Jalisco, marca sumamente querida dentro de la ciudad. Este estadio, creado en 2011 para ser sede de los Juegos Panamericanos, tiene una capacidad de 16,500 aficionados y en un principio estuvo sirviendo para pruebas de atletismo, no fue hasta 2014 que se adaptó a un campo de béisbol.
Además, este inmueble ha albergado otros eventos de talla mundial como el Clásico Mundial de Béisbol, una Serie del Caribe, conciertos internacionales, entre otros.
Saliendo del estadio, nos dirigimos al majestuoso Kartódromo de Checo Pérez. El proceso es muy simple, al ingresar al lugar te brindan un código QR, que te dirige a una página de registro de datos los cuales sirven de referencia para el momento de la carrera. Nuestro torneo se definió en 3 etapas, al más puro estilo de la Fórmula 1, pero eso sí, en cada una de ellas el líder de la carrera era quien registrará la vuelta más rápida en el circuito.
Tour por la casa del 12 veces campeón de Guadalajara
Al día siguiente visitamos uno de los estadios más bonitos de México y una de las sedes del próximo Mundial de Futbol 2026: el estadio Akron de las Chivas de Guadalajara. Durante el recorrido pudimos tener vistas panorámicas de este espacio deportivo, entramos al museo, vestidores y a la sala de prensa.
La casa del “Rebaño Sagrado” posee una capacidad de 46, 355 aficionados y 333 palcos,. Además, tiene una forma icónica que busca asemejar a un volcán.
Dentro del recorrido también tuvimos acceso al museo de Chivas, lugar donde se muestran los máximos logros alcanzados por el rebaño a lo largo de sus 117 años de historia.
En el Akron presenciamos el “clásico nacional” Chivas vs. América, donde la gastronomía fuera del recinto, compuesta por carne asada, tortas ahogadas, hot dogs, hamburguesas, cervezas y refrescos, las porras tapatías y los miles de aficionados portando playeras rojiblancas te hacían sentir la algarabía deportiva.
El marcador quedó en empate, pero el ambiente festivo y el cantar a todo pulmón la emblemática canción de las Chivas “Te deseo lo mejor” será de mis mejores recuerdos.
Más deporte y tradición
Otra gran aventura la vivimos dentro de la Arena Astros, disfrutando de un gran juego entre los Astros de Jalisco y los Ostioneros de Guaymas, donde la verdad me sorprendió demasiado el gran ambiente que se vive dentro de la Arena. La gente sumamente enganchada con el equipo, gritaban y aplaudían cada acción y como de que no, el mítico ¡defense, defense, defense!, que se escuchaba cada vez que el equipo rival tenía el balón.
Esta experiencia la pudimos vivir muy cerca de la duela, gracias a nuestros amigos de Visita Guadalajara.
Por último, visitamos Tlaquepaque, uno de los 12 Pueblos Mágicos de Jalisco donde conocimos “Nuestros Talleres”, una de las casonas más antiguas dedicada a mostrar la elaboración de dulces típicos, ahí nos mostraron cómo se prepara el rompope de macadamia, el mazapán, la cajeta y el chocolate de mesa.
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El Parián
También caminamos por el Parián, donde se encuentra la “cantina más grande del mundo”, que a decir verdad no es una sola, sino una serie de cantinas que se encuentran una seguida de otra.
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Para finalizar la aventura, probamos el famoso tejuino, hecho a base de la fermentación del maíz y piloncillo, preparado con jugo de limón, sal, hielos y un toque de nieve de limón, ¡me encantó! Y comimos en el Restaurante Casa Luna, en el que encontrarás camarones en salsa de requesón, carnitas de pato, tacos de rib eye con tortilla de costra de queso acompañados de un marinado de berenjena, entre otras muchas delicias culinarias.
Como todo llega a su fin, tuvimos que despedirnos, pero sabemos que Guadalajara tiene mucho por ofrecer, así que amenazamos con volver.
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