México es un país repleto de increíbles destinos que vuelven locos a los viajeros, en especial cuando se trata de joyas turísticas ocultas que pocos conocen. Una de ellas es Chiquilistlán, un hermoso pueblo enclavado en una de las zonas montañosas del estado de Jalisco.
Aunque su nombre deriva del náhuatl “Chiquilizintli” (cigarra) y de “Tlán” (lugar), que se traduce como “Lugar de Cigarras”, los atractivos turísticos más representativos de este destino son los hermosos cuerpos de agua que corren y se ocultan entre sus cerros y montañas.
Chiquilistlán es hogar de numerosos manantiales, como La Manzanilla, Las Pilas, Carrizales, El Colomo, Ojo de Agua; y las lagunas de Milpillas y La Lima. A esto se suman los ríos Mortero y el Capula que componen el río Ferrería, y los arroyos La Lima, El Jalpa, Los Sauces, Agua Delgada, El Plan y El Salto; los cuales pertenecen a la región hidrológica Pacífico Centro.
Pero entre todos estos sitios, hay uno que destaca en particular. Hablamos de las Cascadas de Comala, imponentes caídas de agua que no han sido alteradas por la mano del hombre, de ahí su gran importancia para los habitantes de este lugar. En esta joya oculta se puede disfrutar de hermosos saltos de agua clara perfectos para refrescarse y jugar con la pareja, familia y amigos.
¿Qué más?
Lo mejor es deslizarse por sus emocionantes toboganes naturales para después descansar en los acogedores rincones que rodean el sitio. Quienes ya han disfrutado de este hermoso spot, señalan que la mejor temporada para visitarlo es entre los meses de febrero a abril.
Con tanta agua corriendo por el corazón de Chiquilistlán, es normal que este municipio posea una vasta riqueza natural de casi 20 mil hectáreas de bosque donde predominan principalmente especies de pino, roble, cedro, encino, pinabete, huizache, huaje y tepame. Y para los amantes de los animales, existen diversas especies que se pueden apreciar e incluso convivir con ellas, como venados, liebres, ardillas y algunas aves como la palomera habanera y la codorniz. También hay coyotes, pumas, tuzas, mapaches y faisanes.
Además de nadar en sus arroyos, pasear por sus ríos y refrescarte en sus llamativas cascadas, se puede practicar actividades deportivas y al aire libre como el rappel, senderismo, bici de montaña y más.
¿Qué hacer en Chiquilistlán?
Situado al suroeste del estado, en la Región Sierra de Amula, Chiquilistlán tiene mucho que ofrecer. Entre sus atractivos turísticos está la Parroquia de la Asunción, “La Haciendita”, una edificación de la época colonial y la hacienda de Capula.
Para los que gustan de los recuerdos, las artesanías son una excelente opción, ya que aquí se elaborar huaraches, canastas de otate, chiquihuites, artículos finos de ixtle, recubrimientos de botellas de cristal, canastas, tapetes, sombreros de otate y fajos.
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Y para los de buen colmillo, están el delicioso borrego al pastor, así como la birria de borrego y cabrito. Para acompañar hay que pedir un buen mezcal barranca, alfañique o un ponche típico de la región. Sugerimos rematar unas trompadas de leche quemada como postre.
Lo mejor es que Chiquilistlán se ubica muy cerca de la capital jalisciense y del cautivador Pueblo Mágico de Tapalpa, así que no hay pretexto para no lanzarse a la aventura.
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