Las haciendas de México forman parte del patrimonio que nos heredó una de las épocas históricas más importantes del país.
Son construcciones que surgieron a partir del siglo XVII, con las primeras encomiendas de tierra que la Corona española otorgaba. Estas parcelas eran entregadas a los soldados de más alto rango; con el tiempo, se consolidaron como el pilar de la economía colonial. Finalmente, se convirtieron en las propiedades características del México novohispano.
Esta forma de propiedad territorial fue la riqueza más prestigiada a principios del siglo XVII. La vida en las haciendas de México se basaba en la interrelación que tenían hacendados con administradores, capataces y peones. Incluso sus costumbres para convivir, divertirse y sus tradiciones estaban íntimamente ligadas a las formas de producción.
Existen varios tipos de haciendas, están las azucareras, las cerealeras, las ganaderas, las pulqueras, las henequeneras y las de productos tropicales. En las tierras altas y medias de la Meseta Central se ubican las cerealeras. Mientras que las ganaderas ocupan las zonas marginales, sobre todo en el norte del territorio. Las azucareras y de productos tropicales florecieron en las tierras bajas de clima caluroso.
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¿Cuál es la hacienda más antigua de México?
La gran mayoría de las haciendas de México son bastante antiguas. Sin embargo, se puede decir que la Hacienda El Carmen, en el estado de Jalisco, es la más antigua de todas. Se han encontrado registros de estas tierras que datan del año 1569, cuando le fueron otorgadas a don Francisco Merodio de Velasco.
La propieda pasó por varias manos, hasta que, finalmente, Doña Francisca y Don Juan González cedieron los terrenos. La Orden de los Carmelitas Descalzos fue la beneficiada, en 1728, a cambio de una mensualidad vitalicia.
Fue en ese momento cuando a la Hacienda de Santa María de Miraflores se le cambió el nombre a El Carmen de Miraflores.
Para el año 1961, la propiedad fue vendida a Doña Marta Serrano Zermeño y a su esposo, el doctor Joaquín Baeza del Monte. Los dos se encargaron de restaurar la casa principal y en 2001 la convirtieron en un lujoso hotel y spa.
Esta hacienda mexicana está ubicada en Teuchitlán, Jalisco, y cuenta con 26 habitaciones decoradas con el estilo único del México antiguo.
Durante todo el año acoge diferentes celebraciones en sus amplios jardines, especialmente bodas. En este lugar habitan varios caballos que los huéspedes pueden montara para dar un paseo. En el spa podrás relajarte con sus servicios de masajes, jacuzzi y sauna.
Haciendas antiguas más importantes y bonitas de México
- Hacienda San Gabriel, Morelos
- Xcanatún, Mérida
- Hacienda San Agustín, Puebla
- Soltepec, Tlaxcala
- Chautla, Puebla
- San Bartolomé del Monte, Tlaxcala
- Ex-Hacienda San José Acamilpa, Morelos
- Hacienda San Pedro Ochil, Mérida
- Santa María Regla, Hidalgo
- Ex-Hacienda Santa Bárbara, Tlaxcala
Hacienda San Gabriel, Morelos
Lo que antes era un ingenio azucarero ahora es un hotel de gran lujo en Morelos. Cuenta con un exclusivo spa, un espacio para bodas inolvidables y habitaciones de ensueño. Este lugar fue construido en 1529 y se encuentra resguardado entre frondosos árboles, fuentes y jardines. Cada detalle de esta hacienda te da una idea casi perfecta de la belleza del México colonial.
Xcanatún, Mérida
Hay una zona en Yucatán con haciendas henequeneras entre las que resalta la Hacienda Xcanatún. Este lugar fue transformado en un lujoso hotel, su restaurante ha sido aclamado como uno de los mejores de todo el país. En su spa puedes encontrar servicios de sanación con tradiciones mayas y sus habitaciones con jacuzzi al aire libre y tinas talladas en piedra de coral son algo de otro nivel.
Chautla, Puebla
La Ex-Hacienda de Chautla es actualmente un atractivo turístico en Puebla donde puedes pasar de un inolvidable día al aire libre. Sus amplios jardines de estilo inglés, senderos boscosos, una capilla, museo y su cocina de talavera poblana dejan encantados a todos sus visitantes. En sus 60 hectáreas encontrarás un mix de historia, arquitectura, leyendas y un entorno perfecto para disfrutar con amigos y familia. El plus, definitivamente: el Castillo Gillow, una postal que muy probablemente hayas visto ya en alguna parte.
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San Bartolomé del Monte, Tlaxcala
A unos tres kilómetros al sur de Calpulalpan, Tlaxcala, fue fundada la Hacienda San Bartolomé del Monte sobre tierras pertenecientes a los acolhua, una de las “siete tribus nahuatlacas”. Escudos con iniciales adornan las entradas de las jardineras, ya que en la época de Napoleón Bonaparte se solía colocar los nombres de los propietarios en las entradas de las casas para que se supiera quién era el dueño. “TYA” son las iniciales que corresponden a Ygnacio Torres Adalid, el “Rey del Pulque” y primer dueño de San Bartolomé del Monte. Gracias a él, la hacienda llegó a producir 40 barriles de pulque diarios. En la actualidad sólo se produce de 6 a 8 barriles a la semana.
Soltepec, Tlaxcala
Imagina que a mitad de camino, en plena carretera, te encuentras con un castillo medieval y que, además, tienes la posibilidad de entrar en él, recorrer sus pasillos, probar deliciosos manjares e incluso quedarte a dormir en alguna de sus habitaciones, ¡y sin viajar a Europa!
Todo lo anterior te lo ofrece la Hacienda Soltepec, en Tlaxcala, que si bien no es un castillo, su fachada podría hacerte pensar lo contrario. Una vez en el interior, lo primero que verás después de un corredor muy breve, es el patio central de la que fue una de las haciendas más prósperas de esta región del país.
Ex-Hacienda Santa Bárbara, Tlaxcala
La Ex-Hacienda Santa Bárbara, en Huamantla, Tlaxcala, te brinda una experiencia increíble. En el casco aún se aprecia la capilla original con campanario y las caballerizas. La casa principal ha sido restaurada y completamente adaptada para hacerte pasar un fin de semana o unas vacaciones de relajación plena.
La rehabilitación de habitaciones se hizo con la idea de mantener el sentido ecológico, de tal manera que podrás respirar aire fresco en todo momento. Así como disfrutar de la inmensa naturaleza y de la tranquilidad que rodea a la hacienda. Si quieres complementar tu experiencia, puedes contratar un vuelo en globo, el cual despega desde la misma hacienda.
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