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Ruta Cultural

La Catedral de Puebla, sus secretos mejor guardados

La Catedral de Puebla es el ícono por excelencia del Centro Histórico de la ciudad y se dice que fue trazada por los ángeles

Por: Raúl R. de la Rosa Publicado: 08/01/2021


La Catedral de Puebla, sus secretos mejor guardados

La Catedral de Puebla, de noche. Foto: México Ruta Mágica

Por Nayeli Aparicio

De entre todos los lugares bellos y emblemáticos que uno puede visitar en esta ciudad, la Catedral de Puebla se lleva, sin duda alguna, el título de imperdible. Aun cuando ya hayas estado ahí una o cientos de veces, y, sin importar, si eres creyente o no, tendrás la oportunidad de encontrar algo “nuevo” que admirar.

Incluso, puedes apreciar algo diferente dependiendo del horario en que vayas. De día puedes detenerte a observar cómo la luz del sol entra e ilumina estratégicamente los espacios para producir ese halo divino que buscaba estremecer y despertar la fe. De noche, encendida, la Catedral de Puebla te regala una hermosa postal de sus altas torres y fachada principal, en donde, además, los fines de semana se proyecta un espectáculo de video mapping.

Testigo callado e imponente de las transformaciones que a lo largo de más de 400 años le han dado a Puebla su rostro actual —el de una ciudad orgullosa de su pasado y moderna a la vez—, la Catedral es símbolo de esta ciudad y enmarca con orgullo su Centro Histórico, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1987, además de abonar enormemente a la famosa leyenda que dice que fue trazada por ángeles.

Leyenda de la Campana María

Cuentan que después de varios intentos fallidos, nadie podía explicarse cómo había llegado la mayor de sus campanas, la Campana María (originalmente Santa María de la Concepción), a la cima de una de las torres, pues con sus ocho toneladas de peso parecía imposible de mover.

Aquel asombroso logro se le ha adjudicado la autoría a Juan Bautista Santiago, un indígena proveniente de Cholula; aunque, francamente, no es difícil imaginar que él fuera quien encabezara los esfuerzos de un numeroso grupo.

Pero los poblanos y los turistas prefieren la versión legendaria, la cual cuenta que, misteriosamente, la campana apareció en su sitio después de que el día anterior la dejaran en el atrio, hecho que se atribuyó a los ángeles.

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La Catedral de Puebla, de noche. Foto: México Ruta Mágica

Construcción de la Catedral

Artículos y libros enteros han sido dedicados para describir con gran detalle la historia, el estilo arquitectónico y el arte de la Catedral de Puebla. El proyecto inició luego de que los españoles, quienes habían llegado a fundar la ciudad, inconformes con su iglesia, solicitaron que fuera ampliada.

Los colonizadores no consideraban que cumpliera con sus expectativas —después de todo, se trataba de la primera comunidad completamente ibérica en la Nueva España— e insistieron hasta tener una audiencia con el rey, quien finalmente dio su aprobación no sólo para ampliarla, sino para levantar un templo como no se había hecho otro en América.

Por ello, se encargó el trabajo a uno de los arquitectos españoles más renombrados de la época; Francisco Becerra.

Por diversos motivos (falta de recursos, vaivenes políticos, etcétera) la construcción tomó tanto tiempo que, lógicamente, el diseño original se modificó. Además, en 1855, por recomendación de Manuel Tolsá, el obispo de Puebla le encomendó al arquitecto José Manzo la tarea de realizar un “arreglo artístico” a la Catedral y éste terminó sustituyendo casi todos los retablos barrocos originales por otros neoclásicos.

Si bien, en aquel momento el trabajo de Manzo pudo ser visto como una remodelación vanguardista, hoy es considerada por muchos como una lamentable destrucción del patrimonio colonial en México.

A ello se debe el hecho de que la fachada, elaborada en cantera gris y con elementos herrerianos y barrocos, propios del siglo XVII, contraste tanto con el aspecto predominantemente neoclásico, propio del siglo XIX, que hay en el interior.

El coro de la Catedral de Puebla

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Foto: México Ruta Mágica

Está conformado por 54 sitiales, dispuestos para los canónigos, y al centro, el “Sitial del Obispo”, conocido también como “Cátedra”, de donde procede el término catedral que denomina al edificio. El de Puebla es el único coro que conserva su sillería virreinal original, terminada por Pedro Muñoz en 1722.

Sus acabados, que semejan oro, dotan a cada rincón de este majestuoso templo de una gran vista y ostentosidad. No por nada, este lugar recibe un millón 200 mil visitantes al año.

Tesoros secretos de este templo

De cualquier modo, lo que es un hecho es que un paseo por la Catedral de Puebla puede contarse como una visita a un museo. Aquí hay verdaderos tesoros que nos hablan de cómo se vivía, pensaba y entendía el mundo a través de la fe siglos atrás.

Algunos de éstos están a la vista de todos, como el Altar de los Reyes, que tiene el único retablo barroco que, con algunas modificaciones, sobrevivió a la remodelación de Manzo. En él, imágenes de reyes y reinas, nombrados santos por la Iglesia católica están colocados en una serie de nichos decorados con columnas salomónicas.

Otro aspecto que resalta es su hermosa cúpula, poseedora de una de las poquísimas pinturas al temple que se conservan en México, obra del pintor Cristóbal de Villalpando.

Hay tesoros que aún permanecen ocultos, guardados recelosamente, y que muy pocos han tenido la suerte de descubrir, como la Capilla del Espíritu Santo. Este lugar también se le conoce como “Capilla del Ochavo” por su forma octagonal tanto en muros como en la cúpula.

Cronología de su construcción y riqueza artística

El Ochavo, que actualmente puede ser alquilado para ceremonias privadas, se concibió desde un principio como una sala, a manera de capilla, que albergaría los objetos de culto y de ornato considerados de alto valor, como báculos, custodias y joyas decorativas para las imágenes de santos y sacerdotes.

En su interior se encuentra tres retablos recubiertos en oro que exhiben pequeños espejos, una bella colección pictórica —dedicada en su mayoría a exaltar los pasajes más importantes de la Virgen María— y un Cristo tallado en marfil de origen chino que se cree pudo haber llegado a Puebla gracias a la Nao de Filipinas.

También se resguardan allí cuatro hermosas obras plumarias del siglo XVII, que llaman particularmente la atención por el delicado trabajo realizado con pluma de colibrí.

Como era de esperarse, el acceso al Ochavo se mantuvo cerrado al público por mucho tiempo; sólo durante un breve periodo en el año 2013, el Gobierno municipal de Puebla permitió el acceso de manera restringida mediante visitas guiadas como parte de la promoción de la ciudad en el marco del Festival Internacional de Puebla. Actualmente, por desgracia, ya no se llevan a cabo estos recorridos.

Sería maravilloso que más personas tuvieran la oportunidad de volver a disfrutar de ellos, aunque, como bien dice la frase: “no se puede cuidar lo que no se ama y no se puede amar lo que no se conoce”.

Catedral de Puebla, vista desde la Zona Cívica de Los Fuertes. Foto: México Ruta Mágica

Cronología de la Catedral

1575

Inicia la construcción de la Catedral de Puebla.

1624

Se suspenden las obras.

1640

Se reinician los trabajos gracias al impulso del obispo Juan de Palafox y Mendoza.

1649

Es consagrada por Palafox, aún sin fachadas ni torres.

1664

Se concluyen fachadas y puerta principal, conocida como Puerta del Perdón. En este mismo año se aprueba la construcción del Ochavo.

1855

José Manzo inicia trabajos de remodelación en la Catedral de Puebla, sustituyendo retablos barrocos por el estilo neoclásico imperante en la época.

¿Qué otros templos religiosos en Puebla consideras destacables?

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