En los últimos años, Corea del Sur ha conquistado al mundo no solo con sus series, música y moda, sino también con sus restaurantes coreanos.
Sabores intensos, recetas que combinan tradición con creatividad, y una estética que enamora a primera vista.
Desde el famoso Bibimbap hasta el picante Tteokbokki, la gastronomía coreana se ha convertido en una de las más populares en todo el mundo.
Y México, por supuesto, no se ha quedado atrás. Cada vez hay más personas que se animan a probar kimchi, a enamorarse del bulgogi o a compartir una mesa llena de platillos para armar su propio banquete al estilo K-drama.
Ciudades como Puebla y Cholula han visto cómo los restaurantes coreanos crecen en número y calidad, ofreciendo experiencias que transportan —bocado a bocado— a las calles de Seúl.
¿Quieres conocer lo más representativo de la cocina coreana y dónde probarlo? Aquí te contamos por qué esta tendencia llegó para quedarse… y a qué lugares ir si ya se te hizo agua la boca.
Daom de cerdo a la barbacoa coreana
En el corazón de la Reserva Territorial Atlixcáyotl, Daom Korean Pork BBQ es mucho más que un restaurante: es una embajada culinaria de Corea del Sur en Puebla.
Al frente está la chef Bonnie, una apasionada de su cocina y cultura, que ha creado un espacio donde los sabores tradicionales no solo se preservan, sino que se celebran.
Aquí puedes probar desde los clásicos que han conquistado paladares en todo el mundo —como el Bibimbap, un tazón de arroz con vegetales, carne, huevo y pasta gochujang, o las mandu, empanadas rellenas típicas coreanas— hasta recetas menos conocidas pero igual de sabrosas como el Wine Jeorim Gwail, un refinado plato de peras cocidas en vino tinto, o el Sagol Jeyuk Deopabab, pork belly marinado en salsa picante sobre arroz.
Lo mejor: Daom no se queda solo en la experiencia de comer. También ofrece talleres de cocina coreana donde puedes aprender a preparar Kimchi, Mut Guk y otros platillos caseros que forman parte del día a día en Corea.
Una parada obligada para quienes quieren entender la comida coreana desde sus raíces y dejarse sorprender con cada bocado.
daom_koreanporkbbq.mx - Instagram - Foto
Hungría
Si alguna vez soñaste con caminar por las calles de Seúl probando platillos en cada esquina, HangAri es lo más cercano a esa experiencia sin salir de Puebla. Este restaurante ha ganado un lugar especial entre los amantes de la comida coreana por su menú amplio, auténtico y lleno de sabor, ideal tanto para quienes se están iniciando como para los que ya se consideran expertos en K-food.
Uno de sus platillos estrella es el Kimbab, un rollo de arroz relleno envuelto en alga prensada, parecido al sushi japonés, pero con ingredientes y sazones coreanos. También brilla el Tteokbokki, tiras gruesas de pastel de arroz en una salsa de chile gochujang, con queso derretido encima: picante, cremoso y adictivo. ¿Prefieres algo frito? El pollo coreano estilo HangAri es crujiente por fuera, jugoso por dentro y con ese toque dulce-picante que lo hace inolvidable.
Y como cereza del pastel (literalmente), no te puedes perder su Dalgona Latte, una bebida inspirada en el famoso dulce coreano que se hizo viral gracias a El Juego del Calamar. HangAri es el lugar perfecto para saborear Corea, plato por plato.
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Casa de Peter
Peter House es de esos lugares que, una vez que los visitas, se sienten como una segunda casa. Ubicado en la colonia La Paz, este restaurante ofrece una experiencia de comida coreana cálida, honesta y profundamente reconfortante, como si estuvieras comiendo en la mesa de una familia coreana.
Aquí no se trata de platillos de moda, sino de recetas caseras con alma. Uno de los favoritos es el Ojingo Dupbab, calamar salteado en una deliciosa salsa picante, acompañado de vegetales y arroz. Otro imperdible es el Huemul Pajun, una especie de hotcake salado elaborado con mariscos y cebollitas —crujiente por fuera, suave por dentro—, ideal para compartir.
Para quienes buscan sabores potentes, está el Dobu Kimchi, una combinación equilibrada de tofu con kimchi salteado, que mezcla picante, fermentado y cremoso en cada bocado. Y si vas en grupo, te recomendamos probar su parrilla coreana con diferentes cortes de carne que puedes cocinar en la mesa, una experiencia que combina comida y convivencia al estilo K.
Peter House es ideal para los que buscan autenticidad y sazón sin pretensiones. Aquí, el protagonista no es la decoración ni las redes sociales: es la comida.
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Huwon
En el mundo de la gastronomía coreana en Puebla, Huwon ocupa un lugar especial. Este restaurante familiar ha conquistado a locales y visitantes gracias a su propuesta honesta, casera y profundamente arraigada en la tradición coreana. Aquí, cada platillo es preparado por los miembros de la familia Lee, quienes cuidan cada detalle como si estuvieran cocinando en su propia casa.
La estrella indiscutible del menú es su parrilla coreana, una experiencia interactiva y deliciosa en la que tú mismo asas cortes de carne en tu mesa. Puedes elegir entre el Chadolbakee (res en finas láminas) o el clásico Samgyeopsal (panceta de cerdo), todo acompañado con arroz, kimchi, hojas frescas de lechuga y salsas para armar cada bocado a tu gusto.
Pero eso no es todo. También sirven platillos más tradicionales como el Bulgogi, carne de res marinada con soya, ajo, azúcar y aceite de sésamo, asada lentamente para resaltar su sabor. Y si buscas algo reconfortante, prueba su Doncas, una milanesa al estilo coreano servida con arroz y ensalada fresca.
Huwon es perfecto para quienes buscan autenticidad total y un ambiente cálido que refleja lo mejor de la cocina coreana hecha en casa.
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Bapsul
En Atlixco, donde siempre parece primavera, también florecen los sabores de Corea gracias a Bapsul, un restaurante que combina comida abundante, auténtica y perfecta para compartir. Aquí todo se sirve al centro de la mesa, como dicta la costumbre coreana, en una celebración de sabores, texturas y convivencia.
Una de sus especialidades es el Buchimgae, también conocido como “pizza coreana”, una tortilla dorada de vegetales que se sirve en rebanadas para compartir. Otro favorito es el Japchae, fideos de camote salteados con verduras y carne de cerdo, con una textura suave y un sabor ligeramente dulce que encanta a todos.
Y si te gusta lo picante, no puedes irte sin probar su poderoso Tteokbokki, una mezcla reconfortante de pasteles de arroz, ramen, empanadas de pescado, col y cebollín, todo en un caldo espeso y picante que calienta hasta el alma. La combinación de sazón y porciones generosas hace que este lugar sea ideal para ir en grupo y probar de todo.
Bapsul es esa joya escondida que convierte una visita a Atlixco en un viaje directo a Corea, sin escalas y con mucho sabor.
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