En el corazón de Michoacán, donde la historia se mezcla con la tradición viva y los aromas del pasado aún caminan por las calles empedradas, se encuentra San Pedro, uno de los cuatro barrios fundadores de Uruapan. Fundado en el siglo XVI tras la llegada de los colonizadores españoles, este lugar es hoy un símbolo de identidad purépecha, y desde el 24 de abril de 2023, también es el primer Barrio Mágico del estado.

San Pedro, Barrio Mágico

Este título, otorgado por la Secretaría de Turismo federal, reconoce sitios con encanto, misticismo y una fuerte vocación cultural. San Pedro lo obtuvo por su riqueza histórica, sus tradiciones, su arquitectura ancestral y su vibrante gastronomía, que en conjunto hacen de Uruapan un destino imperdible del estado, como lo destacó Roberto Monroy García, titular de la Secretaría de Turismo de Michoacán.

Ubicado al poniente de la ciudad, a orillas del mítico río Cupatitzio, este barrio se distingue por su herencia purépecha y por joyas arquitectónicas como la Capilla de San Pedro Apóstol, construida en el siglo XVI. Este templo de una sola nave, hecho con piedra y adobe, está coronado con un techo de teja de barro. Su arco de cantera, finamente grabado con conchas marinas y símbolos franciscanos, es uno de sus mayores tesoros.

El atrio, empedrado con piedra volcánica, guarda un aire místico: lápidas y tumbas de los primeros pobladores descansan aquí, pues se dice que este recinto religioso fue también cementerio.

En Junio

Cada junio, el barrio se llena de vida con la fiesta patronal de San Pedro Apóstol. Música, danzas, ofrendas, juegos pirotécnicos, coronaciones y el tradicional paseo de las yuntas llenan las calles de color y devoción. La imagen del Santo Patrono recorre el barrio, escoltado por cargueros y grupos culturales que celebran con orgullo sus raíces.

Otro tesoro del barrio es el Centro Cultural Fábrica de San Pedro, antiguo edificio textil que funcionó por casi 100 años y que también fue prisión. Hoy es un espacio vivo con exposiciones de arte, talleres y eventos únicos.

Caminar por los callejones del barrio, entre casas de adobe y teja, y descubrir sus artesanías de cera escamada, madera blanca e indumentaria tradicional, es cerrar un viaje al pasado que sigue latiendo fuerte en el presente.

San Pedro no solo es Barrio Mágico: es corazón puro de la cultura purépecha.

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