Mérida, la capital yucateca, brilla bajo el sol del sureste mexicano como un destino donde la historia respira en cada fachada, la gastronomía se reinventa y la tranquilidad convive con una escena cultural en auge.
En sus barrios coloniales y calles arboladas, surgen espacios de descanso que capturan el espíritu de la ciudad. Hoy te compartimos cuatro alojamientos únicos que transforman el arte de hospedarse en una experiencia sensorial: Cigno, Kahal, Casa Amate 61 y Casa Amate 62.
Cigno Hotel Boutique
En el encantador Barrio de la Ermita, una casona del siglo XIX renace como Cigno: un hotel boutique que equilibra diseño vernacular con lujo discreto. Con solo 10 habitaciones, sus interiores de chukum, mosaicos y maderas nativas recrean la esencia del Yucatán antiguo con una mirada contemporánea.
Su restaurante, Cocina Vidente, exalta los sabores locales con recetas reinventadas, mientras que Aljibe, su cava secreta subterránea, invita a explorar vinos y destilados entre velas y piedra húmeda. Cigno va más allá del alojamiento: ofrece recorridos en bicicleta, visitas a pueblos mayas o nado en cenotes ocultos. Es una forma elegante y profunda de habitar Mérida.
Kahal Hotel
Frente al icónico Paseo Montejo, Kahal ocupa una majestuosa casona restaurada con una estética refinada: techos altos, piedra caliza, tzalam y tonos inspirados en el henequén. Sus 12 habitaciones y su rooftop con jacuzzis ofrecen una experiencia serena y sofisticada.
La mixología de autor convierte ingredientes yucatecos en cocteles inolvidables, mientras que las catas de mezcal y chocolate, junto a exposiciones fotográficas, enriquecen el viaje sensorial. Kahal es ideal para quienes desean elegancia, calma y una conexión auténtica con la Mérida profunda.
Casa Amate 61
En el barrio de Mejorada, Casa Amate 61 redefine el concepto de hostel de lujo. Con toques de Art Déco y materiales locales como tzalam, bambú ecológico y textiles artesanales, sus espacios—desde habitaciones compartidas hasta suites privadas—invitan a la convivencia, la creatividad y el bienestar.
En su rooftop con bar y alberca, se respira juventud y libertad. Aquí también se imparten talleres de yoga, pintura y barre, y ofrece Day Pass para quienes desean pasar el día en un entorno vibrante y lleno de color. Es un hogar efímero para almas libres.
Casa Amate 62
A pocos pasos de su “hermana mayor”, Casa Amate 62 apuesta por la introspección y el diseño arquitectónico. Tonos azules de chukum, arcos elegantes y celosías crean un entorno de frescura y contemplación. Su alberca de carril con jacuzzi divide armoniosamente las áreas privadas de las comunes.
Una panadería con balcón, cocina abierta, zona de cine y un rooftop para talleres wellness completan la experiencia. Casa Amate 62 es un refugio íntimo y sofisticado, pensado para quienes buscan reconectar con ellos mismos.
Mérida te invita a hospedarte con alma y estilo. Ya sea entre los mosaicos silenciosos de Cigno, los aromas de cacao y mezcal en Kahal, la energía creativa de Casa Amate 61 o la calma azul de Casa Amate 62, esta ciudad blanca ofrece descanso con carácter. Aquí, el hospedaje no es solo dónde duermes, sino cómo vives.
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