La historia de Colima está marcada por su riqueza cultural y su ubicación estratégica en la costa del Pacífico mexicano. Antes de la llegada de los españoles, la región fue habitada por diversos grupos indígenas, como los nahuas y otomíes, quienes dejaron un legado cultural palpable en vestigios arqueológicos como La Campana y El Chanal. Con la conquista en 1523, liderada por Gonzalo de Sandoval bajo el mandato de Hernán Cortés, Colima se convirtió en una de las primeras regiones en ser colonizadas, destacándose como punto clave para expediciones al Pacífico y el comercio. platillos típicos de Colima
Durante la época colonial, Colima floreció como un centro agrícola y comercial, conocido por la producción de sal y la ganadería. Con el paso del tiempo, su economía se diversificó, incorporando cultivos de coco, café y caña de azúcar, lo que contribuyó al desarrollo de su identidad regional. En el siglo XX, la literatura le dio un nuevo reconocimiento al estado cuando Juan Rulfo inmortalizó a Comala en su obra “Pedro Páramo”, inspirándose en este pintoresco pueblo para crear uno de los escenarios más icónicos de la literatura mexicana. Este vínculo entre la realidad y la ficción ha convertido a Comala en un destino literario de gran atractivo.
Foto de Kyle Petzer en Unsplash
Hoy en día, Colima es más que historia y literatura. Su gastronomía es un reflejo de su diversidad cultural, combinando sabores prehispánicos y coloniales en platillos como el pozole seco, los sopitos y el tatemado, pero de eso te hablaré después. Además, sus playas, volcanes y encantadores pueblos mágicos lo consolidan como un destino turístico excepcional. Para los amantes de la cocina auténtica y los paisajes únicos, Colima ofrece una experiencia inolvidable.
¿Cuáles son los platillos típicos de Colima más deliciosos?
Aquí te va una lista de las mejores delicias de este bello estado lleno de cultura, historia y tradición:
- Aporreadillo
- Caldo de Chacales
- Ceviche de pez vela
- Chilayo
- Iguana a la naranja
- Menguiche
- Ponche de Comala
- Pozole seco
- Sopitos
- Tamales de ceniza.
Aporreadillo
Aunque este platillo es típico de Michoacán, Jalisco y Guerrero, Colima ofrece su propia versión, que no tiene nada que envidiar a las demás.
En esta variante, la cecina de res se deshebra y se combina con huevo revuelto. Luego, se elabora una salsa con chile guajillo, comino, pimienta, ajo y jitomate para complementar el plato.
Foto: IG / nathyvision
Caldo de Chacales
El caldo de chacales es un platillo tradicional de Colima, México, que destaca por su sabor único y su conexión con la cocina local. Los “chacales” no se refieren a animales, sino a una especie de camarón de río (también conocido como camarón de agua dulce) que es el ingrediente principal del caldo. Este platillo es muy popular en la región por su riqueza culinaria y por ser una expresión de la tradición gastronómica colimense.
El caldo se prepara con una base de caldo rojo, enriquecida con especias como ajo, cebolla, chile.
Foto: X / @Marpalacioscps
Ceviche de pez vela
Este ceviche se convierte en la botana ideal para disfrutar en las soleadas playas del estado, especialmente cuando se acompaña con una cerveza bien fría. Refrescante y delicioso, se sirve sobre tortillas tostadas o fritas. Además, se complementa con limón, pepino y zanahoria, que aportan un toque ácido y crujiente a este emblemático platillo.
Foto: X / @STuristicosMX
Más delicias
Chilayo
El chilayo destaca por aprovechar al máximo el sabor del espinazo de cerdo, base principal de este caldo preparado con jitomate y chile guajillo.
Como guarnición, se incluye el espinazo completo, acompañado de arroz y tomate verde. Algunos lo enriquecen con un toque de comino y pimienta para realzar su aroma y sabor. Sin duda, una verdadera delicia culinaria.
Foto: IG / angelsolismx
Iguana a la naranja
Este platillo es una experiencia exótica y extravagante que despierta los sentidos con su singular textura y sabor. Cocido lentamente en sus propios jugos, junto con un toque de mantequilla y jugo de naranja, adquiere una carne delicada, tierna y suave. La combinación de la dulzura de la naranja con la cremosidad de la mantequilla crea una armonía de sabores irresistible.
Foto: X / @STuristicosMX
Menguiche
La mezcla de rajas poblanas con queso fresco es un clásico infalible, y el menguiche aprovecha esta combinación al máximo. Se cocina en una deliciosa salsa de tomate con granos de elote, creando un platillo reconfortante.
Este manjar puede disfrutarse en un taco como botana o como la guarnición perfecta para acompañar un plato principal.
Foto: X / @0MFGBBQWTF
Ponche de Comala
Comala, con sus calles llenas de historia, rostros cargados de tradición y espíritus que evocan su esencia mágica, ofrece el ponche como un elixir refrescante para enfrentar el sofocante calor de la región. Este se prepara con frutas variadas como granada, guayaba, arándano o tamarindo, mezcladas con agua y azúcar para lograr un sabor dulce y equilibrado.
Para darle un toque especial, se agrega alcohol de caña, ese elemento “picosito” que aporta un toque festivo y característico a esta emblemática bebida.
Foto: X / @Beto_Sponda
Para cerrar platillos típicos de Colima
Pozole seco
El pozole seco es un platillo que nunca falta en las celebraciones, trayendo alegría a todos los presentes. Está compuesto por maíz pozolero y carne de cerdo, pero lo que lo hace verdaderamente único es su proceso de cocción lenta. Se cocina en su propio líquido hasta que este se evapora casi por completo, dejando como resultado un caldo espeso que intensifica y resalta todos sus sabores.
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Sopitos
En Colima, el “sopito” es similar al sope que se encuentra en otras partes del país, pero con una característica especial: se prepara con carne molida de res. Se sirve cubierto con lechuga, cebolla y queso fresco de Comala, lo que le da un toque local único.
La mayoría de estos sopes son pequeños, permitiendo disfrutar de varios sin culpa. Son una excelente opción para picar antes de pasar a los platillos principales.
Foto: X / @ojitos_de_limon
Tamales de ceniza
Su nombre proviene del color que toma al agregarle frijoles, y no por llevar ceniza, como algunos suelen pensar.
Aunque a menudo se confunden con las corundas michoacanas debido a su apariencia similar, su sabor es completamente distinto, ofreciendo una experiencia única en comparación con las tradicionales corundas.
Foto: x / @hoteljuarez70
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