Probablemente, la fruta más seductora de Latinoamérica. Su explosión de sabores te transporta al Caribe mexicano y te traslada a los tropicales atardeceres del sur de México.
Un rojo intenso en los labios y en la lengua delatará a aquel que se ha llevado este manjar a la boca. Se cree que la pitaya es la verdadera fruta de los dioses.
Dulce y exquisita, así es la pitaya
Su singular apariencia, parecida a la de una tuna, revela todo su esplendor al ser abierta. Un néctar jugoso de color rojo intenso que guarda similitud a una fresa, porque también posee pequeños lunares negros.
La pitaya es originaria de México y también se cosecha en países de Centroamérica. Muchos la conocen como la “fruta del dragón” y la consideran un alimento benéfico para la salud.
Este fruto silvestre proporciona diversas vitaminas y minerales: vitamina C, fósforo, hierro y calcio. Por si fuera poco, también aporta fenoles, antioxidantes y contiene ácidos grasos buenos.
Gracias a sus propiedades, textura y sabor, la pitaya puede ser adquirida en diversas presentaciones como: nieves, helados, mermelada, pan y aguas frescas.
Por sus bondades, también ha sido llevada a la cosmetología para la elaboración de cremas, jabones y champús.
Los beneficios de la fruta del dragón son los siguientes:
- Previene cálculos renales
- Favorece la digestión gracias a sus semillas laxantes
- Regula el nivel de azúcar en la sangre
- Estimula la producción de glóbulos rojos
- Mejora la absorción de hierro
Aunque en la zona centro del país es más común la venta de pitayas rojas, también las hay de cáscara rosa o amarilla, con pulpa blanca y semillas negras. Este tipo de pitaya es más común en el sur de México.
¡Prepárate! La mejor temporada de pitayas se da durante primavera y verano, así que ve buscando tus mejores recetas de repostería para sacarles el máximo provecho.
Por cierto, si ya te dio sed, seguramente terminarás por ir a la cocina o a la tiendita con nuestro siguiente video: