Con la llegada del Día de Muertos, Sinaloa se llena de luces, aromas y sonidos que transforman cada rincón en un escenario de arte y cultura. Desde el puerto de Mazatlán hasta el Pueblo Mágico de Cosalá, los destinos celebran a su manera el vínculo entre la vida, la historia y la memoria.
Mazatlán y su tradicional Callejoneada
En Mazatlán, la noche del Día de Muertos se vive con una energía contagiosa. Entre catrinas, comparsas y música, la tradicional Callejoneada convierte las calles del Centro Histórico en una gran fiesta cultural donde el arte, la identidad y la comunidad se mezclan en un ambiente vibrante.
Durante el recorrido, el sonido de la banda sinaloense acompaña a los asistentes mientras observan altares tradicionales y creativos. Uno de los momentos más esperados es la aparición del burrito cervecero, un carrito tirado por un burro que reparte cerveza, recordando una costumbre antigua del puerto y el espíritu alegre de su gente.



Las enormes catrinas, los carros alegóricos y las calles llenas de color crean una atmósfera única, en una de las celebraciones más esperadas del Pacífico mexicano.
Cosalá y su Noche de Leyendas
En Cosalá, otro de los Pueblos Mágicos de Sinaloa, la celebración toma un aire misterioso con la Noche de Leyendas, un recorrido que revive historias y personajes del pasado entre luces y sombras.
Con música, teatro, danza y poesía, los visitantes descubren los relatos más emblemáticos de la historia local. Guiados por actores y narradores, el resplandor de las velas ilumina las fachadas coloniales, creando un ambiente cautivador que transporta a otra época y resalta el encanto nocturno del lugar.



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Entre arte, música y tradición, Sinaloa celebra el Día de Muertos como una experiencia llena de emociones. Cada destino tiene su propio estilo para honrar y compartir: Mazatlán con su alegría y Cosalá con el misterio de sus leyendas, ambos recordando que celebrar la vida también es honrar la memoria.



