La historia de la Isla Alcatraz comienza mucho antes de que se convirtiera en una prisión famosa. En el siglo XIX, era solo una isla rocosa en la Bahía de San Francisco. En 1850, el gobierno de Estados Unidos la convirtió en propiedad militar y construyó allí un fuerte para proteger la costa. Pronto se dieron cuenta de que, por su aislamiento natural, también podía funcionar como prisión militar. Así fue como llegaron los primeros presos en 1861, muchos de ellos soldados que desobedecieron órdenes o cometieron delitos durante la Guerra Civil.
Décadas después, en 1934, el gobierno federal transformó Alcatraz en una prisión de máxima seguridad. La idea era simple: enviar ahí a los criminales más peligrosos del país, los que no podían controlarse en otras cárceles. El agua helada, las fuertes corrientes y la distancia hacían casi imposible escapar. En sus celdas estuvieron presos famosos como Al Capone, George “Machine Gun” Kelly y Robert Stroud, conocido como el “Hombre Pájaro de Alcatraz”.

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La prisión cerró en 1963 por su alto costo de mantenimiento. Estaba deteriorada y mantenerla aislada era caro. Años después, en 1969, un grupo de nativos americanos ocupó la isla durante más de un año para protestar por sus derechos, marcando otro momento clave en su historia.
Isla Alcatraz Alcatraz es un sitio histórico abierto al público. Aunque ya no hay rejas activas, sus muros todavía guardan muchas historias. Caminar por sus pasillos es como retroceder en el tiempo y asomarse a una parte cruda y real del pasado de Estados Unidos. La isla ya no encierra a nadie, pero sigue atrapando la atención de quienes la visitan.

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¿Qué ver en Isla Alcatraz?
Visitar la Isla Alcatraz es como entrar a un capítulo vivo de la historia. Desde que pones un pie en el ferry que parte del muelle 33 en San Francisco, ya se siente la emoción de ir rumbo a un lugar envuelto en misterio, leyendas e historias reales. Aunque su fama viene de haber sido una prisión de máxima seguridad, la isla ofrece mucho más que solo celdas y barrotes. Es un lugar lleno de contrastes: duros muros que cuentan historias duras, rodeados de jardines, vistas increíbles y una naturaleza sorprendente.

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Al llegar, lo primero que llama la atención es el paisaje. La isla está rodeada por aguas frías y agitadas, y desde ahí se tienen vistas impresionantes del Puente Golden Gate, la ciudad de San Francisco y toda la bahía. Es uno de los mejores lugares para tomar fotos panorámicas. Aunque su imagen es ruda, con edificios grises y estructuras viejas, también hay flores, aves marinas y senderos tranquilos que contrastan con la historia oscura del lugar.
Una de las experiencias más completas es el recorrido por la prisión. Se hace con una audioguía narrada por antiguos guardias y prisioneros, lo que lo hace aún más real. Puedes caminar por los pasillos donde estuvieron hombres como Al Capone o el “Hombre Pájaro”, entrar a las celdas de castigo y conocer la famosa celda de donde escaparon Frank Morris y los hermanos Anglin en 1962. La historia de esa fuga, aún sin resolver, es una de las más intrigantes.

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¿Qué más?
También puedes ver la cafetería, la biblioteca, las duchas y el patio donde los reclusos pasaban sus horas al aire libre. Todo está conservado de forma que se siente como si el tiempo se hubiera detenido. Muchos visitantes coinciden en que, aunque el lugar está vacío, se percibe una energía que te hace imaginar cómo era la vida diaria ahí.

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Pero Isla Alcatraz Alcatraz no es solo una prisión. También fue un fuerte militar en el siglo XIX, y algunas de esas estructuras aún se pueden ver, como los restos de la antigua Casa del Gobernador y las baterías de defensa costera. Además, hay exposiciones temporales y permanentes sobre derechos humanos, justicia y el sistema penitenciario.
Un punto muy importante en la historia reciente de la isla es la ocupación indígena de 1969. Un grupo de nativos americanos tomó la isla para reclamar sus derechos y hacer visible su lucha. Hoy, hay murales y letreros que recuerdan ese momento, y se ha convertido en parte fundamental del recorrido. Es una forma de entender Isla Alcatraz Alcatraz desde otra perspectiva, más social y política.

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Los jardines son otra sorpresa. Fueron creados por los propios presos y el personal durante décadas. A pesar del clima salado y el suelo difícil, lograron cultivar flores y plantas que aún se mantienen con vida. Hay una caminata tranquila por esa zona, ideal para bajar un poco el ritmo después del recorrido por la prisión.
Observación de aves y más en Isla Alcatraz
Para quienes disfrutan de la observación de aves, la isla también es un paraíso. Es hogar de varias especies como cormoranes, garzas y gaviotas. En primavera y verano, muchas anidan en los acantilados, lo que le da un toque completamente distinto al paisaje que uno esperaría de una ex prisión.
Por último, si haces el recorrido nocturno, la experiencia cambia por completo. La niebla, las sombras, el silencio y la luz tenue hacen que todo se sienta más intenso. Incluso hay áreas que solo se abren en ese horario, lo que hace que la visita sea aún más especial.

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Isla Alcatraz es mucho más que una prisión abandonada. Es un lugar que mezcla historia, naturaleza, protesta, arquitectura y memoria. Cada rincón tiene algo que contar, y cada visitante sale con una sensación distinta. Algunos se van con escalofríos, otros con admiración, pero nadie queda indiferente. Caminar por sus pasillos, mirar hacia San Francisco desde una celda o descubrir flores entre ruinas te deja claro que la isla tiene muchas capas. Alcatraz ya no encierra personas, pero sigue atrapando a todos los que la visitan.
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