Existen muchísimas versiones en cuanto al origen del telar, algunas sostienen que surgió desde el Antiguo Egipto, como lo atestiguan algunas pinturas egipcias, época en la que el arte textil fue muy importante. Otros dicen que surge en la Grecia Clásica, donde ya se mencionaba la figura de los tejedores. Incluso, hay quienes aseguran que fue en la Edad de Bronce que se comenzaron a entrelazar las fibras animales y vegetales para formar tejidos. telar en México

Lo que sí es un hecho es que en 1598, el clérigo escoses William Lee, inventó un telar manual de género de puntos, conocido como telar de medias, que precedió a la primera máquina de hilar o telar mecánico, creada por el inglés Edmund Cartwright en 1784, pero no fue patentada sino hasta 1789.

Origen en México telar en México

Se dice que durante la colonización llegó al país el ganado ovino, la rueca, el telar de pedal, entre otros animales, costumbres y objetos.

No obstante, en la época prehispánica, las mujeres ya usaban el telar de cintura, al que llamaban “tzotzopaztli”, que significa “palo ancho como cuchilla con que tupen y aprietan la tela que se teje”, para elaborar huipiles, rebozos, sarapes, morrales y más prendas. Se le asociaba con deidades como Chalchiuhtlicue, diosa del agua, y obviamente con Xochiquetzal, deidad de las flores, el amor y la hermosura, la primera mujer tejedora, de acuerdo con los mexicas.

Tipos de telar y proceso de elaboración

Hay tres tipos de telares artesanales: bastidores, verticales y horizontales. En cuanto a telares industriales o mecánicos, se dividen según el tipo de tejido que producen.

Entre los telares artesanales más populares se encuentran el telar de pedal y el de cintura, el primero permite trabajar telas de mayor tamaño más rápidamente por su grado de mecanización, mientras que el de cintura, empleado mayormente por mujeres y denominado así porque una parte se ata a la cintura de la tejedora, se conforma de la urdimbre, los hilos verticales que definen el largo y ancho del tejido, y la trama, las hebras entrecruzadas horizontalmente con la urdimbre.

También existe el telar de maría, telar de mesa, telar maya, telar de cartón, bastidor simple, con mariposas, con clavos, circular, etc.

Los pasos en el proceso de elaboración de un textil mediante un telar son: la extracción de lana, que posteriormente se lava y seca, el cardado de la lana, el hilado, el uso de la rueca, el teñido con tintes naturales, se prepara el telar, se idea el diseño y se procede a tejer en el telar.

Telares en México telar en México

Oaxaca se caracteriza por albergar varios rincones dedicados a la elaboración de textiles, uno de ellos es Teotitlán del Valle —que hasta Luismi lo menciona en su canción “México en la piel”. Ubicado en la región de Valles Centrales del estado, su nombre “teotitlán” proviene del náhuatl y significa “tierra de dioses”. Acá verás tapetes y alfombras que cuelgan de las paredes, exhibiendo formas y vívidos colores que cuentan su historia. En esta región tejer es su principal actividad económica.

Al sur de la región de Valles Centrales, se encuentra Santo Tomás Jalieza. Aquí podrás ver el proceso de tejer en telares de cintura en las casas dedicadas a la creación de textiles o en el Parador Turístico Santo Tomas Jalieza, localizado en el Libramiento Ocotlán, donde también podrás encontrar otras artesanías y gastronomía de la región.

Jalisco alberga un rinconcito a la orilla del Lago de Chapala, el más grande de México, nombrado Pueblo Mágico, sí, nos referimos a Ajijic, donde los telares cobraron relevancia en la actividad económica de la población en el siglo XIX e incluso se celebró la Expoarte Ajijic desde 1989 en el llamado Callejón del Arte. Adquiere textiles hechos con telares en el mercado municipal.

¿Dónde más?

Puebla también destaca en el arte del tejer a través del municipio San Pablito Pahuatlán, en la Sierra Norte, hogar de los otomíes que preservan la tradición del telar de cintura mediante técnicas de tejido como el tafetán, el tejido doble, la sarga, entre otras, usando figuras de plantas, animales y de su cosmovisión.

En el Pueblo Mágico de Cuetzalan, encontrarás la comunidad de San Andrés Tzicuilan, que se distingue por sus coloridos murales y por ser un lugar que mantiene viva la tradición ancestral del telar. Abuelas, madres e hijas se dedican a este oficio.

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Por último, los Altos de Chiapas resguardan la tradición textil del telar de cintura en Zinacantán, cuyas prendas se destacan por las flores tejidas, pues la producción de flor abunda en la zona. En tejer un centro de mesa tardan alrededor de tres semanas.

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