En la isla de Janitzio, Pátzcuaro y sus alrededores (Tzintzuntzan, San Pedro Cucuchucho, Ichupio, Ihuatzio, Santa Fe de la Laguna, Arocutín, la isla de Pacanda y Tzurumútaro), la gente realiza procesiones en las que bailan mujeres vestidas con la tradicional falda sabalina, ceñida y enrollada, camisa bordada y adornos con trenzas y listones de coloresbrillantes en su cabello. Van moviéndose al compás de conjuntos musicales cuyos integrantes visten trajes de cuero o mezclilla bordados y entonan pirekuas, cantos tradicionales purépechas, rumbo al panteón a celebrar la famosa Noche de Ánimas
Animecha Kejtzitakua, en purépecha, donde recibirán a sus muertos con nutridas ofrendas que incluyen sus comidas y bebidas favoritas y todo lo que les recuerda a ellos.
En el panteón de Tzurumútaro, un enorme arco de flores en su entrada, hecho con cempásuchil, simboliza el portal hacia el más allá, adonde miles de devotos se dirigen con sus veladoras, antorchas y canastas de mimbre repletas de comida para esta noche nostálgica. Uno de los platillos tradi- cionales que se prepara en esta época es el turkus, que es una quesadilla de pescado con tortilla de maíz azul.
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Tours para celebrar Día de Muertos
En Michoacán ofrecen tours para celebrar el Día de Muertos, en los cuales se visita los cementerios más importantes de la Zona Lacustre de Pátzcuaro, como el Cementerio de Tzurumútaro, el favorito de los fotógrafos por ser considerado como el más bello de Michoacán y donde se levanta el Altar Especial a Don Lázaro Cárdenas del Río, expresidente de México. Se cena ahí mismo y, posteriormente, las personas se trasladan al cementerio en el pueblo de Cucuchucho para apreciar más rituales de velación. Después se dirigen hacia un muelle en la localidad de Ucazanaztacua, en donde se toma una lancha para llegar hasta la famosa isla de Pacanda, en el Lago de Pátzcuaro, cuyo cementerio es más grande y está mejor conservado que el de Janitzio, pero es menos concurrido, así que podrás vivir una mejor y más tranquila experiencia en la zona.
Foto: Instagram/mexicoatravesdeunlente
La salida de este tour es desde Morelia, en un Chedrahui ubicado en la Plaza Comercial La Huerta, a unos 20 minutos del centro, aproximadamente. Habitualmente salen a las siete de la tarde, por lo que debes llegar alrededor de seis y media. En los autobuses caben hasta 45 personas, mientras que las camionetas tipo van transportan hasta 14.
Se llega a la Catedral de Morelia en la madrugada del día 2 noviembre, entre las cuatro y las cinco de la mañana, aproximadamente.
OAXACA: Tapetes de Colores y Mole en la Ofrendas
Desde que los dominicos evangelizaron gran parte del territorio oaxaqueño, las fechas para celebrar a los Fieles Difuntos se agregaron al calendario de manera obligatoria. Esta celebración inicia a mediados de octubre con la adquisición de los productos que se colocará como ofrenda en los altares. Los mercados se impregnan de olores y colores característicos desde tempranas horas del día. Entre los productos más demandados destaca el famosísimo mole negro, los dulces oaxaqueños (la calabaza en conserva, las manzanitas de tejocote y el nicuatole), el chocolate y el pan de muerto.
El 1 de noviembre “se llevan los muertos”, una costumbre que consiste en obsequiar a parientes y amistades portaviandas que integran posteriormente a la ofrenda de muertos. Ese día se venera a los niños difuntos, mientras que el 2 de noviembre, a los finados adultos.
Ya sea en ofrendas en las casas o adornando, en los cementerios, las tumbas de los familiares fallecidos, los Altares de Muertos no pueden faltar en estas fechas. Con papel picado o manteles, estas mesas tienen la comida favorita de los difuntos. Tampoco se debe omitir el copal y el incienso, resinas que al ser quemadas despiden olores relacionados con los tributos dedicados a las divinidades en la época prehispánica. Ahora, el incienso ha cobrado otro significado, pues se cree que purifica el alma de los muertos. En esta fecha, los cementerios resurgen del ambiente lúgubre en el que estuvieron todo el año, como el Panteón General, al que embellecen 2 mil 400 veladoras. Incluso, en esta región se dan los populares concursos de Altares de Muertos, en donde el ingenio y el cariño que las personas sienten por sus difuntos queda expresado en las ofrendas y en los coloridos tapetes que las rodean.
Entre rezos y tradición gastronómica
En Santa Cruz Xoxocotlán, por ejemplo, los habitantes comienzan a arreglar sus altares desde el 30 de octubre para que al día siguiente, a las tres de la tarde, al repicar las campanas de la iglesia, reciban a los niños difuntos con un caminito de pétalos de cempasúchil en la puerta de la casa, donde también se coloca el copal en un brasero. El 2 de noviembre, las canastas llenas de pan, chocolate, fruta y calabaza en conserva, son repartidas entre los compadres o conocidos.
Desde el 31 de octubre, las personas visitan también los cementerios con flores, velas, calaveritas de dulce, comida y mezcal o cerveza para soportar el frío, pues se quedan rezando y velando a sus muertos hasta las cuatro o cinco de la mañana.
En el mes de octubre se reza el Rosario de Aurora, en honor a la Virgen del Rosario, que culmina el 31 de octubre, día en el que, desde la Iglesia de Santa Elena de la Cruz sale, a las 11 de la noche, una procesión con la imagen de San Sebastián que llega al Panteón Antiguo, adonde acuden los fieles con veladoras para visitar a sus muertos.
Foto: facebook/enigmatico
Entre comparsas y aromas característicos
En Santa María Atzompa, hay un verdadero festín, con programas musicales, muestras gastronómicas y artesanales, comparsas, concursos de tapetes de arena de colores, altares, conciertos y exposiciones. Asimismo, se realiza una visita a los cementerios del municipio.
Varias personas también realizan un tipo de baile de comparsas que recorren las calles caracterizadas, supuestamente, como las ánimas del purgatorio.
Incluso, hay gente que se disfraza de diablo, catrina o calaca.
POMUCH: Un acercamiento a la muerte poco convencional
No hay una tradición mexicana de Día de Muertos tan cerca- na a la muerte como la que se realiza en Pomuch, un pueblito maya ubicado a 60 kilómetros de la ciudad de Campeche, capital del estado del mismo nombre. En esta región celebran estas fechas de una manera poco convencional, pues no sólo ofrecen comida a los muertos, sino que los sacan de sus tumbas para limpiar sus huesos, renovando así su voto con la Muerte.
Este poblado, lleno de pintorescas casitas y habitantes que guardan gran solemnidad en estas fechas, te recibirá con amabilidad a tu llegada. Luego de pasar el arco en la entrada que dice “Silencio y respeto”, serás testigo de una celebración sin igual que estremecerá todos tus sentidos.
El origen de la tradición es incierto, pero se cree que nuestros antepasados indígenas realizaban esta práctica. Al realizar la limpieza de huesos no sólo se pretende revivir el vínculo del humano con la muerte, sino reforzar el de la familia, pues el difunto es un eslabón de una cadena de decenas de generaciones.
La preparación y el significado
Este compromiso anual que realizan los habitantes de Pomuch se vive con respeto y seriedad, y comienza tres años después de que el difunto fue enterrado. Los familiares acuden a los osarios, donde exhiben los huesos, cráneos, tibias y costillas del ser querido en una cajita. Antes de asearlos, los dejan al aire libre para que puedan purificarse. La tradición consiste en limpiarlos con una brocha y, en caso de presentar humedad, quizá hasta los laven y los pongan al sol a secarse. Generalmente, al realizar esta práctica, los familiares también platican con el difunto y son sumamente cuidadosos y respetuosos con los restos.
Una vez que los huesos que dan limpios, la caja donde van colocados se decora con manteles o servilletas bordados al estilo maya. Los osarios o “casitas” también son adornados con figuras de flores, ángeles, animales, juguetes, aves, grecas y palabras en el dialecto del finado. Hay personas que consideran los restos de sus fallecidos como santos, por lo tanto, piden que se les venere o se les rece.
Deliciosa tradición
Pomuch también es reconocido por su sabroso pan que se vende en estas fechas. Tan delicioso es el producto que tiene su propia Feria del Pan, a la que acuden miles de personas para deleitarse con él. Este pan se elabora en hornos de piedra y ladrillo que le dan un toque único. También hay otra tradición culinaria por estas fechas que no debes perderte: el pibipollo, un tamal redondo en forma de pastel que se cocina envuelto en hoja de plátano y en horno de tierra.
MIXQUIC: El Barrio de Todos
A uno de los 21 Barrios Mágicos de Ciudad de México. El nombre de Mixquic significa “lugar de quien cuida el agua” y como forma parte de la zona chinampera, fue declarado como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco a sólo una hora de Xochimilco, se ubica un destino imperdible en este Día de Muertos. Forma parte de los siete pueblos de la Alcaldía de Tláhuac y fue reconocido como uno de los 21 Barrios Mágicos de Ciudad de México. El nombre de Mixquic significa “lugar de quien cuida el agua” y como forma parte de la zona chinampera, fue declarado como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Este sitio destaca en estas fechas, sobre todo, por sus cortejos fúnebres escenificados, donde una supuesta viuda grita graciosas frases a los asistentes, por la “pérdida de su marido”. A lo largo del recorrido podrás disfrutar de mariachis que amenizan la noche y de la famosísima alumbrada.
El día 2 de noviembre, la gente comienza a llegar al panteón a eso de las 19:00 horas para decorar las tumbas de sus difuntos con flores y veladoras que sirven para guiar el camino de los fallecidos, quienes regresan a ver a sus familiares en esta época.
A la celebración llegan alrededor de 100 mil visitantes ansiosos por vivir esta inolvidable experiencia, entre luces, rezos, risas y canciones.
Puedes llegar en coche a este Barrio Mágico tomando Periférico Sur, luego te vas por Avenida Taxqueña hasta llegar a la Avenida Tláhuac y continúas hasta Mixquic.
Por la Autopista México-Puebla, también puedes tomar la carretera Chalco-Mixquic.
Si no tienes coche y quieres visitar este sitio, puedes llegar al Metro Tasqueña de la Línea 2, donde tomarás un autobús que te lleve de Tasqueña a Mixquic (el trayecto se realiza en un tiempo de dos a tres horas). O llegar al Metro Tláhuac de la Línea 12, de don- de sale un autobús que te lleva hasta el barrio en una hora y media.