El turismo polar es uno de los sectores de viajes que más se ha incrementado durante la última década.
Los cruceros llegan a zonas remotas como la Antártida, cargados de decenas de turistas que, sin duda, dejan su huella.
Los tours tienen cada vez más clientes que buscan ver osos polares, aureolas boreales, pingüinos o glaciares. Es cierto que las fotografías en dichas regiones son espectaculares , sin embargo, estas prácticas traen consecuencias.
La Oficina Alemana del Ártico publicó un informe acerca de las consecuencias del turismo polar, estas son algunas de ellas:
La contaminación generada por cruceros y aviones, en estas zonas, aumenta debido a los tipos de combustibles, y afecta a los ciclos naturales del hielo y la nieve.
Por otro lado, la contaminación auditiva perjudica gravemente a ciertas especies como a las ballenas.
Las olas de turismo de masas que arriban a las tierras de las zonas polares, también afectan a los ecosistemas, sobre todo por la generación de residuos sólidos que producen.
Pero esta práctica turística también genera beneficios. Por ejemplo, algunas agencias donan un porcentaje de las ganancias para la protección de especies.
Las poblaciones cercanas a la actividad turística también se ven beneficiadas, ya que la economía gira en torno a esas localidades.
Otro de los beneficios del turismo polar, es que los visitantes pueden ver, con sus propios ojos, las consecuencias del cambio climático en el comportamiento de los animales y en el deshielo de los glaciares. De esta manera, se crea conciencia sobre los efectos del cambio climático.
Los especialistas aseguran que en los últimos cinco años, el turismo polar se ha incrementado en un 28%. Incluso, ahora es más común observar a turistas que a científicos, historiadores o geólogos en esas regiones.
Quienes más visitan estos territorios son los estadounidenses, chinos y australianos. Hasta 60 mil turistas han visitado la Antártida en un año, el lugar donde es más común el turismo polar.
No cabe duda que todo en exceso es malo, incluso el turismo, y aun cuando todos tenemos derecho a disfrutar de nuestro planeta, siempre debemos de hacerlo de manera consciente y responsable.