Si nos preguntamos sobre el éxito en la recuperación de afluencia turística de países tradicionales como Francia (100 millones de turistas por año), España (86 millones) o de los emergentes como China (60 millones) o Turquía (57 millones), la respuesta es relativamente sencilla y absolutamente compleja. Todos ellos utilizan esquemas de Planeación Estratégica Turística que los posicionan como líderes mundiales en este ámbito. Turismo
Francia, el destino más visitado del mundo, ha desarrollado una planificación estratégica integral para gestionar su sector turístico. La esencia de esta estrategia, con enfoque de sostenibilidad y de adaptación a las tendencias, la encontramos en el Plan Atout France: Este organismo, similar al inexplicablemente desaparecido Consejo de Promoción Turística de México (CPTM), se encarga de diseñar y ejecutar estrategias nacionales para el desarrollo turístico, centrándose en la promoción de destinos específicos y la diversificación de su oferta turística. Esto incluye:
- Fomentar el turismo cultural, gastronómico y de lujo.
- Mejorar la conectividad y las infraestructuras, como transporte y alojamiento.
- Promover destinos menos conocidos para reducir la saturación en áreas populares como París.
Con este enfoque, Francia ya superó, desde 2022, las cifras prepandémicas y mantuvo su primerísimo lugar mundial en el sector.
España, el segundo destino turístico más visitado del mundo, también ha implementado una sólida planeación estratégica, destacándose la Estrategia “España 2050” y el Plan Nacional del Turismo. Estas iniciativas buscan consolidar la posición de España fomentando:
- Innovación tecnológica para ofrecer experiencias personalizadas.
- Sostenibilidad ambiental mediante la promoción del turismo rural y la descarbonización del sector.
- Recuperación y reactivación del turismo tras la pandemia.
Con la Red de Destinos Turísticos Inteligentes (DTI), España es pionera en la creación de destinos que utilizan tecnología para mejorar la experiencia del visitante, gestionar recursos de manera eficiente y garantizar la sostenibilidad. Asimismo, con el enfoque de diversificación y desestacionalización ha trabajado para reducir su dependencia del turismo de sol y playa, al operar alternativas como el turismo cultural, gastronómico, deportivo y rural en regiones como Castilla y León o Galicia.
Programas integrales semejantes se han implementado en China, Turquía, Estados Unidos e Italia. Mientras avanzan en el concepto, países como México se han limitado o, peor aún, retrocedido, a planes y programas locales o estatales, sin conceptos de integralidad y, por lo mismo, fragmentados e insuficientes en la ecuación que comprende destinos y posibilidades.
La aplicación de la planeación estratégica integral en los países líderes ha permitido:
- Aumentar su competitividad global, atrayendo a millones de turistas anualmente.
- Garantizar la sostenibilidad del sector al equilibrar crecimiento económico con conservación cultural y ambiental.
- Adaptarse a los cambios en la demanda, incluyendo la digitalización y las preocupaciones por el medio ambiente.
La implementación de programas, planes, objetivos, metas, tareas y estrategias de alcance nacional son el detonador mundial en la recuperación del turismo. El enfoque fragmentado y casuístico, sin integración y plagado de ocurrencias, coloca al sector turístico en posición desventajosa como aportador a la economía y difusor de la cultura nacional. Si analizamos el caso de México, nos encontramos en un punto intermedio, esperamos que el régimen que recién empieza opte por el concepto estratégico y que la fragmentación se reduzca a un lamentable sexenio. Mientras… ¡Felices Fiestas!
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