La Secretaría de Turismo Federal (Sectur) fue creada el 18 de enero de 1974 al publicarse en el Diario Oficial de la Federación el decreto que le mandata como la dependencia del gobierno mexicano encargada de formular, coordinar, ejecutar y evaluar la política turística del país, así como promover y fomentar el turismo nacional e internacional. El mismo año, 1974, se creó el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), con el objetivo principal de impulso y desarrollo de proyectos turísticos en diversas regiones del país.
Reconocido mundialmente por ser el pionero de la planeación turística a largo plazo, de la mano del Fonatur surgieron los mundialmente famosos Centros Integralmente Planeados Sustentables (CIPS) de Cancún, Los Cabos, Ixtapa, Huatulco, Loreto y Capomo-Litibú en la Riviera Nayarit y 9 escalas náuticas (singladuras) en el Mar de Cortés.
Adicionalmente, ha calificado, certificado e impulsado un sinfín de proyectos en la totalidad de las entidades del país. Su modelo de negocios, autosustentable y multiplicador ha sido exitoso y definitivo en el desarrollo y posicionamiento del turismo nacional. El modelo se ha copiado en países como Colombia, China o Arabia, y tiene reconocimiento mundial.
A principios de la actual administración federal, se le encomendó la construcción del megaproyecto denominado Tren Maya y se le fueron reduciendo, eliminando o minimizando las funciones que la Ley General de Turismo le mandata.
Por alguna extraña razón, después de cuatro años de estar a cargo de la megaobra, ésta se traspasó, por decreto, a la Secretaría de la Defensa Nacional. Se habían ejercido casi 400 mil millones de pesos (el costo inicial era de 120 mil millones) y tiene un presupuesto de 120 mil millones más para el ejercicio 2024. Esta transferencia implica que la obra ya no tiene un perfil turístico eminente.
¿Qué más?
Sin embargo, en paralelo, se ha iniciado el desmantelamiento del Fonatur. Sus activos, con la plusvalía que el propio Fondo generó, se han rematado, olvidando su obligado destino turístico, e incluso se han rifado en sorteos de la Lotería Nacional, con la consiguiente descapitalización del Fondo. ¡Duro golpe para el turismo nacional!, primera fuente de empleo en el país y tercer generador de divisas, en recuperación después de la crisis de la pandemia.
No es el primer golpe al sector en los últimos años. Previamente se eliminó al Consejo de Promoción Turística de México, organismo público-privado que trabajaba para diseñar estrategias de promoción que destacaran los atractivos culturales, naturales e históricos de México.
Buscaba posicionar al país como un destino turístico competitivo y atraer a visitantes de todo el mundo. Esto incluía la participación en ferias internacionales, campañas de publicidad, desarrollo de materiales promocionales y otras iniciativas para impulsar la imagen de México como un lugar diverso y atractivo para el turismo.
¿Y luego?
Los brazos operadores del turismo nacional desaparecen y lo que más extraña es la pasividad e indiferencia de la cabeza del sector, la Secretaría de Turismo hace mutis y permite la desintegración de lo que en su seno se denominaban “palancas del desarrollo” y pilares del sector económico más importante del país. Nos deben sin duda, una explicación para aclarar estos golpes que, seguramente, frenarán y afectarán su recuperación, hoy en día aún por debajo de los niveles previos a la pandemia.
Si el Tren Maya es un proyecto turístico, ¿por qué su manejo se transfirió a la Sedena? Ahora, si no era proyecto turístico, ¿por qué se le encomendó al Fondo Nacional de Fomento al Turismo la ejecución del proyecto? Averígüelo usted. Hoy, estamos tristes.
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