En octubre, Sinaloa vive una de sus tradiciones más queridas en el Pueblo Mágico de San Ignacio, donde la comunidad de San Javier celebra la Fiesta de la Taspana, una manifestación cultural reconocida como Patrimonio Cultural Intangible del estado.
Esta festividad, que se realiza cada tercer domingo de octubre, nació en 1865, cuando los habitantes del pueblo comenzaron a “taspanar”, es decir, limpiar la hierba y la maleza que crecían después de las lluvias. Lo que inició como una labor colectiva para mejorar el aspecto del lugar, con el tiempo se convirtió en una celebración que mezcla historia, música y convivencia.
Durante el festejo, las calles del pueblo se llenan de alegría al compás de las bandas de viento, mientras los vecinos y visitantes disfrutan de un ambiente animado que, en sus inicios, se recompensaba con mezcal y comida. Hoy, la tradición ha evolucionado, sumando nuevos elementos que la hacen un atractivo cultural para quienes buscan vivir experiencias auténticas.
Entre los momentos más esperados está el “burro bar”, una carreta adornada con ramas que es jalada por un burro y desde donde se ofrece una bebida tradicional que se comparte entre todos. Este detalle recuerda a las típicas callejoneadas y convierte la limpieza comunitaria en una fiesta popular llena de vida.
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La celebración también presenta coloridos espectáculos de ballet folklórico, donde el zapateado, los movimientos del faldeo y la música regional reflejan el espíritu cultural del estado y envuelven a los asistentes en una experiencia llena de color y tradición.
La Fiesta de la Taspana es una oportunidad para apreciar la riqueza cultural de Sinaloa. Este octubre, San Javier abre sus puertas a viajeros y amantes de las costumbres para disfrutar una celebración que ha pasado de generación en generación, manteniendo vivo el sentido de comunidad y alegría que distingue a su gente.
