Antes de visitar las cascadas en el Estado de México, debes saber que este lugar es uno de los destinos más ricos en turismo de naturaleza en el país. Cuenta con 84 áreas naturales protegidas, entre parques nacionales, estatales, reservas ecológicas y santuarios, que cubren cerca del 43.5 % de su territorio.

Entre los más destacados están el Parque Nacional Nevado de Toluca, con sus lagunas del Sol y la Luna; el Iztaccíhuatl–Popocatépetl, con volcanes y bosques de alta montaña; y las Lagunas de Zempoala, con siete cuerpos de agua rodeados de coníferas.

Existen múltiples cascadas, como La Concepción y Tixhiñú en Aculco, y varias más en Valle de Bravo, ideales para el ecoturismo, senderismo y rapel. También destacan cuerpos de agua como la Presa Brockman en El Oro, perfecta para actividades al aire libre.

La flora incluye bosques de pino, encino y oyamel, así como hongos y plantas medicinales. La fauna va desde venado cola blanca y coyotes hasta aves rapaces y gatos monteses.

Aunque la riqueza natural es abundante, enfrenta amenazas como la urbanización y tala ilegal. Aun así, el Estado de México se consolida como un paraíso para el turismo ecológico y de aventura.

Cascada Velo de Novia

La Cascada Velo de Novia se localiza a unos 20 minutos en automóvil desde el centro de Valle de Bravo, Estado de México. Tiene una altura aproximada de 35 metros y está rodeada por un denso bosque de coníferas. El nombre proviene de la forma en la que el agua cae, pareciendo un velo de novia.

Según una leyenda local, el lugar surgió luego de que una mujer se arrojara por el despeñadero tras haber sido abandonada en el altar.

La zona es ideal para caminar por senderos cubiertos de musgo y helechos. También es posible realizar paseos a caballo o disfrutar de un picnic, ya que hay áreas con mesas y asadores.

El sitio forma parte de una zona natural que recibe gran afluencia de visitantes durante la temporada de mariposas monarca, entre diciembre y marzo.

Con acceso es por la carretera Colorines-Valle de Bravo, en la comunidad de San Gaspar del Lago. La infraestructura del lugar incluye estacionamiento, senderos señalizados y puntos de descanso.

Es un sitio apto para actividades familiares, recorridos en pareja y turismo de naturaleza. También se pueden tomar fotografías del entorno o simplemente observar el paisaje montañoso que rodea la cascada.

Cascada El Molino

La Cascada El Molino se encuentra a aproximadamente 15 minutos en automóvil desde el centro de Valle de Bravo. Con una caída de agua de alrededor de 15 metros, esta cascada se sitúa en un entorno natural tranquilo, rodeado de bosque de pinos. Aunque su tamaño no es el mayor entre las cascadas de la región, ofrece un entorno adecuado para el descanso y la contemplación.

El acceso es sencillo, a través del Camino al Molino Viejo, lo que la hace ideal para visitas breves o caminatas ligeras. Desde su mirador se puede observar la caída del agua y tomar fotografías del paisaje. El sonido del agua al caer proporciona un ambiente sereno, y en los alrededores hay espacios para sentarse y descansar.

En la zona cercana a la cascada existen establecimientos como restaurantes y puestos de venta de artesanías. Estos ofrecen a los visitantes alimentos, bebidas y recuerdos típicos de la región. También se puede caminar entre los árboles del bosque cercano, donde hay senderos accesibles para todo tipo de visitantes.

La Cascada El Molino es una alternativa para quienes buscan un sitio natural accesible dentro del área de influencia de Valle de Bravo, sin necesidad de recorrer grandes distancias.

Cascada Refugio del Salto

La Cascada Refugio del Salto está ubicada en Valle de Bravo, Estado de México, y tiene una caída de agua de aproximadamente 15 metros. Su nombre proviene del paraje natural en el que se encuentra, rodeado de bosque denso y vegetación abundante. El acceso principal se localiza a un costado del Río del Molino, y para llegar es necesario descender por una serie de escalinatas de piedra y tierra.

Este recorrido hacia la cascada, aunque corto, presenta algunas pendientes y escalones, por lo que se recomienda llevar calzado adecuado. Con un sendero atraviesa un entorno natural bien conservado, con árboles altos, musgo y áreas sombreadas. Durante el trayecto es posible observar flora y fauna local, así como disfrutar de la tranquilidad del paisaje.

Una vez en el sitio, los visitantes pueden descansar en zonas habilitadas, tomar fotografías o simplemente apreciar el sonido del agua y el entorno natural. La ubicación exacta es en Camino a San Gaspar sin número, en Valle de Bravo.

El sitio es apto para caminatas cortas, excursiones familiares o visitas de fin de semana. También puede integrarse en un recorrido más amplio por las cascadas cercanas a Valle de Bravo, como Velo de Novia o El Molino.

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Cascada Congelada y Laguna Nahualac

La Cascada Congelada se encuentra en el municipio de Amecameca, dentro del Parque Ecoturístico Dos Aguas, en las faldas del volcán Iztaccíhuatl. Su nombre se debe a que, durante el invierno, las bajas temperaturas hacen que el agua se congele parcialmente, formando estructuras de hielo a lo largo de la caída. El recorrido para llegar a la cascada es de aproximadamente 25.3 kilómetros de senderismo, por lo que se considera una ruta de dificultad moderada a alta.

Durante la caminata, los visitantes atraviesan bosques de pino y oyamel, con vistas panorámicas del volcán. En la misma ruta se encuentra la Laguna Nahualac, un cuerpo de agua de origen glacial que ha sido escenario de rituales prehispánicos. En sus alrededores se han hallado vestigios arqueológicos utilizados en ceremonias ancestrales.

El trayecto puede tardar varias horas, por lo que es recomendable llevar ropa térmica, impermeable, alimentos y agua. También se sugiere contratar un guía local, especialmente en temporada de niebla o clima cambiante.

Este sitio combina naturaleza, arqueología y actividad física. Está abierto todo el año, aunque la mejor época para observar la cascada en estado congelado es entre diciembre y febrero. El acceso inicia desde el Parque Dos Aguas, en Amecameca.

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Cascada de los Diamantes

La Cascada de los Diamantes se localiza dentro del Parque Nacional Iztaccíhuatl-Popocatépetl, en el municipio de Tlalmanalco, Estado de México. Con una altura aproximada de 110 metros, es una de las cascadas más altas del estado. Su agua proviene de manantiales ubicados en las laderas del Iztaccíhuatl, lo que la convierte en una fuente natural de gran pureza.

El acceso a la cascada requiere recorrer una ruta de senderismo de unos 8.2 kilómetros desde el Parque Ecoturístico Dos Aguas. El trayecto atraviesa zonas boscosas y senderos empinados, por lo que es considerado de dificultad media a alta. Se recomienda llevar calzado adecuado, agua, protector solar y algo de abrigo, especialmente si se visita en temporada de frío.

Durante el recorrido es posible observar flora y fauna del bosque de alta montaña, así como disfrutar de vistas panorámicas. Al llegar, los visitantes pueden contemplar la caída del agua desde distintos ángulos, descansar o acampar en áreas designadas dentro del parque.

La mejor época para visitar es durante la temporada de lluvias, cuando el caudal aumenta considerablemente. La cascada es un destino popular entre excursionistas y amantes de la naturaleza. Se localiza en Prolongación La Cuesta s/n, San Rafael, Tlalmanalco.

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