Desde que llegaron a principios del siglo XX, los menonitas han sido clave en el crecimiento agrícola, económico y cultural de Chihuahua. Esta comunidad, que vino desde Europa y Canadá buscando libertad religiosa y una vida más tranquila, encontró en estas tierras un lugar perfecto para establecerse y empezar de nuevo.
Su principal labor es la agricultura. Las mujeres y los niños se encargan de cuidar a los animales. Cultivan maíz, frijol, avena, trigo, sorgo, lino, cebada y centeno. También han probado con frutales y algodón. Crían su ganado en conjunto, y parte de su producción de leche y carne es solo para su consumo.
Hoy en día, la mayoría vive en Cuauhtémoc, antes llamado San Antonio de los Arenales, al oeste de la capital del estado. Gracias a ellos, Chihuahua se destaca como uno de los mayores productores de manzana, nuez y quesos artesanales, como el queso menonita, famoso por su sabor y calidad, dentro y fuera del país.
Explorar su historia es entender una parte profunda de Chihuahua: una historia hecha de esfuerzo, armonía y apego a las raíces. Una gran forma de hacerlo es visitando el Museo y Centro Cultural Menonita, una asociación civil que abrió sus puertas al público en 2001 y que desde entonces recibe a viajeros y locales con gran interés.
El museo se ubica en el Corredor Comercial, y es recomendable reservar la visita con un tour oficial, ya que no hay transporte público. Durante el trayecto verás enormes huertos de manzanos. Al llegar, te recibirá un tractor, un patio con pasto bien cuidado y una réplica de casa menonita. Una persona de la comunidad te mostrará las salas y te contará su historia con detalle.
Verás cómo es su vida diaria en el campo, la cocina, los cuartos de los hijos e hijas, y la habitación principal. Al final del recorrido hay una tienda con recuerdos, donde puedes comprar la ropa típica: faldas largas y pañoletas para mujeres, overoles para hombres y niños, además de mermeladas y el clásico queso menonita que, cerrado, puede durar hasta 3 meses sin refrigeración.
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Chihuahua es un destino lleno de historia, cultura y hospitalidad. Aquí, cada rincón guarda una sorpresa y cada visita es una oportunidad para conocer un México diferente, auténtico y profundamente orgulloso de sus raíces.
