Enclavado en el corazón del municipio de Cañadas de Obregón, dentro de la majestuosa Región de Los Altos de Jalisco, se encuentra Temacapulín, un Pueblo Mágico que parece detenido en el tiempo y abrazado por la serenidad. Famoso por sus balnearios de aguas termales, este rincón también resguarda historia, paisaje y alma.
Rodeado por el esplendor del Valle del Río Verde, Temaca —como lo llaman con cariño sus habitantes— invita a vivir experiencias únicas en contacto con la naturaleza. Aquí, las montañas verdes y los manantiales cristalinos inspiran caminatas entre veredas, paseos en bicicleta, cabalgatas, o travesías en cuatrimoto que revelan cascadas escondidas y rincones sagrados del agua.
Para quienes buscan experiencias acuáticas, el propio Río Verde ofrece emocionantes recorridos en kayak o balsas. Y si lo que se desea es relajarse, los balnearios de aguas termales son verdaderos santuarios de bienestar: aguas que emanan desde las entrañas de la tierra, llenas de minerales y calor curativo, brindan beneficios terapéuticos y un profundo descanso para cuerpo y alma.



Entre los balnearios imperdibles están:
El Salitre, ideal para familias, con áreas infantiles, espacios de comida y baños terapéuticos.
La Peñita, con toboganes, albercas de distintos tamaños y palapas para descansar bajo el sol.
Centro Recreativo Temacapulín, con tres amplios parques acuáticos para horas de diversión.
Caminar por las calles empedradas del pueblo es volver al pasado. Las casonas de adobe, techos de teja y puertas de mezquite enmarcadas por cantera rosa cuentan historias en cada esquina. Destaca la Basílica Lateranense de la Virgen de los Remedios, joya del siglo XVIII y símbolo cultural de gran valor para Jalisco.



Para quienes aman explorar:
El Cristo de la Peñita, figura natural plasmada en una roca, un fenómeno visual y espiritual.
Las Ruinas del Panteón Viejo, que ofrecen una vista panorámica desde las alturas, perfecta para admirar la belleza del valle.
La Hacienda Cerro Viejo, rodeada de magueyes y cargada de historia regional.
Y como en todo pueblo jalisciense, la gastronomía es un viaje de sabores: birria, tortas ahogadas, tamales, guisados con jocoque, pozole, pescado en penca de mezcal, todo acompañado de tequila o mezcal artesanal. De postre, no hay que dejar pasar la cajeta local y los dulces de leche, joyas que endulzan cualquier memoria.
A solo dos horas de Guadalajara, Temacapulín es más que un destino: es un suspiro entre montañas, una caricia de agua tibia y un abrazo de tradición. Perfecto para unas vacaciones llenas de alegría, descubrimiento y conexión con lo esencial. Aquí, cada rincón guarda una historia, cada calle invita a la calma, y cada sonrisa local te hace sentir en casa.
Si quieres conocer más de México lee nuestra revista mensual y suscríbete a nuestro canal de YouTube:




