Desde 2014 y hasta el día, de hoy el Caribe mexicano se ha visto afectado por la llegada desmedida de sargazo a las costas, esta alga no solamente se encuentra en playas públicas, sino que también ha afectado áreas residenciales, hoteles, resorts, lo cual podría influir en la decisión de los turistas al momento de elegir su próximo destino.
El sargazo comenzó a llegar a las costas de Quintana Roo a finales de 2014, se intensificó la llegada en 2015, y en 2018 el volumen fue exagerado, disminuyendo hasta septiembre de 2019.
La Secretaría de Marina (Semar) cuenta con un helicóptero “Panther” con el cual sobrevuela diariamente las playas del Caribe mexicano para poder identificar las zonas más afectadas por el sargazo.
Solamente a lo largo de este año, Semar ha recolectado más de 9 mil toneladas de sargazo, de las cuales un aproximado de 6 mil 700 toneladas fue recolectado solamente en mayo y junio.
Con estos recorridos se identifican las zonas donde se instalarán barreras de contención a lo largo de la línea costera. Es decir, aproximadamente de 32 mil kilómetros, por ahora sólo hay 3 mil 800 metros de barrera, además se está instalando la barrera en Tulum, lo que daría un total de 4 mil 200 metros de barrera.
Semar cuenta con 18 embarcaciones menores y un barco de investigación, además de 85 elementos.
¿Qué es el sargazo?
El sargazo pelágico es una macroalga marina parda del género Sargassum, que tuvo un aumento significativo en su llegada a las costas del Caribe mexicano, ocasionado por el aumento de nutrientes, la temperatura del agua, así como las corrientes marinas y el viento.
Recientemente, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) dio a conocer en un boletín información importante sobre el sargazo, y es que esta alga contiene en su composición química elementos como arsénico, cobre, manganeso y molibdeno, los cuales en grandes concentraciones son dañinos para la flora y fauna local además de para la humanidad.
Lo anterior lo dio a conocer Rosa Elisa Rodríguez Martínez, de la Unidad Académica de Sistemas Arrecifales, del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (ICML) de la UNAM, con sede en Puerto Morelos, Quintana Roo.
En un estudio se analizó 63 muestras de estas macroalgas en diferentes localidades y se encontró en ellas cloro, cobre, calcio, hierro, fósforo, magnesio, potasio, aluminio, silicio, plomo, vanadio, uranio, estroncio, azufre, zinc, torio y rubidio, entre otros elementos.
El arsénico es el hallazgo más preocupante, ya que se detectó en todas las muestras colectadas y en la mayoría en una cantidad que supera los límites establecidos para consumo humano y animal.
En estos años han llegado millones de toneladas de esta alga y pocas han sido removidas, esto representa un riesgo ya que su acumulación y descomposición afectan a los ecosistemas costeros, los arrecifes de coral, pastos marinos, playas, manglares y posiblemente al acuífero.
La universitaria mencionó que es necesario encontrar formas para un buen manejo de estas para evitar afectaciones a playas o ecosistemas costeros, una manera útil sería encontrar usos industriales para esta alga, por el momento ya se experimentan varias ideas como mezclarlo con resinas para hacer diferentes materiales.