Por Dante Rojas Pedrizco
Finca Robles se asoma en la calle Tamaulipas, una de las rutas urbanas con mayor pulso en la Condesa, donde huele a café recién molido y a sabores de cocina de barrio, que mezclan especias suaves y guiños salados. En este corredor de restaurantes, bares y planes infinitos, el lugar se convierte en un refugio versátil: ideal para una salida serena entre semana, para una noche que quieres que se alargue o como una escala luminosa dentro de cualquier ruta nocturna.
Raíces oaxaqueñas en la Condesa
El espacio, con capacidad para unas 80 personas, tiene el encanto de lo íntimo. Es angosto, alargado, diseñado para conservar la conversación y la cercanía. Las mesas comunales y la barra —que exhibe con orgullo su colección de etiquetas— dibujan un escenario perfecto para descubrir sabores, mirar pasar la vida a través de un buen trago y sentir el pulso auténtico de la Condesa.
La marca Finca Robles viene de Sola de Vega, Oaxaca, una región conocida por su producción con cocción bajo tierra y destilación en barro, un proceso que la familia Robles ha mantenido por cuatro generaciones. En la Ciudad de México llevan siete años operando en Mercado Roma, pero decidieron abrir esta nueva sucursal.
Para quienes buscan aprender lo básico del mezcal, Adair Robles, dueño del lugar, nos explica que un buen mezcal debe verse cristalino, sin residuos ajenos al maguey; debe oler a maguey, no a alcohol; y el primer trago no tendría que quemar en exceso si está equilibrado. Esa información, simple pero útil, marca la diferencia cuando estás eligiendo qué pedir.
La barra de mezcal que invita a quedarse Finca Robles
La barra tiene más de 20 etiquetas de diferentes regiones, incluyendo variedades como espadín, tobalá, jabalí, tepeztate y ensambles. También realizan catas sensoriales para comparar diferentes tipos de mezcal sin necesidad de moverse por todo el país, ayudando al comensal a saborear las diferencias según el maguey y el clima.
Para quienes prefieren cocteles, la carta es amplia y los precios van de 220 a 240 pesos. Opciones como el Mezcal Mule, el Santana o el Papu Papu funcionan bien para quienes buscan algo más ligero o simplemente quieren un trago diferente. Finca Robles es una opción versátil para aquellos que quieran una introducción rápida a este destilado. Además, próximamente el espacio se expandirá para un corredor gastronómico con comida internacional.
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Porque viajar no es solo llegar: es disfrutar cada paso del camino.
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