Los árboles de Navidad, son una de las tradiciones más representativas de estas fiestas y su origen es muy antiguo. Antes del cristianismo, varios pueblos europeos, como los celtas y germanos, consideraban sagrados a los árboles de hoja perenne, ya que simbolizaban la vida y la esperanza durante el invierno. En el solsticio de invierno decoraban ramas verdes para celebrar que los días volverían a ser más largos.
Con la llegada del cristianismo, estas costumbres se adaptaron a la nueva religión. Una leyenda cuenta que San Bonifacio, misionero del siglo VIII, promovió el uso del abeto por su forma triangular, que representaba la Santísima Trinidad. Sin embargo, el primer árbol de Navidad documentado apareció en Alemania en el siglo XVI. Las familias colocaban un abeto en sus casas y lo adornaban con manzanas, velas y dulces, símbolos religiosos y de prosperidad.
Durante el siglo XIX, la tradición se extendió por Europa y América. La reina Victoria de Inglaterra y el príncipe Alberto ayudaron a popularizarla al mostrar un árbol decorado en el palacio real. Con el tiempo, las decoraciones evolucionaron y surgieron las esferas, las luces eléctricas y las figuras modernas.
Hoy, el árbol de Navidad es natural o artificial y se decora según las costumbres de cada lugar. Más allá de su significado religioso, representa unión, alegría y esperanza.
Rockefeller Center – Nueva York, EE. UU.
El árbol del Rockefeller Center es uno de los símbolos navideños más famosos del mundo. Se trata de un abeto natural de gran tamaño, decorado con miles de luces LED y coronado con una estrella gigante de cristal. La tradición comenzó en 1931 y desde entonces atrae a millones de visitantes cada año.
El encendido oficial del árbol se transmite por televisión y marca el inicio de la Navidad en Nueva York. Su ubicación en Manhattan lo convierte en un punto central de celebración y turismo durante diciembre.



Árbol flotante – Río de Janeiro, Brasil
El árbol de Navidad flotante de Río de Janeiro se instala en la laguna Rodrigo de Freitas. Está construido sobre una estructura metálica que flota sobre el agua y se ilumina con millones de luces.
Es considerado uno de los árboles navideños más grandes del mundo. Su reflejo en la laguna crea un espectáculo visual impresionante. Representa la Navidad en el hemisferio sur, donde se celebra en verano, y combina tecnología, naturaleza y celebración, atrayendo a miles de turistas cada año.



Árbol de Gubbio – Italia
El árbol de Navidad de Gubbio es único porque no es un árbol real. Está formado por miles de luces colocadas en la ladera del monte Ingino, creando la silueta de un árbol gigante. Mide más de 750 metros de altura y es considerado uno de los más grandes del mundo. En la cima se ilumina una gran estrella. Esta tradición comenzó en 1981 y se ha convertido en un símbolo de la ciudad, reuniendo a habitantes y visitantes cada Navidad.
Plaza de San Pedro – Vaticano
El árbol de Navidad de la Plaza de San Pedro tiene un profundo significado religioso. Cada año se coloca un gran abeto natural junto al belén frente a la basílica. El árbol suele ser donado por diferentes regiones de Europa como símbolo de unión. Su decoración es sencilla y solemne, con luces blancas. Durante la Navidad, miles de fieles y turistas visitan la plaza para admirarlo y participar en las celebraciones religiosas encabezadas por el Papa.
Galeries Lafayette – París, Francia
El árbol de Navidad de Galeries Lafayette se encuentra dentro de una de las tiendas más famosas de París. Cada año presenta un diseño distinto, inspirado en la moda, el arte o la fantasía.
Se coloca bajo la gran cúpula de vidrio, creando un efecto visual espectacular. Es una de las principales atracciones navideñas de la ciudad y atrae tanto a turistas como a locales. Este árbol destaca por su creatividad, elegancia y originalidad durante la temporada navideña.
Trafalgar Square – Londres, Reino Unido
El árbol de Navidad de Trafalgar Square es un símbolo de amistad entre Reino Unido y Noruega. Desde 1947, Noruega dona un gran abeto cada año como agradecimiento por el apoyo británico durante la Segunda Guerra Mundial. El árbol se decora de manera sencilla, con luces blancas verticales. Su encendido marca el inicio oficial de la Navidad en Londres. Miles de personas se reúnen en la plaza para cantar villancicos y celebrar la temporada.
Puerta del Sol – Madrid, España
El árbol de Navidad de la Puerta del Sol es uno de los más representativos de España. Se trata de una gran estructura decorada con luces LED que cambia de diseño cada año.
Su ubicación en el centro de Madrid lo convierte en un punto de encuentro para locales y turistas. Durante diciembre, el árbol forma parte del ambiente festivo que rodea la plaza, especialmente en Navidad y Año Nuevo, cuando miles de personas se reúnen para celebrar.
Vilna – Lituania
El árbol de Navidad de Vilna, ubicado en la Plaza de la Catedral, es famoso por su creatividad. Cada año presenta un diseño temático diferente, como relojes, ajedrez o cuentos. Destaca por su iluminación moderna y su estructura innovadora. Ha sido considerado en varias ocasiones como uno de los árboles más bellos de Europa. Este árbol se ha convertido en un símbolo del espíritu navideño de la ciudad y atrae visitantes de distintos países.
Estrasburgo – Francia
El árbol de Navidad de la Place Kléber en Estrasburgo es uno de los más altos de Europa. Estrasburgo es conocida como la “Capital de la Navidad” y su árbol es el centro de los mercados navideños. Está decorado con miles de luces y adornos tradicionales.
Cada año, el encendido del árbol marca el inicio oficial de las celebraciones. Representa la tradición, la cultura y el espíritu festivo que caracteriza a esta ciudad francesa.
Praga – República Checa
El árbol de Navidad de la Plaza de la Ciudad Vieja de Praga se instala frente a la iglesia de Týn. Es un abeto natural decorado con miles de luces que iluminan el centro histórico. Su encendido es un evento muy esperado por habitantes y turistas.
El árbol se acompaña de mercados navideños tradicionales, música y comida típica. Este árbol destaca por su entorno histórico, creando una atmósfera mágica y tradicional durante la Navidad.
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