Por Andrea Sánchez

Los mixes son el pueblo indígena de las montañas de la Sierra Norte oaxaqueña que jamás fue conquistado. Ni los españoles, zapotecas o mixtecas lograron subyugarlos. Ellos siempre tuvieron arraigada una cultura guerrera gracias a su Rey Condoy, ser de dones extraordinarios, que según la tradición, les enseñó a defenderse de toda adversidad y a custodiar su mundo con valentía.

Entre sus preparaciones más emblemáticas y ceremoniales de este pueblo está el Mä’ätsy (en lengua Ayuujk “Mä´äts” significa revolver o apachurrar) o Machucado Mixe, cuyo gran ritual de elaboración desglosaré en dos partes. 

Foto: X / @nomadcook

Se dice que el Machucado Mixe es una comida ceremonial heredada de generación en generación, preparada cada 1 de agosto como ofrenda para agradecer a la Madre Tierra por todo lo otorgado y para pedir que la cosecha del año venidero sea generosa.

Esta fecha es crucial para el pueblo mixe, pues para cuando llega se percibe un aire de incertidumbre en la zona: es el momento en el que la siembra de maíz se encuentra floreciendo, aún tardará en dar frutos, la cosecha del año pasado está mermada y será hasta vísperas de noviembre cuando se puedan recolectar las primeras mazorcas. Ese umbral de incertidumbre convierte la preparación del Machucado Mixe en un acto profundo, casi sagrado.

Foto: X / @fabsantiagocine

¿Qué más?

En los relatos de algunas personas se menciona la existencia de una figura conocida como “Señor Hambre”. Se cuenta que es una persona de ropa desgastada, que cada año visita los hogares para asegurarse que se está preparando Mä’ätsy en ellos.

El ritual comienza al encender el brasero. Debajo del comal, se coloca el cuenco de barro en donde se cocinará el machucado. Mientras se nixtamaliza el maíz que, pacientemente, será molido en metate como marca la costumbre ancestral.

Te recomendamos:

Platillos típicos de Oaxaca que conquistan cualquier paladar

Descubre los platillos típicos de Oaxaca: moles, tlayudas, chapulines y más en cocinas ancestrales que conquista paladares

De la masa se forman grandes “memelas”, de aproximadamente un centímetro de grosor. Éstas se ponen en el comal y, antes de que estén totalmente cocidas, se amasan —ya sea a mano o con el metate— para machucarlas y lograr tener una bola, suave, tibia y homogénea, después esa bola vuelve al comal para tomar un poco más firmeza. A la par de ello se prepara una salsa de tomate, conocida como “rojo”, aunque también se pueden elaborar salsas de pepita y chile pasilla Mixe. Los ingredientes dependen mucho de la cosecha de cada familia, así que el Machucado Mixe adquiere un carácter versátil.

Descubre el final de este ritual que incluye servirlo acompañado de alimentos veracruzanos y no lavar el cuenco donde se sirve en mi siguiente columna…