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Ruta Internacional

Budapest alternativo: guía de joyas escondidas

Descubre Budapest: mercados, baños termales, cuevas, gastronomía callejera, restaurantes modernos y experiencias únicas como catas de spritzel.

Por: Fátima Rivera Publicado: 02/12/2025


Budapest alternativo: guía de joyas escondidas

Budapest, la capital de Hungría, está llena de curiosidades que sorprenden a sus visitantes. Por ejemplo, es conocida como la “Ciudad de los Balnearios”, con más de 100 fuentes termales y spas históricos, siendo los Baños Széchenyi uno de los complejos más grandes de Europa. La ciudad se extiende a ambos lados del río Danubio: Buda, con colinas y cuevas, y Pest, plana y vibrante, unidas por el icónico Puente de las Cadenas.

Curiosamente, Budapest tiene más de 160 cuevas subterráneas, algunas abiertas al público como Pál‑völgyi y Szemlő‑hegyi, que permiten explorar un mundo subterráneo de estalactitas y estalagmitas. Además, la ciudad alberga el Hospital in the Rock, un hospital y refugio nuclear secreto de la Guerra Fría, hoy convertido en museo.

En gastronomía, los húngaros adoran el spritzel, vino blanco con sifón, y el lángos, un pan frito que se sirve con crema agria, queso o ajo. Budapest también destaca por su arquitectura: el Parlamento Húngaro, con más de 600 habitaciones, es uno de los edificios legislativos más grandes del mundo.

Un dato curioso adicional: en la ciudad existen más de 200 km de túneles y pasadizos subterráneos, y su sistema de metro, inaugurado en 1896, es el segundo más antiguo de Europa después del de Londres. Budapest combina historia, cultura, naturaleza y secretos sorprendentes que la hacen única en Europa.

El Mercado Central de Budapest

El Mercado Central de Budapest, conocido como Nagyvásárcsarnok, es una de las visitas imprescindibles de la ciudad.

Situado cerca del Puente de la Libertad, este mercado bajo techo destaca por su impresionante arquitectura de hierro forjado y cristal, y por la variedad de productos que ofrece: paprika, salami húngaro, foie, quesos y recuerdos tradicionales.

Más allá de las compras, es un lugar ideal para experimentar la cultura y la gastronomía local.

En la última planta del mercado se encuentra el restaurante Bridge-Tours, que ofrece la posibilidad de participar en una clase de cocina húngara. Durante la actividad, los participantes recorren el mercado con un guía, aprenden sobre los ingredientes típicos y seleccionan los que usarán para preparar los platos. La clase incluye la elaboración de recetas tradicionales como el gulash, las crepes de requesón y el strudel de amapola (retés).

Al finalizar, los participantes degustan sus creaciones acompañadas de bebidas locales, mientras aprenden sobre costumbres culinarias húngaras.

Esta experiencia combina aprendizaje, cultura y diversión, permitiendo a los visitantes conectar con la gastronomía de manera práctica y auténtica. Además, suelen llevarse las recetas como recuerdo para recrear los platos en casa.

Baños Széchenyi

Una de las experiencias más emblemáticas de Budapest es visitar los Baños Széchenyi, ubicados en el Parque de la Ciudad (Városliget), junto a la Plaza de los Héroes. Inaugurado en 1913 y construido en estilo neobarroco, es uno de los complejos termales más grandes de Europa y un lugar imprescindible para quienes buscan relajación y bienestar.

El complejo cuenta con 15 piscinas interiores y 3 grandes piscinas al aire libre, con aguas termales de distintas temperaturas, que van desde los 27 °C hasta los 38 °C, incluyendo incluso opciones frías para contraste. Además, dispone de saunas, baños de vapor y masajes, ofreciendo una experiencia completa de spa. Los visitantes pueden disfrutar de estas aguas mientras juegan al ajedrez, conversan o simplemente se relajan.

Una de las experiencias más mágicas ocurre durante el invierno o cuando cae nieve: el contraste entre el frío exterior y el vapor del agua crea un ambiente único, casi surrealista. Tanto turistas como locales aprovechan los baños no solo para cuidarse, sino también para socializar y divertirse en un entorno auténticamente húngaro.

Visitar Széchenyi combina cultura, historia y bienestar, convirtiéndose en una actividad perfecta para pasar una tarde completa, relajarse y conectar con la vida cotidiana de Budapest, mientras se disfruta de sus icónicas aguas termales.

Comida callejera

Budapest ofrece una rica tradición de comida callejera que permite probar sabores auténticos de Hungría de forma rápida y económica.

Uno de los platos más emblemáticos es el Lángos, un pan plano frito hecho con masa de patata, crujiente por fuera y suave por dentro, que se suele servir con crema agria, ajo, queso rallado o incluso ingredientes dulces.

Se puede encontrar en mercados populares como el de la calle Fény (Fény utcai piac), el mercado de la plaza Lehel (Lehel piac) y el Gran Mercado Central (Nagycsarnok), donde la experiencia de comprar y comer se combina con la atmósfera local.

Además del lángos, los mercados y puestos callejeros ofrecen otros productos típicos húngaros, como embutidos tradicionales (Kolbász), quesos, pan fresco y dulces locales. Para los más aventureros, lugares como la Kolbászda de la calle Gyorskocsi permiten degustar variedades de salchichas húngaras y platos caseros.

La comida callejera no solo es una forma de alimentarse, sino también de sumergirse en la cultura local, observar la vida diaria de los budapestinos y disfrutar de la atmósfera de los mercados y plazas de la ciudad. Cada puesto y mercado ofrece una experiencia distinta, haciendo que recorrer Budapest sea también un viaje gastronómico lleno de aromas, sabores y tradiciones auténticas.

Brody House, residencia para artistas

Brody House es un hotel único en el corazón del barrio judío de Pest, concebido como un club y residencia para artistas. Originalmente, el edificio fue la residencia del primer ministro cuando el Parlamento se encontraba junto al número 8, que incluso aparece en los billetes de 10 000 florines. Hoy, el hotel combina historia, creatividad y diseño bohemio, ofreciendo una experiencia diferente a los alojamientos convencionales.

El estilo de Brody House es retro‑chic, con muebles reciclados y objetos vintage que se mezclan con obras de arte contemporáneo: pinturas, esculturas, fotografías e instalaciones de artistas locales. Las habitaciones son únicas y varían en decoración, con baño privado, aire acondicionado y Wi‑Fi gratuita, aunque se prescinde de elementos estándar como minibar o televisión, enfocándose en ofrecer un ambiente artístico y acogedor.

Las zonas comunes son amplias y luminosas, ideales para socializar, trabajar o participar en actividades culturales. El hotel organiza exposiciones, conciertos y charlas, fomentando un entorno creativo y de intercambio de ideas entre artistas, viajeros y locales.

Ubicado cerca del Museo Nacional Húngaro y de los principales puntos de interés de Pest, Brody House permite disfrutar de la ciudad a pie. Con precios que parten de 85 €, es una opción encantadora y más que recomendable para quienes buscan un alojamiento con alma artística y estilo informal pero cuidado.

Hospital in the Rock

El Hospital in the Rock es uno de los lugares más curiosos y originales que se pueden visitar en Budapest. Excavado en las cuevas bajo la colina, comenzó a funcionar como hospital durante la Segunda Guerra Mundial, atendiendo a civiles y soldados heridos mientras la ciudad sufría los bombardeos. Su ubicación subterránea lo convirtió también en un refugio antiaéreo, permitiendo salvar numerosas vidas durante conflictos y emergencias.

Tras la guerra y la revolución de 1956, el hospital continuó funcionando de manera secreta durante la Guerra Fría. Fue equipado como búnker nuclear, con sistemas de filtrado de aire, suministro de agua y generadores, preparado para atender a la población en caso de ataque atómico. Sin que los ciudadanos lo supieran, permaneció operativo y listo para cualquier emergencia.

Hoy funciona como museo, conservando salas originales como quirófanos, salas de cuidados y pasillos de refugio. El recorrido se realiza mediante visita guiada y se complementa con figuras de cera que recrean la vida en el hospital: médicos, enfermeras, soldados y heridos. También se puede visitar un refugio nuclear de la Guerra Fría y ver equipamiento auténtico, como máscaras antigás y paquetes de primeros auxilios.

Visitarlo es una experiencia única que combina historia, arquitectura subterránea y memoria histórica. El Hospital in the Rock permite entender la vida bajo presión en tiempos de guerra y experimentar un museo realmente diferente y emocionante.

Menza

Menza es uno de los restaurantes más populares de Budapest, situado en la animada Liszt Ferenc tér, una plaza conocida por sus bares, terrazas y ambiente nocturno. El nombre del local significa “comedor escolar”, pero el restaurante nada tiene que ver con esto: ofrece cocina húngara tradicional reinterpretada con un toque moderno y desenfadado, en un ambiente retro‑vintage inspirado en los años 70. La decoración colorida y el estilo informal hacen que el espacio sea acogedor y agradable tanto para cenas informales como para salidas nocturnas con amigos.

Su carta incluye clásicos de la gastronomía húngara como goulash, schnitzel, sopas y guisos, junto con opciones vegetarianas y adaptadas a distintas dietas, lo que lo hace apto para todos los gustos. Entre semana, ofrece un menú de mediodía de dos platos por  50 pesos, ideal para comer bien a buen precio. Una cena completa con bebida suele costar entre 550‑670 pesos por persona, ofreciendo un balance entre buena comida y ambiente animado.

Además de la comida, Menza destaca por su ambiente vibrante: es un punto de encuentro tanto para locales como para turistas, especialmente por la noche, cuando la plaza se llena de vida. Con su combinación de buena cocina, decoración con encanto y ubicación céntrica, Menza se ha convertido en un lugar imprescindible para quienes buscan disfrutar de la gastronomía húngara sin renunciar a un ambiente animado y cosmopolita.

Cuevas

Bajo las colinas se esconde un auténtico mundo subterráneo: unas 160 cuevas y galerías que suman decenas de kilómetros de túneles, estalactitas, estalagmitas y sorpresas geológicas. Algunas de estas cuevas están abiertas al público, ofreciendo experiencias que van desde paseos tranquilos hasta excursiones más aventureras para los amantes de la adrenalina.

Entre las más populares se encuentra Pál‑völgyi, la segunda cueva más grande de Hungría, con casi 19 km de galerías. Para los visitantes, hay un recorrido seguro de unos 500 metros, ideal para caminar y admirar sus impresionantes formaciones y la fauna local, incluidos los murciélagos que habitan en la cueva. También destaca Szemlő‑hegyi, con pasillos iluminados y curiosas formaciones minerales, perfecta para familias o quienes buscan un paseo cómodo bajo tierra.

Para los más atrevidos, se puede combinar la visita con la cueva Mátyás‑hegy, en una ruta de varias horas que requiere buen estado físico y no apta para quienes sufren claustrofobia. Todas las cuevas son accesibles en transporte público desde el centro de Budapest y mantienen una temperatura constante de 10‑12 °C, por lo que conviene llevar ropa abrigada.

Explorar estas cuevas es una forma única de descubrir la naturaleza oculta de Budapest, combinar historia, geología y aventura, y vivir la ciudad desde una perspectiva totalmente diferente y fascinante.

Spritzel

En Budapest, una de las experiencias más originales y refrescantes es probar el spritzel, una mezcla de vino blanco húngaro con agua con gas, bebida ligera y muy popular entre los locales. Una de las propuestas más conocidas para disfrutarlo era en Egykettő Borbisztró & Fröccsliget, un wine‑bar y bistró moderno que combinaba catas de spritzels con cocina contemporánea y platos de inspiración húngara.

El lugar ofrecía un ambiente sofisticado y relajado a la vez, con interiores amplios, música agradable y un pequeño jardín interior, convirtiéndose en un punto de encuentro ideal para locales y viajeros. La cata típica consistía en probar cinco vinos blancos diferentes acompañados de su correspondiente agua con gas, permitiendo experimentar con distintas proporciones y sabores. Para acompañar, la carta incluía desde clásicos húngaros como goulash o paprikás hasta platos reinterpretados de forma moderna, logrando un maridaje perfecto con la bebida.

Aunque Egykettő ha cambiado de formato o cerrado recientemente, la tradición del spritzel sigue vigente en Budapest, y hoy existen varios bares y wine‑bars donde se puede disfrutar de esta bebida, combinada con buena gastronomía y un ambiente cosmopolita. Esta experiencia ofrece una forma auténtica y divertida de acercarse a la cultura local, descubriendo sabores típicos y compartiendo momentos únicos en la vida nocturna de la ciudad.

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