El evento tan esperado en México ya dio inicio. Cada temporada de otoño-invierno, los bosques de Michoacán se convierten en el increíble escenario de uno de los fenómenos naturales más bellos del planeta: la llegada de la Mariposa Monarca. Estos seres alados maravillosos arriban al país tras un viaje de más de 4 mil kilómetros desde Canadá y Estados Unidos, buscando refugio en los bosques templados de oyamel, que son muy comunes en la zona.
Así que se debe poner mucha atención para conocer los sitios imperdibles en tierras michoacanas, donde ya comenzó la temporada oficial de hibernación 2025-2026 de la Mariposa Monarca. En estos lugares abiertos al público se puede ser parte de una experiencia natural inigualable.
El Rosario, Ocampo
Este santuario es considerado el más grande de todo México y el más visitado dentro de la Reserva de la Biósfera de la Mariposa Monarca en Michoacán. Se encuentra a 3 mil 600 metros sobre el nivel del mar, y cada año millones de mariposas llegan para formar cientos de colonias en los árboles, donde pasarán todo el invierno. El recorrido hacia las colonias se hace por senderos que atraviesan bosques de oyamel, pino y cedro. Se puede caminar o ir a caballo y, durante el trayecto, los guías locales ofrecen información sobre la migración y el comportamiento de las mariposas.
Según las autoridades, este lugar estará abierto de noviembre a marzo, de 9 de la mañana a 5 de la tarde. Además de admirar a las Monarca, el sitio cuenta con instalaciones ecológicas, restaurantes con comida típica, tiendas de artesanías, actividades de aventura, baños y áreas de descanso.
Sierra Chincua, Angangueo
En el Santuario Sierra Chincua, situado a unos 10 kilómetros del municipio de Angangueo, miles de mariposas de Canadá y Estados Unidos terminan su ruta migratoria para hibernar. Llegar al corazón de este lugar es relativamente sencillo, se camina entre 45 minutos y 1 hora, a pie o a caballo.
Una vez en los bosques de oyamel, se pueden admirar las colonias que forman las mariposas y notar cómo su enorme belleza se mezcla perfectamente con los paisajes, parajes, miradores y riachuelos del lugar. Además, el santuario ofrece otros servicios como estacionamiento, comida típica de la región, venta de artesanías y productos locales. Si se quiere ver más, se recomienda echar un vistazo al video que la Secretaría de Turismo de Michoacán (Sectur) compartió a través de su canal de YouTube: youtube.com/watch?v=NAyZpB4ZYAE&feature=youtu.be.
Senguio
Ubicado en el oriente de Michoacán, a unos 36 kilómetros al noroeste de Angangueo y a dos horas y media de Morelia, el Parador Turístico Santuario de la Mariposa Monarca Senguio es un atractivo turístico imperdible.
Para llegar se debe recorrer territorio pedregoso desde la cabecera municipal. Al llegar al bosque, hay cabañas de madera que funcionan como tiendas donde se pueden comprar alimentos y recuerdos.
Aquí las visitas son guiadas, ecológicas y reguladas para proteger las colonias de mariposas. Para ver a estos insectos voladores, primero se necesita subir a uno de los puntos más altos del santuario, ya sea en coche (1 hora) o caminando (3 horas). Para quienes deciden caminar, el paisaje recompensa el esfuerzo físico, ya que durante el camino se aprecian riachuelos y árboles de gran altura.
En la primera parada se ven algunos ejemplares, pero las grandes colonias están un par de kilómetros más adelante, donde abundan los oyameles. Ya en este sitio, la vista es increíble, ya que cientos de mariposas revolotean, se lucen en el aire y posan sin temor. La experiencia es memorable gracias a un peñasco conocido como Mirador del Japonés, desde donde se observan las montañas.
Lo mejor de todo es que estos refugios estarán abiertos al público hasta el 31 de marzo de 2026, así que hay mucho tiempo para disfrutar de este espectáculo natural sin igual. Pero antes de alistarse para visitarlos, se debe recordar que son espacios naturales frágiles que resguardan a una especie delicada en hibernación.
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Por ello, se recomienda seguir siempre las indicaciones de los guías oficiales certificados que trabajan en los santuarios, respetar los límites de acceso para observar las colonias, mantenerse en los senderos establecidos, no entrar con alimentos ni bebidas, armas, objetos punzocortantes, mascotas o cualquier cosa que pueda alterar o dañar a las mariposas.
También está prohibido fumar, tirar basura, encender fuego o fogatas, hacer ruido, y si se quieren tomar fotos, selfies o videos, debe ser sin flash. Lo más importante: por ningún motivo se debe tener contacto directo con ellas, incluso si están muertas. Todo esto es para proteger a esta especie alada única que solo busca descansar y pasar el invierno en las mejores condiciones. Si se siguen estas medidas, la experiencia será enriquecedora, respetuosa y memorable.








