México vive hoy una etapa marcada por la incertidumbre. El más reciente Índice Global de Paz (MPI) 2025, elaborado por el Institute for Economics & Peace (IEP), muestra que el país se encuentra entre los menos pacíficos del mundo: la paz interna cayó 13.4%, mientras que los homicidios y delitos con armas de fuego aumentaron 54.7% y 71.2%, respectivamente. A esto se suman los cambios en el Poder Judicial, reformas que debilitan la independencia institucional y una mayor fiscalización del SAT hacia personas y empresas, generando un ambiente donde la inseguridad jurídica y la presión regulatoria se combinan con la violencia. Moody’s advirtió que la Reforma Judicial podría afectar la calificación soberana al debilitar los contrapesos institucionales y la fortaleza económica y fiscal de México.

El análisis del Institute for Economics & Peace (IEP) ubica a México en el puesto 135 de 163 países, con un costo económico por la violencia superior a los 245 mil millones de dólares, equivalente al 18% del PIB nacional. Esta cifra representa un obstáculo estructural para el desarrollo y un riesgo directo para la protección del patrimonio familiar y empresarial. Además, el 50% de los ciudadanos considera la violencia como su principal preocupación diaria, lo que refleja el impacto social que tiene la inseguridad en la vida cotidiana de millones de mexicanos.

Esta incertidumbre también afecta la planeación patrimonial y financiera, impulsando a muchas familias a tomar decisiones más estratégicas. Cada vez más mexicanos buscan opciones estables y seguras para proteger su futuro y sus activos, incluyendo la posibilidad de migrar con una estrategia que les brinde certeza y movilidad internacional, sin perder de vista el valor de construir un patrimonio sólido y diversificado.

Para los inversionistas mexicanos que buscan diversificar y proteger su patrimonio, Portugal se presenta como una opción estratégica y confiable. Mientras México enfrenta reformas que aumentan la incertidumbre institucional, Portugal destaca por su marco legal estable, su seguridad y un camino claro hacia la residencia y ciudadanía europea. Ocupa el séptimo lugar mundial en seguridad, gracias a su cohesión social, baja criminalidad y leyes predecibles. Hoy, el país es una de las economías más estables y seguras, incluso en medio de escenarios internacionales volátiles.

Desde 2012, varios países europeos aplicaron el programa Golden Visa, pero en los últimos años muchos lo han restringido o eliminado. Aunque la Unión Europea no ha impuesto su cancelación, tanto la Comisión como el Parlamento Europeo han recomendado limitarlo por motivos de seguridad y transparencia. Estas medidas han modificado el panorama para quienes buscan alternativas de inversión y residencia en Europa.

Durante el último año, España, Irlanda, Chipre y Malta decidieron cancelar sus programas de Golden Visa, alineándose con las recomendaciones europeas. España también cerró las opciones de nacionalidad por origen sefardí y por la Ley de Memoria Democrática —conocida como “Ley de Nietos”—, que había permitido a miles de latinoamericanos obtener la ciudadanía española, reduciendo así las alternativas de acceso legal a Europa.

En este contexto, Portugal sigue siendo una excepción. Es uno de los pocos países que conserva un programa de Golden Visa activo y sólido. Aunque la reciente reforma a su Ley de Nacionalidad amplió de cinco a diez años el periodo para solicitar la ciudadanía, el programa continúa vigente y ofrece una vía legítima para obtener una segunda nacionalidad europea sin necesidad de vivir de forma permanente en el continente.

Mientras siga vigente, la Golden Visa de Portugal representa la opción más atractiva para lograr la nacionalidad europea sin mudarse. A través de este programa, los inversionistas y sus familias obtienen ventajas como residencia europea con solo 14 días de estancia cada dos años, incluyendo al núcleo familiar; libre movilidad por Europa y acceso a 186 países sin visa; posibilidad de solicitar ciudadanía tras 10 años y residencia permanente a los 5 sin presencia física; y un régimen fiscal favorable con beneficios por 10 años.

Invertir en un vehículo regulado como el de VIDA Capital se convierte en una decisión con propósito: proteger el patrimonio, diversificarlo y abrir oportunidades de movilidad internacional. Su fondo enfocado en la Golden Visa portuguesa combina estabilidad, retorno financiero y visión a futuro.

A través de su fondo de reconversión hotelera, VIDA Capital permite acceder a la Golden Visa y participar en la modernización del turismo portugués, con rendimientos proyectados del 12% anual. Este modelo brinda una vía segura para diversificar el patrimonio. Además, Portugal será sede del Mundial de la FIFA 2030, lo que refuerza la confianza en su crecimiento y el potencial del sector donde VIDA Capital invierte.

Te recomendamos:

10 consejos para una entrevista de visa americana exitosa

Que la entrevista consular no te detenga para tramitar tu visa americana, chécate estos tips para que sea más fácil y visites Estados Unidos

“Portugal une seguridad, educación de calidad y un entorno de inversión estable,” comentó María Álvarez, socia fundadora de VIDA Capital. “En VIDA ayudamos a nuestros clientes a convertir la migración en una estrategia patrimonial con visión de futuro”.

Los inversionistas mexicanos ya han tenido una participación destacada. En el fondo lanzado en 2025 participaron más de 20, representando el 44.7% del total, con más de 22 millones de euros. Esta confianza refleja la rentabilidad y solidez del modelo. Entre los beneficios obtenidos destacan la protección del patrimonio y continuidad familiar, reglas claras e instituciones transparentes, además de una residencia europea y un pasaporte que aseguran oportunidades a las próximas generaciones.

Cada vez más inversionistas latinoamericanos, especialmente de México, Colombia, Perú y Brasil, muestran interés en VIDA Capital gracias a la presencia de sus fundadores, María Álvarez y Alex Ohnona, en la región. Su fondo ofrece acceso a nuevas oportunidades, estabilidad y movilidad en Europa, permitiendo proteger el patrimonio actual y fortalecer el legado de las familias para el futuro.