Pinos, un pintoresco pueblo enclavado en las montañas de Zacatecas, México, tiene una historia que mezcla tradición, aventura y mucha identidad.
Fundado en 1594 por exploradores españoles en busca de minerales, su nombre se debe a la abundancia de árboles de pino en la región. Durante la época colonial, fue un importante centro minero gracias a sus ricos yacimientos de plata, lo que atrajo a familias, comerciantes y hasta leyendas.
Con el paso del tiempo, Pinos se transformó en más que un pueblo minero: se volvió un rincón lleno de cultura, arquitectura colonial y sabor auténtico. Sus calles empedradas, templos antiguos y fiestas patronales narran historias de resistencia, fe y comunidad.
En 2012, fue reconocido como Pueblo Mágico, y no es para menos: caminar por sus callejones es como viajar al pasado, pero con un toque muy actual.
Hoy, Pinos sigue siendo un lugar donde la historia se respira, pero también se vive con ritmo moderno. Entre sus tradiciones, su gente cálida y su belleza natural, este pueblo mantiene viva la esencia de lo que significa ser zacatecano, con orgullo, con alma… y con mucho corazón.
¿Qué ver?
Jardín Hidalgo
Si quieres comenzar tu recorrido por Pinos con buen pie, el Jardín Hidalgo es el lugar ideal. Es el corazón del pueblo y el punto de encuentro favorito de locales y visitantes. Rodeado de casonas antiguas, bancas bajo los árboles y pequeños cafés, este espacio es perfecto para sentarte, respirar el aire fresco y disfrutar de la tranquilidad que solo un Pueblo Mágico puede ofrecer.
Aquí no solo se toma un respiro, también se vive la esencia de Pinos. Puedes ver niños jugando, adultos charlando, vendedores ofreciendo antojitos y, si tienes suerte, hasta alguna presentación artística. Desde este punto, puedes caminar fácilmente hacia los principales atractivos históricos, por lo que es una excelente base para explorar.
Además, en época de fiesta, el jardín se transforma en un verdadero escenario cultural con música, bailes y color por todos lados. Ya sea de día con su luz dorada o de noche con la iluminación suave que envuelve sus rincones, el Jardín Hidalgo es una postal viva del pueblo, un sitio para tomarte fotos, relajarte y comenzar a enamorarte de Pinos desde el primer momento. Así que sí, aquí inicia la aventura.

Jorge Alberto Calderón Y - Tripadvisor - Foto

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Parroquia de San Matías
Ubicada justo frente al Jardín Hidalgo, la Parroquia de San Matías no pasa desapercibida. Este imponente templo fue construido entre los siglos XVII y XVIII, y su fachada de cantera en estilo barroco es una joya arquitectónica que encanta a los amantes del arte, la historia y las fotos bonitas. Desde lejos se nota la elegancia de sus detalles, y al acercarte, puedes perderte en sus tallas y relieves.
Es uno de los símbolos más representativos de Pinos, no solo por su belleza, sino porque ha sido el centro espiritual del pueblo por siglos. Su interior es sobrio pero lleno de historia, y al cruzar sus puertas sientes cómo el tiempo se detiene un poco. Aquí se celebran misas, bodas, y todo tipo de eventos religiosos importantes, por lo que siempre hay algo pasando.
Además, este templo es punto clave durante las fiestas patronales, donde la tradición y la fe se mezclan con música, comida y alegría. Si visitas Pinos, no puedes dejar de entrar, admirar su arquitectura y tomarte un momento de paz. La Parroquia de San Matías es más que una iglesia: es un pedacito del alma del pueblo.



Templo y Ex Convento de San Francisco
Frente al tranquilo Jardín de San Francisco se alza uno de los recintos más místicos de Pinos: el Templo y Ex Convento de San Francisco. De fachada sencilla y austera, este sitio esconde una riqueza espiritual y artística que te sorprenderá. Construido en los siglos XVII y XVIII, conserva aún ese aire de recogimiento propio de los antiguos conventos franciscanos.
En su interior encontrarás una de las imágenes más queridas y veneradas por los pinenses: Nuestro Padre Jesús. Durante las celebraciones religiosas, este templo se convierte en punto de encuentro de fieles que vienen de todos lados para rendirle homenaje.
Pero eso no es todo. Al explorar el antiguo convento, descubrirás vestigios sorprendentes como pinturas murales del siglo XVII que aún decoran algunos arcos y columnas. Es como encontrar pequeñas cápsulas del tiempo entre piedra y pigmento.
Este sitio no solo ofrece historia, sino también silencio y reflexión. Aquí puedes caminar despacio, observar los detalles, dejarte llevar por el ambiente tranquilo y sentir cómo este lugar ha sido testigo de siglos de devoción, arte y comunidad. Un verdadero tesoro escondido en el corazón de Pinos.



Capilla de Tlaxcalilla
La Capilla de Tlaxcalilla es de esos rincones que parecen sacados de una película antigua. Ubicada a las afueras del centro de Pinos, esta joyita del siglo XVIII brilla por su sencillez exterior y su impresionante interior. Su retablo churrigueresco, bañado en hoja de oro y dedicado a la Inmaculada Concepción, es simplemente espectacular. De esos que te hacen decir “wow” apenas lo ves.
Aunque es una capilla pequeña, el arte que guarda es de gran valor. En sus muros cuelgan un par de lienzos virreinales que cuentan historias a través de pinceladas centenarias. Aquí se combina la fe con el arte barroco de manera única, y cada rincón tiene un detalle que vale la pena admirar.
Este lugar tiene una energía especial. Tal vez por su ubicación más alejada, se siente más íntimo, más tranquilo. Ideal para quienes buscan experiencias menos turísticas pero igual de enriquecedoras. Es también un excelente ejemplo del legado tlaxcalteca en la región, reflejado en su historia y tradiciones.
La Capilla de Tlaxcalilla es de esos lugares que te recuerdan que, a veces, lo más pequeño guarda lo más grande. Sin duda, una parada obligatoria en tu recorrido por Pinos.
Museo Comunitario IV Centenario
Este museo es una parada obligatoria para quienes quieren entender la historia de Pinos más allá de lo que se ve a simple vista. El Museo Comunitario IV Centenario está ubicado en una casona del siglo XIX, y desde que cruzas su puerta sientes que vas a hacer un viaje en el tiempo.
Su colección incluye de todo un poco: fósiles que revelan el pasado prehistórico de la región, piezas arqueológicas que muestran la riqueza cultural prehispánica, documentos antiguos, fotografías en blanco y negro y objetos que narran la vida cotidiana de los habitantes de Pinos a lo largo de los siglos.
No es un museo enorme, pero sí muy completo y manejado con cariño por la comunidad. La atención es cálida, y muchas veces te encuentras con alguien que te explica las piezas con verdadera pasión. Es ideal para una visita relajada y llena de datos curiosos.
¿Un tip? Trata de ir entre semana por la mañana, cuando está más tranquilo y puedes disfrutarlo con calma. El horario es de lunes a viernes de 9:00 a 16:00 hrs, y domingos de 9:00 a 12:00 hrs. Perfecto para comenzar el día con un toque cultural y conocer el alma histórica de Pinos.


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Museo de Arte Sacro
Este museo es un verdadero tesoro escondido dentro de Pinos. El Museo de Arte Sacro alberga una impresionante colección de arte religioso del siglo XVIII que te deja con la boca abierta. ¿No eres muy fan del arte sacro? No importa. La calidad de las obras y las historias que encierran son fascinantes, incluso para los más escépticos.
Entre sus piezas más destacadas encontrarás pinturas de artistas como Miguel Cabrera, Gabriel José de Ovalle y Francisco Martínez, grandes nombres del barroco novohispano. Pero la estrella del museo es, sin duda, un Cristo tallado en madera, que tiene incrustaciones de huesos humanos y un hueco en el pecho por donde se puede ver su corazón… ¡que parece flotar! Inquietante, hermoso y profundamente simbólico.
Este espacio no solo resguarda arte; también invita a la contemplación y al asombro. La atmósfera tranquila y el montaje cuidado hacen que te olvides del tiempo mientras recorres sus salas.
Ideal para quienes disfrutan de lo raro, lo bello y lo místico en un solo lugar. Si visitas Pinos, este museo es un must que combina arte, historia y un toque de misterio religioso que no deja indiferente a nadie.

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Haciendas de Pinos
Visitar las antiguas haciendas de Pinos es como abrir un libro de historia… pero en 3D. Desde el siglo XVII, estas propiedades fueron clave en el desarrollo económico y social del pueblo: hubo haciendas agrícolas, ganaderas, mineras y, por supuesto, mezcaleras. Hoy, muchas están en ruinas, otras aún funcionan, y todas tienen una historia que contar.
Si te interesa el mezcal, estás en el paraíso. Puedes visitar haciendas como Hacienda Grande, Pinos Mágico, Espíritu Santo, Trinidad Norte y La Pendencia (que data del siglo XVIII). Aquí no solo pruebas mezcales artesanales de gran calidad, también aprendes del proceso de destilación, caminas entre hornos y alambiques, y escuchas relatos de generaciones que han mantenido viva esta tradición.
Pero también hay joyas históricas como la Hacienda de San Nicolás de Quijas, mejor conocida como El Nigromante, punto de entrada al legendario Camino Real de Tierra Adentro. Otras como San Ramón, La Candelaria y La Purísima, ubicadas en el barrio de La Cuadrilla, reflejan el pasado minero de la región.
En cada hacienda hay algo por descubrir: arquitectura, leyendas, paisajes rurales… y sí, mezcal. Mucho mezcal. Una ruta que mezcla historia, cultura y sabor en cada parada.


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¿Dónde dormir?
Hotel Posada San Miguel
Ubicado en el corazón de Jerez, Zacatecas, el Hotel Posada San Miguel se encuentra en una casona del siglo XIX que ha sido cuidadosamente restaurada para conservar su esencia colonial. Su ubicación es ideal: justo frente a la Parroquia de la Inmaculada Concepción y a pasos de los principales puntos turísticos del Pueblo Mágico.
Este hotel combina arquitectura tradicional con comodidades modernas. Las habitaciones están equipadas con aire acondicionado, televisión de pantalla plana, Wi-Fi gratuito y, en algunos casos, balcón o sala de estar. También cuenta con una suite especial con cama king size y jacuzzi, perfecta para una estancia más relajada.
Entre sus servicios destacan la cocina compartida, sala de masajes, salón para reuniones y recepción abierta las 24 horas. También ofrece apoyo con reservaciones turísticas y cuenta con medidas sanitarias vigentes, como sanitización continua y protocolos de higiene.
El ambiente tranquilo y su estilo colonial lo hacen ideal para quienes buscan descansar, explorar el centro caminando y disfrutar de una estancia cómoda con un toque de historia. Hotel Posada San Miguel es una opción que une tradición y funcionalidad en el corazón de Jerez. Con un precio por noche para dos personas es de $1,755 pesos


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Leo Hotel Jerez, Zacatecas
El Leo Hotel se ubica en la colonia Lagunita, en Jerez de García Salinas, Zacatecas, a pocos minutos del centro y cerca de la central de autobuses. Con más de 30 años en operación, ofrece hospedaje funcional con espacios amplios y servicios completos para viajeros de negocios, familias o grupos.
Cuenta con 58 habitaciones equipadas con baño privado, televisión de pantalla plana, Wi-Fi, escritorio y ventilación. Algunas habitaciones incluyen balcón con vista a la piscina. Las instalaciones incluyen una alberca al aire libre, disponible de 10:00 a 20:00 horas, rodeada de jardines y áreas de descanso.
En el restaurante del hotel, Cristales, se ofrece servicio de alimentos y bebidas, además de un snack bar, terraza y bar. También dispone de salones para eventos con capacidades desde 30 hasta 600 personas, ideales para reuniones, conferencias o celebraciones.
Los servicios incluyen recepción 24 horas, estacionamiento con valet, lavandería, caja fuerte, cambio de divisas, guardaequipaje y prensa en el lobby. La conectividad Wi-Fi es gratuita en todo el hotel.
Leo Hotel ofrece opciones de habitación estándar y suites, con tarifas aproximadas de $800 por noche , adaptándose a diferentes tipos de estadía y necesidades de los visitantes.


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¿Cómo llegar?
Llegar a Pinos desde la ciudad de Zacatecas es una ruta sencilla y con paisajes que valen cada kilómetro. Si vas en auto, el trayecto dura aproximadamente 1 hora y 45 minutos. Solo tienes que tomar la Carretera 49D rumbo a San Luis Potosí, y después salir hacia Ojocaliente/Pinos. Desde ahí, sigue por la carretera estatal hasta llegar al centro de este encantador Pueblo Mágico. El camino está pavimentado, con buena señalización, y atraviesa zonas rurales perfectas para una parada rápida o una foto.
Si prefieres transporte público, puedes tomar un autobús o combi desde la central de autobuses de Zacatecas. No siempre hay salidas directas, así que probablemente tendrás que hacer una conexión en Ojocaliente. El viaje total puede tomar entre 2.5 y 3 horas, dependiendo de los tiempos de espera.
También puedes buscar un taxi o transporte privado, aunque el costo puede subir bastante. Una opción más económica y aventurera es compartir viaje con alguien por apps o en transporte local.
Sea cual sea la forma que elijas, el destino lo vale. Pinos te espera con historia, mezcal y rincones que parecen sacados de otra época.
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