Nayarit es famoso por su riqueza natural y cultural. Entre sus tesoros no solo presume playas de ensueño y pueblos llenos de historia, también guarda sabores que se quedan grabados y sorpresas como el nanche, un fruto pequeño, amarillo, versátil y con un sabor y aroma que conquistan.
Este regalo de la naturaleza llama la atención por su tamaño reducido, pero con un aroma tropical intenso y un sabor agridulce que se ha vuelto parte del corazón gastronómico del estado.
Con raíces que vienen de tiempos prehispánicos, al madurar este fruto permite preparaciones muy variadas: se disfruta crudo, en dulces típicos, salados y enchilados; en helados, paletas, en almíbar, mermeladas, jaleas, aguas frescas, nieves, atoles y, para muchos, en una de las bebidas más singulares del destino: el licor de nanche, también llamado vino o licor de changunaga.
El licor de nanche es un orgullo de la tradición nayarita que sabe mejor si se prueba entre paisajes costeros y atardeceres frente al Pacífico. Se hace con nanche maduro, aguardiente o algún destilado, piloncillo y canela, logrando un sabor frutal, dulce y con un toque ácido, ideal para beber frío o con hielo.
Su elaboración es completamente artesanal. En cada sorbo se siente el trabajo hecho a mano y la esencia de los mercados locales, donde aún se venden botellas preparadas en casa con recetas heredadas de generación en generación.
Aunque el nanche es de temporada —abril a junio—, el licor se encuentra todo el año en los mercados de Tepic, en locales de Ruiz o Jicote, y en restaurantes de playa donde se sirve como digestivo o en cocteles refrescantes. Tomarlo frente al mar, en San Blas, Sayulita o Rincón de Guayabitos, con el sol cayendo sobre las olas, es vivir la experiencia completa.
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¿Cómo se prepara el licor de nanche?
- Colocar un kilo de nanche maduro en un frasco de vidrio grande y limpio.
- Agregar 750 ml de aguardiente o alcohol de caña.
- Incorporar dos conos de piloncillo o al gusto, y una o dos rajitas de canela.
- Cerrar bien y dejar reposar 30 días en un lugar fresco y oscuro, agitando de vez en cuando.
- El resultado: un licor casero con cuerpo, sabor y mucha historia, perfecto para celebraciones o como recuerdo de Nayarit.
Nayarit produce más de mil toneladas de nanche al año, colocándose entre los principales productores del país. Más allá de las cifras, este fruto guarda el poder de contar historias, de conectar al viajero con las raíces locales y de ofrecer el auténtico sabor del paraíso nayarita. Además, es nutritivo y cuida la piel gracias a sus antioxidantes, vitamina C, A y complejo B.
Para quien busca conocer un México distinto, lleno de sabores y matices, el nanche es la puerta ideal para probar el alma de este hermoso destino.


