Recorrer los parques para perros en CDMX es una experiencia que puede ser divertida, saludable y hasta terapéutica, tanto para ti como para tu lomito. Pero, como toda gran ciudad, tiene su ritmo y sus detalles a considerar para que el paseo sea seguro y agradable.

Primero, siempre lleva correa, incluso si tu perro es muy tranquilo. La ciudad está llena de estímulos: ruidos, bicis, comida en la calle, otros perros… y más vale prevenir que salir corriendo detrás. Si tu perrito es nervioso o reactivo, un arnés con buen ajuste puede dar más control sin incomodarlo.

Cárgalo con una plaquita de identificación, agua y bolsitas para recoger sus desechos. Sé un paseador responsable: nadie quiere toparse con sorpresas en la banqueta. Trata de evitar las horas de más sol o calor —el pavimento quema y los perros no sudan como nosotros—. Muy temprano o al atardecer es lo ideal.

Y sobre todo: obsérvalo. Si tu perro está nervioso, cansado o sobreestimulado, acorta el paseo. Si va feliz, ¡sigue la aventura! La CDMX está llena de sonidos, aromas y escenas nuevas. Salir a caminar juntos no es solo ejercicio: es una forma de explorar el mundo… y fortalecer el vínculo.