Casi nadie ha sido testigo del nacimiento de un volcán y ha vivido para contarlo, pero los habitantes, aún con vida, de los pueblos sepultados San Juan Parangaricutiro y Paricutín, en Uruapan, Michoacán, cuentan una historia distinta con respecto al volcán Paricutín.
Este acontecimiento asombroso, ocurrido en el siglo XX, para ser exactos en febrero de 1943, comenzó cuando el campesino Dionisio Pulido vio con sus ojos emerger de su campo de cultivo al volcán Paricutín, nombre que proviene de la lengua purépecha que significa “lugar al otro lado”, que se mantuvo activo hasta 1952 y alcanzó los 430 metros de altura.
Tras nueve años de actividad que sepultaron a dos pueblos Paricutín y San Juan Parangaricutiro, cuyos 2,500 habitantes aproximadamente tuvieron que emigrar en una procesión obligada pero necesaria hacia el Nuevo San Juan, cargando al santo patrono, creado con pasta de caña en el siglo XVI, que posteriormente fue llamado el Señor de los Milagros porque “hizo el milagro de que nadie muriera”, según algunos oriundos, en medio de una lluvia de ceniza —casi apocalíptica, como si de un cuento de realismo mágico se tratara —, hoy se puede decir que el volcán es una de las mayores atracciones de la zona.
La belleza natural del volcán Paricutín, las torres de la iglesia de San Juan Parangaricutiro y los restos de otras estructuras llaman la atención de cientos de turistas que visitan Angahuan, el poblado más cercano en el que podrás admirar este cráter y donde también ofrecen recorridos guiados.
Angahuan
Para llegar a esta localidad en auto, ubicada a 32 kilómetros de Uruapan, Michoacán, hay que tomar la carretera No. 37, con rumbo hacia Carapan, y a unos 10 kilómetros se encuentra la desviación hacia la carretera No. 16, rumbo a Los Reyes. Sigue este camino y a unos 18 kilómetros aproximadamente, se encuentra el poblado de Angahuan.
Desde algunos miradores de esta comunidad purépecha tendrás vistas inolvidables del volcán Paricutín. El Centro Turístico de Angahuan, situado a orillas de la población y después de pasar la entrada principal de Angahuan, fue creado por una cooperativa de comuneros que desde hace 30 años trabajan en conjunto para mantener y hacer crecer el turismo en la zona.
Aquí encontrarás renta de cabañas, servicio de restaurante, área de camping, un mirador desde el podrás apreciar los vestigios de lo que fue el pueblo San Juan Parangaricutiro, sumergidos en lava seca, sanitarios, área recreativa y estacionamiento.
En este Centro Ecoturístico puedes echarte una carnita asada en los asadores colocados alrededor, realizar senderismo, ciclismo de montaña o acampar entre cientos de montañas y pinos. Para los más pequeños hay algunos juegos infantiles que los tendrán entretenidos durante un buen rato.
El costo de la entrada es de 15 pesos para adultos y 10 para niños.
También hay tours muy originales a caballo y burro que te llevan hasta las faldas del cerro, pero eso te lo ofrecen en el Centro de Angahuan.
Otro dato interesante es que 300 metros antes de llegar al Centro Turístico de Angahuan está elMuseo Kútsikua Arhákucha en el que te cuentan la historia de uno de los volcanes más jóvenes del mundo y sobre las costumbres y tradiciones purépechas. Solo abre los fines de semana.
Acceso al volcán Paricutín
Puedes acercarte al Volcán Paricutín en automóvil o en los autobuses que salen desde Angahuan.
Ahora que sí lo tuyo es la actividad extrema, puedes llegar hasta la cima del cráter en una ruta algo empinada, que supone bastante esfuerzo en tus piernas. En caso de que uses tu bicicleta, el recorrido podría tardar hasta 4 horas y media, pero llegar a la meta y admirar el paisaje, en el que con cielo despejado se alcanza a ver el Nevado de Colima, ¡vale la pena!
Si no eres una persona tan activa, tenemos una súper noticia, pues también se puede acceder cerca de la cima con carro, estacionarlo en uno de los dos aparcamientos, y el resto del trayecto tendrás que caminar unos 45 minutos para llegar a tu meta. La bajada será más rápida, unos 35 minutos o menos.
Un autobús también puede acercarte, pero este te dejará en las faldas del volcán y básicamente tendrás que caminar todo el recorrido. Te tardarás aproximadamente unas cinco horas sin contar el regreso, ¡omg! Definitivamente te ayudará a quemar calorías esta larga caminata.
Y así como se dice que “para todo mal, mezcal”, para el cansancio, un buen platillo típico, pues en el Centro Turístico de Angahuan también encontrarás un restaurante con comida tradicional michoacana, como el atápakua, un mole michoacano muy aromatizado que lleva carne de res y verduras y se servía comúnmente en funerales, y otras opciones, igualmente deliciosas que te recargarán de energía.
Otra de las tradiciones imperdibles de Angahuan y en el nuevo San Juan Parangaricutiro, además de su comida, es el festival de danza de Los Kurpites que se realiza los primeros días de enero.