Cuastecomates, en el estado de Jalisco, es una de las nueve playas accesibles que existen en el mundo y se ha convertido en ejemplo del “turismo para todos”.
Su geografía litoral, con una profundidad que no rebasa la cintura de una persona adulta en 150 metros mar adentro, fue clave en su desarrollo.
Gracias a esa condición y un oleaje tranquilo, se decidió convertirla en la primera playa totalmente accesible para personas con capacidades diferentes.
Foto: Especial
La realización del proyecto en Cuastecomates
En 2015 y con una inversión de 47 millones de pesos, el Gobierno del estado de Jalisco inició la transformación de Cuastecomates.
Una de las primeras acciones no tenía relación directa con el turismo: se levantó el asfalto para 0 y ocultar el cableado.
Pero después de eso inició el cambio total de cara del poblado: se delimitó las zonas peatonales con bolardos y se colocó huellas podotáctiles para invidentes.
De igual manera, los mapas turísticos y la nomenclatura de las calles incluye escritura en lenguaje braille.
Además, como parte del proyecto se construyó dos hoteles, uno grande y uno pequeño, que suman 110 habitaciones, 27 de ellas adaptadas.
Actualmente Cuestacomates tiene vialidades, señalética y accesos adecuados para las personas con capacidades diferentes.
Hay mobiliario urbano y anfibio, y la playa puede presumir de ser cardioprotegida y sostenible en atención médica y de urgencias.
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¿Turismo incluyente o turismo accesible?
Aunque por un largo tiempo se utilizó la palabra incluyente para definir a los lugares que “aceptaban” a personas con capacidades diferentes, el término no es del todo correcto.
Incluyente, precisamente, significa incluir a ese sector de la población, pero no necesariamente brindarle el acceso pleno a todos los servicios.
Cuando se habla de capacidades diferentes -o discapacidad, porque hay quienes siguen utilizando esa palabra- se piensa, casi siempre, en sillas de ruedas.
Sin embargo, hay también personas con discapacidad temporal de diferentes tipos, adultos mayores, personas de talla baja, mujeres embarazadas, personas con obesidad…
La lista es larga y los destinos turísticos no siempre ofrecen facilidades de acceso para todas esas personas que representan casi la mitad de la población mexicana.
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Hasta ahora en México, este tipo de turismo es un área de oportunidad desaprovechada tanto por autoridades como por iniciativa privada, ya que invertir en él redundaría en más turismo, mayor número de empleos, mejor infraestructura y un incremento en la derrama económica.
Lo anterior sin contar la concienciación social con respecto a ese sector de la población y sus necesidades, así como de la importancia de su integración plena.
Dato:
México sólo cuenta dos playas reconocidas como accesibles: Cuastecomates (Jalisco) y Playa del Carmen (Quintana Roo), primera del país reconocida como tal.
