En el municipio morelense de Ayala, específicamente en la localidad de Anenecuilco, se creó un espacio museístico en torno a las ruinas de la casa de adobe y techo de hojas de palma en la que nació una de las figuras más emblemáticas de la Revolución Mexicana: Emiliano Zapata.
El Museo Casa Zapata, fundado el 1 de agosto de 2006, cuenta con una sala en la que se expone una serie de fotografías en las que se aprecia diferentes momentos de la vida del llamado Caudillo del Sur, así como diversos objetos personales como su sombrero, sus armas, su silla de montar y hasta la ropa que llevaba puesta cuando fue asesinado.
La manera en que se acondicionó el lugar y el contemplar los muros de adobe de la casa en la que vivieron sus padres, Cleofas Gertrudis Salazar y Gabriel Zapata, provocan una sensación muy especial cuando se recorre cada espacio.
Estar ahí es, de alguna manera, como realizar un viaje al pasado y reconocer en el presente un justo homenaje al hombre que luchó por los derechos de los campesinos y los desposeídos en México a principios del siglo pasado.
Digno espacio
Antes de ingresar al museo Emiliano Zapata, en la recepción siguen al pie de la letra las medidas sanitarias a las que obliga la contingencia provocada por la COVID-19. Gel desinfectante en las manos, toma de temperatura y, por supuesto, uso obligatorio de cubrebocas se encuentran en la lista.
El espacio es relativamente amplio, con dos bellos jardines, uno de los cuales, el que se encuentra más al fondo, cuenta con una mesa y sillas para descansar bajo la sombra.
Después de pasar por la recepción, a la derecha se encuentra la casa, que impone por su tamaño pero también por su sencillez, pues pocas personas pensarían que en una choza tan humilde podría nacer un héroe tan grande para muchos mexicanos.
Al atravesar el primer jardín se encuentra una sala en la que hay fotografías acerca de la vida y lucha del héroe revolucionario, el museo cuenta también con un auditorio al aire libre y una zona de bellos murales.
Después del temblor del 19 de septiembre de 2017, se emprendió una labor de rescate y mejoramiento del Museo Casa Zapata, de la que destaca la creación de un aula que será sede de un centro de estudios zapatistas.
Este también es un espacio de desarrollo cultural que alberga las colecciones coloniales, arqueológicas históricas que los pobladores de Anenecuilco han querido preservar.
La vida del héroe
Emiliano Zapata Salazar nació en San Miguel Anenecuilco, en el estado de Morelos, el 8 de agosto de 1879. Su madre murió cuando él tenía 16 años y 11 meses después también falleció su padre.
La leyenda cuenta que el ver cómo unos hacendados despojaban de sus pertenencias a los integrantes de una comunidad campesina determinaría el sentido de su vida. “Cuando sea grande, haré que se las devuelvan”, habría dicho el pequeño Emiliano, en ese entonces de 9 años, a su padre.
En marzo de 1911 se integró al movimiento revolucionario que buscaba derrocar al General Porfirio Díaz y apoyó a Francisco I. Madero. El 25 de mayo lanzó el Plan de Ayala, en el que se reflejaban de manera fiel las aspiraciones de justicia de una gran mayoría del pueblo mexicano. El importante documento sería firmado y promulgado el 28 de noviembre de ese mismo año Posteriormente, en 1914, Zapata se alió con Pancho Villa y juntos tomaron la Ciudad de México, pero las fuerzas de Venustiano Carranza lo obligaron a regresar a Morelos y allí instaló un gobierno agrarista.
Toda su vida mantuvo una actitud de rebeldía y lucha por el respeto y el fin de los abusos contra la comunidad campesina, hasta que fue asesinado a balazos por hombres de Carranza, un 10 de abril de 1919.
Para muchas personas es el icono por excelencia de los ideales de la Revolución Mexicana: justicia social, libertad, igualdad, democracia y, sobre todo, respeto a las comunidades indígenas, campesinas y obreras. Es por ello que, hasta hoy, muchos también lo consideran como uno de los personajes históricos más queridos de México.