El escenario de esta espeluznante historia es la calle Serdán, en Hermosillo, muy transitada durante el día pero que en las noches se queda desierta y quienes podrían seguir su camino por ella, prefieren evitarla.
La leyenda cuenta que, a mediados del siglo XIX, cuando la ciudad comenzó a formarse, uno de los primeros edificios que se construyó fue un convento de monjas.
Allí, se dice, recibían a mujeres embarazadas que deseaban ocultar su estado para no ser blanco de habladurías o críticas por parte de “la sociedad”; algunas tomaban los hábitos después y otras, simplemente, “desaparecían”.
Ya en el siglo XX, en una de las remodelaciones que ha tenido Hermosillo y cuando el convento había sido abandonado, se decidió derribarlo, lo que derivó en un hallazgo verdaderamente macabro.
Los trabajos de demolición del exconvento transcurrían sin mayor novedad hasta que se comenzó a tirar los muros más gruesos y en su interior se encontraron varios esqueletos, tanto de mujeres adultas como de recién nacidos.
Tras el hallazgo, la gente comenzó a murmurar que las osamentas seguramente pertenecían a las mujeres embarazadas que llegaban al convento y morían en el parto.
Los recién nacidos, se rumoraba, eran hijos de las mujeres que se ocultaban en el convento, pero también de algunas monjas, y que la mayoría de esos pequeños seres fueron asesinados.
La gente asegura que, actualmente, si alguien se atreve a transitar por la calle Serdán de noche, escuchará ruidos extraños y desgarradores lamentos, además de ver a personas caminando sin rumbo fijo.
La mayoría de los cuerpos que se ven por las noches en la calle Serdán, dice la leyenda, son de mujeres embarazadas que no van caminando, sino que flotan, mientras lloran o se quejan de manera desconsolada.
La gente de la región dice que son las ánimas de aquellas mujeres que murieron en el convento, sufriendo eternamente el dolor o lamentando el haber perdido a sus hijos, de los que, sostienen algunas personas, también se escucha el llanto.
Como la mayoría de las leyendas, nadie sabe a ciencia cierta qué elementos son verdad y cuáles, producto de la fantasía; sin embargo, la gente en Hermosillo prefiere evitar la calle Serdán a altas horas de la noche.