El pasado 13 de junio, en un tramo carretero federal de Tulum, se registró un hundimiento que, en un inicio, fue identificado como un socavón, sin embargo, se trata de un cenote y una milenaria cueva acuática.
El pasaje acuático subterráneo, de acuerdo con especialistas, contiene en sus aguas cristalinas vestigios que datan de los periodos Pleistoceno y Holoceno, de hace 2.5 millones de años.
Después de que se reportara el hundimiento, en la carretera federal Playa del Carmen-Tulum, personal de Protección Civil y expertos del Círculo Espeleológico del Mayab, dirigido por el biólogo Roberto Rojo García, acudieron al lugar para realizar los estudios correspondientes.
De acuerdo con el análisis de los especialistas, el cenote está conectado con otros ecosistemas que son parte de la segunda red de ríos subterráneos más grande del mundo, ubicada en esta región.
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Trascendió que, una vez que terminen los trabajos de análisis y diagnóstico en la zona, resguardada por elementos de la Guardia Nacional, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) procederá a la reparación del hundimiento.
El socavón a través del cual se descubrió el cenote se encuentra a la altura del Hotel Royal Tulum y la caverna subterránea, que corre a un costado de la carretera, tiene una longitud aproximada de 60 metros.
Ecocidio en potencia
Debido a que el cenote y la caverna se encuentran en la ruta por la cual se prevé que pase el Tren Maya, los especialistas que lo estudian lo bautizaron como “Me lleva el tren”, en clara alusión al proyecto del Gobierno federal.
El director del Círculo Espeleológico del Mayab, Roberto Rojo García, manifestó su preocupación por el futuro inmediato del ecosistema descubierto, “eventos como éste son un recordatorio de la complejidad y fragilidad de los entornos kársticos”.
En entrevista para el diario de circulación nacional El Universal, Rojo García comentó que pueden escuchar el paso de los vehículos mientras estudian el cenote y la cueva, y ello “irremediablemente, nos llevó a pensar en las afectaciones por los grandes desarrollos de la región”.
Asimismo, reiteró su preocupación por el desarrollo del Tren Maya y señaló que ellos, como especialistas, “recomendamos que se refuerce la zona alrededor de la cueva para no afectar el paso natural del agua”.
“La cueva no debe ser cubierta”, pronunció el director del Círculo Espeleológico del Mayab, y asentó que al estar prohibido por el Reglamento de Cuevas, Cenotes y Cavernas vigente en el municipio de Solidaridad, el rellenado de este sistema sería un ecocidio.
