Experimentarás emociones opuestas entre sí, pero también una satisfacción difícil de encontrar en otras actividades
La inmersión en grutas y ríos subterráneos es una de las experiencias más emocionantes que pueden vivirse, aunque hay que tener los nervios bien templados porque el agua fría y las zonas oscuras pueden provocar angustia momentánea, sin embargo, la sensación de descubrir un mundo nuevo bien vale esos instantes de susto.
La adrenalina comienza desde el momento en que te adentras en la gruta o el río, en algunos sitios hay escaleras para sumergirte, pero en otros tienes que tirarte un clavado desde algunos metros de altura. Es probable que los nervios comiencen a invadirte, pero no te preocupes, una vez que estés en el agua todo será más fácil.
Nadar en la oscuridad puede provocarte emociones simultáneas, nervios, ansiedad, emoción y mucho más, pero debes concentrarte, disfruta la oscuridad, el sonido del agua y tu respiración. Cierra los ojos y abre los demás sentidos.
Es probable que en tu camino encuentres claros de luz antes de la salida, éstos siempre te dejarán impresionado ya que son las mejores vistas en estas grutas, muchas veces también encontrarás caídas de agua y vale la pena hacer un alto para contemplarlas.
Al terminar el recorrido, si es la primera vez que lo realizas, tendrás ganas de desandar el camino para poder disfrutar de los sonidos, las sensaciones y la tranquilidad que sólo puedes encontrar en estos lugares. Además, te quedará la satisfacción de haber conservado el temple y superado la oscuridad.